La regurgitación mitral, también llamada regurgitación mitral, ocurre cuando hay un defecto en la válvula mitral, que es la estructura del corazón que separa la aurícula izquierda del ventrículo izquierdo del corazón. Cuando esto sucede, la válvula mitral no está completamente cerrada, lo que hace que un pequeño volumen de sangre regrese a los pulmones en lugar de permitir que el corazón riegue el cuerpo.
Las personas con regurgitación mitral suelen presentar síntomas como dificultad para respirar después de un esfuerzo leve, tos constante y fatiga excesiva.
La circulación se altera más cuanto mayor es el daño de la válvula mitral, que normalmente pierde fuerza con la edad o después de un infarto de miocardio, por ejemplo. Sin embargo, la máquina también puede ser un problema al nacer. En cualquier caso, la insuficiencia mitral puede tratarse con medicación o cirugía, siempre bajo la guía de un cardiólogo.
Principales síntomas
Los síntomas de la regurgitación mitral pueden tardar años en desarrollarse, ya que este cambio se produce de forma progresiva, con mayor frecuencia en personas de edad un poco mayor. Los principales síntomas que indican insuficiencia mitral son:
- Dificultad para respirar, especialmente cuando se esfuerza o se va a dormir;
- Fatiga excesiva;
- Tos, principalmente de noche;
- Palpitaciones y palpitaciones;
- Hinchazón de pies y tobillos.
Ante estos síntomas, se debe consultar a un cardiólogo para que pueda hacer un diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuado.
El diagnóstico de regurgitación mitral se realiza en base a síntomas, antecedentes médicos y familiares de problemas cardíacos y mediante pruebas como la auscultación con estetoscopio para evaluar cualquier ruido durante la evaluación del latido cardíaco, electrocardiograma, ecocardiograma, radiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética. y prueba de esfuerzo para evaluar la función cardíaca.
Otro tipo de prueba que puede requerir un cardiólogo es el cateterismo, que permite ver el corazón desde el interior y evaluar el daño de la válvula. Aprenda cómo se realiza el cateterismo cardíaco.
Grados de regurgitación mitral
La regurgitación mitral se puede clasificar en diversos grados según la gravedad de los síntomas y su causa en:
1. Insuficiencia mitral leve
La regurgitación mitral discreta, también llamada leve a mínima, es asintomática, no es grave y no requiere tratamiento, y se identifica durante un examen de rutina cuando el médico escucha un sonido distintivo al realizar la auscultación de los sonidos cardíacos.
2. Insuficiencia mitral moderada
La insuficiencia mitral moderada provoca síntomas específicos y no graves, como fatiga, sin necesidad de tratamiento urgente. En estos casos, el médico escucha el corazón del paciente y ordena pruebas cada 6 a 12 meses, como un ecocardiograma o una radiografía de tórax para observar la válvula mitral y evaluar si la insuficiencia mitral ha empeorado.
3. Insuficiencia mitral grave
La regurgitación mitral severa causa síntomas como dificultad para respirar, tos e hinchazón de los pies y tobillos, por lo que su médico generalmente recomendará el uso de medicamentos o cirugía para corregir o reemplazar la válvula según su edad.
Posibles Causas
La regurgitación mitral puede ocurrir como consecuencia de la rotura del músculo cardíaco debido a un infarto agudo de miocardio, endocarditis infecciosa o un efecto secundario de la radioterapia o medicamentos como la fenfluramina o la ergotamina, por ejemplo. En tales casos, se puede recomendar una cirugía de reparación o reemplazo de la válvula.
Otras enfermedades que pueden alterar la función de la válvula mitral y causar insuficiencia mitral crónica son las enfermedades reumáticas, el prolapso de la válvula mitral, la calcificación de la válvula mitral o el defecto congénito de la válvula, por ejemplo. Este tipo de falla es progresiva y debe tratarse con medicación o cirugía.
Además, la insuficiencia mitral puede ocurrir debido al envejecimiento, dado que existe un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia mitral si hay antecedentes familiares de la enfermedad.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la regurgitación mitral varía según la gravedad de la enfermedad, los síntomas o si la enfermedad empeora, y tiene como objetivo mejorar la función cardíaca, reducir los signos y síntomas y evitar complicaciones futuras.
1. Escolta médica
Es posible que la insuficiencia mitral leve o discreta no requiera tratamiento, se recomienda un control médico regular y la frecuencia de las consultas dependerá de la gravedad de la enfermedad. En estos casos, su médico puede recomendar cambios en un estilo de vida saludable, como una dieta equilibrada y actividades físicas ligeras como caminar, por ejemplo.
2. Uso de drogas
En los casos en que la persona presente síntomas o la regurgitación mitral sea grave o crónica, por ejemplo, el médico puede sugerir el uso de algunos medicamentos como:
- DiuréticosEstos medicamentos ayudan a reducir la hinchazón y la acumulación en los pulmones o las piernas.
- Anticoagulantes: están indicados para ayudar a prevenir la formación de coágulos y pueden utilizarse en casos de fibrilación auricular;
- Antihipertensivo– Se utiliza para controlar la presión arterial, porque la hipertensión puede empeorar la insuficiencia mitral.
Estos medicamentos ayudan a tratar y controlar los síntomas, pero no tratan la causa de la regurgitación mitral.
3. Cirugía cardíaca
La cirugía cardíaca llamada valvuloplastia puede estar indicada por un cardiólogo en casos más graves, ya sea para corregir o reemplazar la válvula mitral y evitar complicaciones como insuficiencia cardíaca, fibrilación auricular o hipertensión pulmonar.
Cuidados durante el tratamiento
Algunos cambios en el estilo de vida son importantes durante el tratamiento con insuficiencia mitral, como:
- Tener acompañamiento médico para controlar la hipertensión;
- Mantener un peso saludable;
- Evita fumar;
- Evite las bebidas alcohólicas y la cafeína;
- Realizar un ejercicio recomendado por un médico;
- Lleva una dieta sana y equilibrada.
En las mujeres que tienen insuficiencia mitral y desean quedar embarazadas, se debe realizar una evaluación de antemano para determinar si la válvula cardíaca tolerará el embarazo, ya que el embarazo hace que el corazón trabaje más. Además, durante el embarazo y después del parto, un cardiólogo y un obstetra deben realizar un seguimiento regular.
En las personas que se han sometido a valvuloplastia y necesitan tratamiento dental, su médico debe recetar antibióticos para prevenir una infección en la válvula llamada endocarditis infecciosa.