Vacuna pentavalente: cómo y cuándo usarla (y efectos secundarios)

La pentavalente es una vacuna combinada que proporciona inmunización activa contra la difteria, el tétanos, la tos ferina, la poliomielitis inactivada tipos I, II y III y la enfermedad por Haemophilus influenzae tipo B; en algunos países como Argentina protege contra el virus de la hepatitis B en lugar de la poliomielitis. , prevención de estas enfermedades.

Esta vacuna fue creada con el fin de reducir el número de inyecciones, al tener diferentes antígenos al mismo tiempo, lo que permite la prevención de diferentes enfermedades. La vacuna pentavalente debe administrarse a niños desde los 2 meses de edad hasta una edad máxima de 7 años.

Cómo usarlo

La vacuna debe administrarse en 3 o 4 dosis a intervalos de 60 días, comenzando a los 2 meses de edad. Esta vacuna debe ser administrada por vía intramuscular por un profesional sanitario.

¿Cuáles son los efectos secundarios que pueden ocurrir?

Los efectos secundarios más comunes que pueden ocurrir con la vacuna pentavalente son: dolor, enrojecimiento, hinchazón e induración en el lugar de la vacuna y llanto anormal. Aprenda a combatir las reacciones negativas de la vacuna.

Aunque es menos común, también pueden ocurrir vómitos, diarrea y fiebre, somnolencia, irritabilidad y cambios en los hábitos alimenticios, como negarse a comer.

¿Quién no debería usarlo?

La vacuna pentavalente no debe administrarse a niños mayores de 7 años que presenten hipersensibilidad a los componentes de la fórmula o que, tras la administración de la dosis anterior, presenten fiebre superior a 39ºC en las primeras 48 horas tras la vacunación, convulsiones hasta 72 horas después de la administración de la vacuna, colapso circulatorio hasta 48 horas después de la administración de la vacuna o encefalopatía dentro de los 7 días.

Qué precauciones se deben tomar

Esta vacuna debe usarse con precaución en personas con trombocitopenia o problemas de coagulación, ya que pueden producirse hemorragias después de la administración intramuscular. En estos casos, el profesional sanitario debe aplicar la vacuna con una aguja fina, presionando inmediatamente después durante al menos 2 minutos.

En caso de que el niño padezca una enfermedad febril aguda, moderada o grave, la vacunación debe retrasarse y solo podrá administrarse cuando los síntomas de la enfermedad hayan desaparecido.

En las personas con inmunodeficiencia o que están recibiendo terapia inmunosupresora o un tratamiento con corticosteroides, pueden tener una respuesta inmunitaria reducida.

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