Tratamiento de la neumonía bacteriana

El tratamiento de la neumonía bacteriana se realiza con el uso de fármacos que deben ser recomendados por el médico según el microorganismo asociado a la enfermedad.

Cuando la enfermedad se diagnostica inicialmente y el médico descubre que la causa es bacteriana y se adquiere fuera del hospital, si la afección es leve, se administra un tratamiento con antibióticos en el hogar o si es más grave. Se realiza en un hospital durante unos días y tras la mejoría, el tratamiento se completa en casa.

Para la neumonía bacteriana grave, que se presenta principalmente en personas con VIH, ancianos y niños, es posible que la persona deba permanecer en el hospital para recibir antibióticos por vía intravenosa. Adicionalmente, en estos casos, puede ser necesario realizar algunas sesiones de fisioterapia respiratoria para ayudar a expulsar las secreciones y mejorar la respiración del paciente.

Obtenga más información sobre la neumonía bacteriana.

Antibióticos para la neumonía.

El antibiótico indicado para el tratamiento de la neumonía bacteriana puede variar en función del microorganismo responsable de la infección y puede estar indicado:

  • Amoxicilina;
  • Azitromicina;
  • Ceftriaxona;
  • Fluoroquinolonas tales como levofloxacina y moxifloxacina;
  • Penicilinas;
  • Cefalosporina;
  • vancomicina;
  • Carbapenémicos, como meropenem, ertapenem o imipenem.

Es importante que el tratamiento con antibióticos se administre según las indicaciones de su médico y continúe incluso si ya no tiene ningún signo o síntoma. En la mayoría de los casos, el uso de antibióticos debe mantenerse durante unos 7 a 10 días, pero puede durar hasta 15 o 21 días, según la gravedad de la infección y la salud de la persona.

Cuidados durante el tratamiento de la neumonía bacteriana.

Durante el tratamiento con antibióticos, es importante que la persona tenga cuidado para evitar complicaciones y recuperarse más rápido, aconsejándole que se quede quieto, beba suficiente agua durante el día y lleve una dieta sana y equilibrada.

La neumonía bacteriana no se transmite de persona a persona, por lo que el paciente no debe estar aislado, sin embargo, es importante evitar el contacto con otras personas para facilitar su recuperación.

Signos de mejora y deterioro.

Los signos de mejoría generalmente se observan aproximadamente 3 días después de comenzar el tratamiento con antibióticos y pueden incluir: disminución de la fiebre, tos y resfriado, así como disminución de la dificultad para respirar y la falta de aire.

Por otro lado, cuando el tratamiento no se inicia precozmente después de identificar los signos y síntomas, se pueden observar signos de empeoramiento como: fiebre elevada o persistente, tos con catarro y trazas de sangre, aumento de la dificultad respiratoria y disnea.

Cuando la neumonía empeora, puede estar relacionada con infecciones en otras partes del cuerpo o con la elección incorrecta de los antibióticos utilizados, su combinación o su dosis.

Posibles complicaciones

En algunos casos, la neumonía bacteriana puede agravarse, con muerte del tejido pulmonar o acumulación de pus en los pulmones, puede ser necesario utilizar otros antibióticos, realizar una punción o drenaje para eliminar la secreción.

Otra posible complicación que puede ocurrir es la resistencia bacteriana a los antibióticos, que puede ocurrir, por ejemplo, debido al uso inadecuado de estos medicamentos. Descubra por qué el uso inadecuado de antibióticos puede generar resistencias.

Deja un comentario