Tiroiditis de Hashimoto: que es, síntomas y tratamiento

La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune caracterizada por la inflamación de la glándula tiroides que causa hipertiroidismo, que por lo general progresa posteriormente a hipotiroidismo.

De hecho, este tipo de tiroiditis es una de las causas más comunes de hipotiroidismo en mujeres adultas, provocando síntomas como fatiga excesiva, caída del cabello, uñas quebradizas e incluso pérdida de memoria.

La enfermedad generalmente comienza con un agrandamiento indoloro de la glándula tiroides y, por lo tanto, puede identificarse durante un examen de rutina por parte de un médico, pero en otros casos, la tiroiditis puede causar una sensación de bola en la garganta, el cuello, que no causa dolor a la palpación. En cualquier caso, el tratamiento con un endocrinólogo debe iniciarse lo antes posible para regular el funcionamiento de la glándula y evitar complicaciones.

Principales síntomas

Los síntomas más comunes de la tiroiditis de Hashimoto son exactamente los mismos que los del hipotiroidismo, por lo que es común manifestar:

  • Leve aumento de peso;
  • Fatiga excesiva;
  • Piel fría y pálida;
  • Estreñimiento;
  • Baja tolerancia al frío;
  • Dolor de músculos o articulaciones;
  • Pequeña hinchazón en la parte frontal del cuello, en la región donde se encuentra la glándula tiroides;
  • Cabello y uñas más débiles.

Este problema es más común en las mujeres y se detecta con mayor frecuencia entre los 30 y los 50 años. Aunque no existe una causa específica para la tiroiditis de Hashimoto, puede ser causada por un cambio genético, ya que la enfermedad puede ocurrir en varias personas de la misma familia.

¿Qué causa la tiroiditis de Hashimoto?

La causa específica de la tiroiditis de Hashimoto aún no se conoce, pero puede ser causada por un cambio genético, ya que es posible que la enfermedad se presente en varias personas de la misma familia. Otros estudios sugieren que este tipo de tiroiditis puede ocurrir después de una infección con un virus o una bacteria, lo que resulta en una inflamación crónica de la glándula tiroides.

Aunque no hay una causa conocida, la tiroiditis de Hashimoto parece ser más común en personas con otros trastornos endocrinos como diabetes tipo 1, insuficiencia suprarrenal u otras enfermedades autoinmunes como anemia perniciosa, artritis reumatoide, enfermedad de Sjгреgren o enfermedad de Addison. Lupus. y otros como deficiencia de ACTH, cáncer de mama, hepatitis y presencia de Helicobacter pylori.

Cómo se hace el diagnóstico

La mejor forma de diagnosticar la tiroiditis de Hashimoto es consultar a un endocrinólogo y hacerse un análisis de sangre para evaluar los niveles de T3, T4 y TSH, además de verificar la presencia de anticuerpos antitiroideos (anti-TPO). En el caso de la tiroiditis, la TSH suele ser normal o elevada, nunca disminuida.

Algunas personas pueden presentar anticuerpos antitiroideos pero no muestran ningún síntoma porque se las considera portadoras de tiroiditis autoinmune subclínica y, por lo tanto, no necesitan tratamiento.

Obtenga más información sobre las pruebas que identifican anomalías de la tiroides.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento generalmente está indicado solo cuando hay cambios en los niveles de TSH o cuando aparecen síntomas, y generalmente comienza con terapia de reemplazo hormonal con levotiroxina durante 6 meses. Pasado este tiempo, debe volver a visitar a su médico para evaluar el tamaño de la glándula y mostrar pruebas para determinar si es necesario ajustar la dosis del medicamento.

En los casos en los que es difícil respirar o comer, por ejemplo, debido a un agrandamiento de la glándula tiroides, puede estar indicada una cirugía para extirpar la glándula, llamada tiroidectomía. Obtenga más información sobre cómo realizar una cirugía de extirpación de tiroides.

Dieta para los trastornos de la tiroides.

Los alimentos también pueden afectar en gran medida la salud de la glándula tiroides y por ello se recomienda una dieta saludable con alimentos ricos en nutrientes que apoyen el funcionamiento de la glándula tiroides, como el yodo, el zinc o el selenio, por ejemplo. Vea con más detalle cómo debería ser la glándula tiroides.

Mire el video a continuación sobre cómo la dieta puede ayudar con el tratamiento:

Posibles complicaciones de la tiroiditis.

Cuando la tiroiditis causa una interrupción en la producción de hormonas y no se trata adecuadamente, pueden ocurrir algunas complicaciones de salud. Los más comunes incluyen:

  • Problemas del corazón: las personas con hipotiroidismo incontrolado tienen más probabilidades de tener niveles elevados de LDL en la sangre, lo que aumenta el riesgo de problemas cardíacos;
  • Problemas de salud mental: debido a la producción reducida de hormonas tiroideas, el cuerpo pierde energía y por tanto la persona se siente más cansada, provocando cambios de humor e incluso puede producirse depresión;
  • Myxedem: Esta es una condición poco común que generalmente ocurre en casos muy avanzados de hipotiroidismo, causando hinchazón facial e incluso síntomas más serios como falta total de energía y pérdida del conocimiento.

Por ello, ante la sospecha de tiroiditis, lo ideal es consultar a un endocrinólogo para sugerir las pruebas necesarias e iniciar el tratamiento lo antes posible.

Deja un comentario