La esclerosis es un término que se utiliza para denotar el endurecimiento de los tejidos, ya sea debido a problemas neurológicos, genéticos o inmunológicos, que pueden llevar al organismo a comprometer y reducir la calidad de vida de una persona.
Dependiendo de la causa, la esclerosis puede clasificarse en tuberosa, sistémica, amniotrófica lateral o múltiple, cada una con una presentación característica, síntomas y pronóstico diferentes.
Tipos de esclerosis
1. Esclerosis tuberosa
La esclerosis tuberosa es una enfermedad genética caracterizada por la aparición de tumores benignos en diferentes partes del cuerpo, como cerebro, riñones, piel y corazón, por ejemplo, provocando síntomas relacionados con la zona donde se ve el tumor, como. imperfecciones cutáneas, lesiones faciales, arritmias, palpitaciones, epilepsia, hiperactividad, esquizofrenia y tos persistente.
Los síntomas pueden aparecer en la infancia y el diagnóstico se puede realizar mediante pruebas genéticas y visuales, como una gammagrafía de la cabeza y una resonancia magnética, según el lugar donde se haya desarrollado el tumor.
No existe cura para este tipo de esclerosis, el tratamiento se realiza con el fin de aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida mediante el uso de fármacos como anticonvulsivos, fisioterapia y sesiones psicoterapéuticas. También es importante tener un seguimiento regular por parte de un médico, como un cardiólogo, neurólogo o médico de cabecera, por ejemplo, según el caso.
2. Esclerosis sistémica
La esclerosis sistémica, también conocida como esclerodermia, es una enfermedad autoinmune caracterizada por el endurecimiento de la piel, las articulaciones, los vasos sanguíneos y algunos órganos. La enfermedad es más común en mujeres de 30 a 50 años y los síntomas más característicos son entumecimiento de los dedos de manos y pies, dificultad para respirar y dolor articular severo.
Además, la piel permanece rígida y de color oscuro, lo que dificulta el cambio de expresiones faciales, además de mostrar las venas del cuerpo. También es común que las personas con esclerodermia tengan las yemas de los dedos azuladas, característica del fenómeno de Raynaud.
La esclerodermia se trata para reducir los síntomas, y su médico generalmente recomienda el uso de medicamentos antiinflamatorios no esteroides.
3. Esclerosis lateral amniotrófica
La esclerosis lateral amniotrófica, o ELA, es una enfermedad neurodegenerativa en la que se destruyen las neuronas responsables del movimiento de los músculos voluntarios, lo que conduce a una parálisis progresiva de brazos, piernas o cara, por ejemplo.
Los síntomas de la ELA son progresivos, es decir, a medida que las neuronas se degradan, hay una disminución de la fuerza muscular o como dificultad para caminar, masticar, hablar, tragar o mantener la postura. Debido a que la enfermedad afecta a las neuronas motoras, los sentidos de una persona aún se conservan, es decir, pueden oír, sentir, ver, oler e identificar el sabor de los alimentos.
La ELA no tiene cura porque el tratamiento está indicado para mejorar la calidad de vida. El tratamiento generalmente se realiza a través de sesiones de fisioterapia y el uso de medicamentos según las indicaciones de un neurólogo, como Riluzol, que ralentiza la progresión de la enfermedad.
4. Esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica de origen desconocido caracterizada por la pérdida de la vaina de mielina de las neuronas, dando lugar a síntomas repentinos o progresivos como debilidad en piernas y brazos, incontinencia urinaria o fecal, fatiga extrema, memoria y dificultad para concentrarse.
La esclerosis múltiple se puede clasificar en tres tipos según la manifestación de la enfermedad:
- Esclerosis múltiple recurrente recurrente: es la forma más común de la enfermedad, más común en personas menores de 40 años. Este tipo de esclerosis múltiple ocurre cuando ocurre un brote, con síntomas que aparecen repentinamente y desaparecen rápidamente. Las epidemias ocurren a intervalos de meses o años y duran menos de 24 horas;
- Esclerosis múltiple secundaria progresiva: es una consecuencia de la esclerosis múltiple recurrente recurrente, en la que hay una acumulación de síntomas que han aparecido con el tiempo, lo que dificulta la recuperación de los movimientos y conduce a un aumento progresivo de la discapacidad;
- Esclerosis múltiple primaria progresiva: en este tipo de esclerosis múltiple, los síntomas evolucionan lenta y progresivamente, sin quemaduras. La esclerosis múltiple progresiva es más común en personas mayores de 40 años y se considera la forma más grave de la enfermedad.
La esclerosis múltiple no tiene cura, el tratamiento debe llevarse a cabo de por vida y, además, es importante que la persona acepte la enfermedad y ajuste su estilo de vida. El tratamiento se suele realizar con el uso de fármacos que dependen de los síntomas que presente la persona, además de fisioterapia y terapia ocupacional.