Tendinitis calcificante: que es, diagnóstico y tratamiento

La tendinitis calcificante ocurre cuando se acumulan pequeñas cantidades de cristales de calcio en el tendón, lo que puede causar dolor y dificultad para mover la extremidad afectada. En la mayoría de los casos, el organismo logra reabsorber el calcio acumulado de forma natural, pero cuando esto no sucede se puede realizar fisioterapia y, en los casos más graves, cirugía.

Este tipo de tendinitis ocurre con mayor frecuencia a la edad de 40 años, y en algunos casos puede manifestarse en ambos lados del cuerpo, y en la mayoría de los casos afecta el hombro, principalmente los tendones del supraespinoso y el manguito rotador. Es importante que la tendinitis sea evaluada por un fisioterapeuta u ortopedista para considerar la necesidad de iniciar el tratamiento más adecuado.

Síntomas de tendinitis calcificada

Los síntomas de la tendinitis calcificada están relacionados con la cantidad de calcio depositado en el tendón, lo que provoca inflamación y dolor, disminución del rango de movimiento y dificultad para mover la extremidad afectada.

La causa exacta de la calcificación aún no se conoce, pero la teoría más aceptada es que se forma por la reducción de la sangre que llega al tendón inflamado por el depósito de sales de calcio en este sitio. Los cambios en la glándula tiroides y el metabolismo de los estrógenos también pueden contribuir a su formación.

Diagnóstico de tendinitis calcificante

El diagnóstico de tendinitis calcificante lo realiza un ortopedista o fisioterapeuta mediante pruebas visuales, principalmente radiografías, que muestran la presencia de una pequeña zona blanquecina en la zona de calcificación.

En el examen clínico, la persona siente dolor cuando el médico palpa el tendón, pero no se sabe si se debe a una calcificación, por lo que es necesario confirmarlo con una prueba visual, aunque no suele ser necesario solo para esto. duda.

Cómo se realiza el tratamiento

En la mayoría de los casos de tendinitis calcificante, el organismo consigue reabsorber de forma natural el calcio acumulado en los tendones sin necesidad de un tratamiento específico. Sin embargo, cuando los síntomas son comunes y limitantes, es importante consultar a un médico para una evaluación más completa de la tendinitis y, de esta forma, es posible iniciar un tratamiento específico.

El tratamiento suele consistir en la realización de algunas sesiones de fisioterapia, a menudo utilizando electroterapia para reducir la inflamación y el dolor en los tejidos circundantes, además de la terapia de ultrasonido, que también es capaz de reducir la calcificación con buenos resultados. Los analgésicos y los medicamentos antiinflamatorios en píldoras o ungüentos también pueden ayudar a combatir el dolor.

En casos graves, cuando ningún tratamiento da los resultados esperados y no hay alivio de los síntomas, el médico puede recomendar una operación llamada artroscopia. Esta operación consiste en raspar la zona inflamada, eliminando por completo la calcificación. Las inyecciones de anestésicos y corticosteroides también están indicadas para el alivio inmediato del dolor, pero solo se pueden administrar 1 o 2 veces al año.

Fisioterapia para la tendinitis calcificante

Para el control del dolor está indicada la TENS y la ecografía, aunque no se sabe exactamente cómo actúa esta última en la reabsorción del calcio depositado, pero se cree que aumenta la temperatura de la zona y el flujo sanguíneo, facilitando la eliminación de los depósitos de calcio.

Están indicados ejercicios como el estiramiento y fortalecimiento de la musculatura con bandas elásticas como Thereband, así como técnicas de manipulación de las articulaciones. Los ejercicios de swing son muy buenas estrategias para reducir el dolor y mantener la integridad de la cápsula al evitar la posición protectora del hombro, que causa más dolor y restringe el movimiento.

El resto de la extremidad afectada está indicado cuando hay dolor y restricción de movimiento, por lo que se debe evitar llevar objetos pesados ​​con el brazo afectado siempre que sea posible. Sin embargo, el reposo completo no es necesario, por lo que se desaconseja el uso de un tirachinas ya que es importante mantener un cierto movimiento para mantener la producción de líquido sinovial que irriga la articulación.

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