Staphylococcus epidermidis, o S. epidermidis, es una bacteria grampositiva que está presente de forma natural en la piel, formando parte de la microbiota normal de la superficie del cuerpo, sin causar daño al organismo. Este microorganismo se considera un agente oportunista porque es capaz de provocar enfermedades cuando, por ejemplo, el sistema inmunológico está debilitado.
Debido a que está presente de forma natural en el cuerpo, Staphylococcus epidermidis no se considera mucho en la práctica clínica, ya que generalmente se aísla en el laboratorio, lo que significa contaminación de la muestra. Sin embargo, este microorganismo es capaz de crecer fácilmente en dispositivos médicos, además, existe información que demuestra que es resistente a diversos antibióticos, lo que dificulta el tratamiento de la infección.
Cómo identificar la infección por S. epidermidis
El principal tipo de infección por S. epidermidis es la sepsis, que corresponde a una infección generalizada que se propaga por todo el cuerpo a través del torrente sanguíneo, ya que esta bacteria puede ingresar fácilmente al cuerpo, especialmente cuando el sistema inmunológico está comprometido. Además, se asocia a otras enfermedades como la endocarditis. La infección por S. epidermidis también se puede identificar mediante el análisis de síntomas, siendo los principales:
- Alta temperatura;
- Fatiga excesiva;
- Dolor de cabeza;
- Malestar general;
- Disminución de la presión arterial.
- Dificultad para respirar o problemas respiratorios.
S. epidermidis se asocia normalmente a infecciones nosocomiales debido a su capacidad para colonizar dispositivos intravasculares durante la inserción, grandes heridas y prótesis, por ejemplo, logrando multiplicarse y resistir el tratamiento.
¿Cómo se hace un diagnóstico?
En el laboratorio, la identificación de esta bacteria se realiza mediante pruebas, principalmente una prueba de coagulasa, que distingue a S. epidermidis de Staphylococcus aureus. S. epidermidis carece de esta enzima y, por lo tanto, es coagulasa negativo, que se considera clínicamente el estafilococo coagulasa negativo más importante porque está asociado con la contaminación de la muestra, infecciones oportunistas y colonización de dispositivos médicos.
Para distinguirlo de otros tipos de estafilococos coagulasa negativos se suele realizar una prueba de novobiocina, que se realiza para confirmar la resistencia o susceptibilidad de este antibiótico. S. epidermidis normalmente es sensible a este antibiótico, que generalmente es un tratamiento recetado por un médico. Sin embargo, existen especies de S. epidermidis que tienen un mecanismo de resistencia frente a este antibiótico, lo que dificulta el tratamiento.
Muchas veces la presencia de S. epidermidis en la sangre no significa necesariamente una infección, ya que las bacterias se encuentran en la piel durante el proceso de muestreo de sangre, pueden ingresar a la circulación y en la mayoría de los casos se consideran contaminadas. Por tanto, el diagnóstico de infección por S. epidermidis se realiza mediante el análisis de uno o más hemocultivos, que suelen recogerse en distintos lugares para evitar falsos resultados.
Además, el diagnóstico de infección por S. epidermidis se confirma cuando todos los hemocultivos son positivos para este organismo. Cuando solo un hemocultivo es positivo para S. epidermidis y los otros son positivos para otro organismo, se considera contaminación.
¿Qué es S. epidermidis resistente?
A menudo, la contaminación de la muestra con S. epidermidis es malinterpretada por los laboratorios y se informa como una infección en el resultado de la prueba, por lo que el médico sugiere el uso de antibióticos contra la «infección». El uso inadecuado de antibióticos puede conducir a la formación de bacterias resistentes, lo que dificulta el tratamiento.
La infección por S. epidermidis es actualmente común en pacientes hospitalizados y por ello ha ganado importancia clínica no solo por su uso no discriminatorio de antibióticos sino también por su capacidad para formar biopelículas en equipos médicos, favoreciendo la proliferación de esta bacteria y la resistencia. de tratamientos.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la infección por Staphylococcus epidermidis se realiza generalmente con el uso de antibióticos; sin embargo, el fármaco antimicrobiano de elección varía según las características de las bacterias, ya que muchas tienen un mecanismo de resistencia. Por lo tanto, su médico puede recomendar el uso de vancomicina y rifampicina, por ejemplo.
Además, el tratamiento para S. epidermidis solo está indicado cuando se ha confirmado la infección. En caso de sospecha de contaminación de la muestra, se recolectan nuevas muestras para confirmar la contaminación o infección.
En el caso de colonización de catéteres o prótesis con S. epidermidis, se suele recomendar un cambio de dispositivo médico. Actualmente, algunos hospitales utilizan equipos antisépticos, que previenen la formación de biopelículas y el desarrollo de Staphylococcus epidermidis, previniendo la infección.