El desarrollo neuropsicomotor retrasado ocurre cuando un bebé no comienza a sentarse, gatear, caminar o hablar en una etapa predeterminada, como otros bebés de la misma edad. Este término es utilizado por el pediatra, fisioterapeuta, psicomotor o terapeuta ocupacional cuando se da cuenta de que el niño aún no ha alcanzado ciertos parámetros de desarrollo esperados para cada etapa.
Cualquier bebé puede tener algún retraso en su desarrollo, incluso si la mujer ha tenido un embarazo saludable, un parto sin complicaciones y el bebé obviamente está sano. Sin embargo, este retraso en el desarrollo afecta con mayor frecuencia a los bebés que han tenido complicaciones durante el embarazo, el parto o después del nacimiento.
Los principales signos y síntomas.
Algunos signos y síntomas que pueden indicar un retraso en el desarrollo son los siguientes:
- Hipotensión: músculos débiles y postura lenta;
- Dificultad para sostener la cabeza durante 3 meses;
- No se siente solo durante 6 meses;
- No empiece a gatear antes de los 9 meses;
- No vayas solo hace 15 meses;
- No coma solo a los 18 meses;
- No diga más de dos palabras para formar una oración de 28 meses;
- No controle la orina o las heces por completo después de 5 años.
Cuando el bebé es prematuro, se debe calcular la «edad corregida», que se realiza cuando el niño tiene menos de 2 años y nació antes de las 37 semanas, para evaluar los parámetros del desarrollo motor; es decir, cómo debe realizar el bebé determinadas tareas como sostener la cabeza o comer solo, si nació en la semana 40 de gestación. Por tanto, es necesario corregir su edad para saber si su desarrollo va como se esperaba. Para hacer esto, debe obtener el número de semanas que el niño perdió para llegar a las 40 semanas, y esa cantidad debe agregarse a cada edad a la que se debe realizar cada acción, como gatear, caminar, etc.
Por ejemplo: Un bebé prematuro nacido a las 28 semanas significa que le tomó 12 semanas llegar a las 40, esas semanas deben convertirse en meses, es decir, 12 semanas / 4 (semanas en 1 mes) = 3 meses. Por esta razón, a los 6 meses de edad (se espera que el niño se siente) agregue los 3 meses de la edad corregida, por lo que el niño se sentará alrededor de los 9 meses.
Cómo se hace el diagnóstico
Es necesaria una evaluación médica para el diagnóstico y es importante conocer información sobre el embarazo, el parto y los primeros días del bebé y si existe algún trastorno genético; Para esto, se pueden realizar análisis de sangre o de imágenes, como un electroencefalograma y una tomografía computarizada, para buscar cambios cerebrales que puedan estar presentes, especialmente si se sospecha de parálisis cerebral o epilepsia.
Posibles causas de retraso en el desarrollo.
El retraso en el desarrollo neuropsicomotor generalmente es causado por cambios que pueden ocurrir en las siguientes situaciones:
- En el momento de la concepción;
- Durante el embarazo: desnutrición, enfermedades como la rubéola, traumatismos;
- En el momento de la entrega;
- Trastornos genéticos como el síndrome de Down;
- Después del nacimiento, como enfermedades, traumatismos (incluidas lesiones en la cabeza), desnutrición;
- Otros factores ambientales o de comportamiento, como la desnutrición.
Un bebé que nace prematuramente tiene un mayor riesgo de desarrollar retrasos en el desarrollo; y cuanto antes, mayor es el riesgo.
Los niños diagnosticados con parálisis cerebral tienen un mayor riesgo de retraso en el desarrollo; sin embargo, no todos los niños con retrasos en el desarrollo tienen parálisis cerebral.
¿En qué consiste el tratamiento?
El niño con retrasos en el desarrollo debe acudir a sesiones de terapia física, psicomotora y ocupacional todas las semanas hasta lograr los objetivos, como sentarse, caminar, comer solo, la capacidad de mantener la higiene personal, etc. Durante la consulta se realizan de forma lúdica diversos ejercicios que ayudan a fortalecer la musculatura, la postura adecuada, estimular la visión y tratar reflejos y bloqueos, así como contracturas y deformidades.
Se trata de un tratamiento lento que suele durar meses o años hasta que el niño alcanza los parámetros que necesita para desarrollarse. Es bien sabido que los síndromes genéticos tienen características propias y que un niño con parálisis cerebral puede que no sea capaz de caminar solo, por lo que cada valoración debe ser individualizada para confirmar qué está presentando el bebé y su potencial de desarrollo y, de esta forma, plantear los objetivos del tratamiento.
Cuanto antes comience el tratamiento un bebé, mejores y más rápidos serán los resultados, especialmente cuando comience antes del primer año de vida.