Un quiste coloidal corresponde a una capa de tejido conectivo que contiene un material gelatinoso llamado coloide en su interior. Este tipo de quiste puede ser redondo u ovalado y varía en tamaño, sin embargo, no tiende a crecer mucho ni a extenderse a otras partes del cuerpo.
Los síntomas y el tratamiento de este tipo de quiste dependerán de su ubicación, ya que puede ocurrir en el cerebro y la glándula tiroides.
El diagnóstico de este tipo de quiste se realiza mediante pruebas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada en el caso del cerebro y la ecografía, la exploración física y / o biopsia en el caso de la glándula tiroides.
Tipos de quistes coloidales
Un quiste coloide se puede identificar en dos áreas del cuerpo:
- En el cerebro: específicamente en los ventrículos cerebrales, que son las regiones responsables de la producción y almacenamiento de líquido cefalorraquídeo (LCR). De esta forma, la presencia de un quiste puede impedir el paso del líquido cefalorraquídeo y provocar la acumulación de líquido en esa región, provocando hidrocefalia, aumento de la presión intracraneal y, en raras ocasiones, muerte súbita. Aunque normalmente es benigno y asintomático, cuando se diagnostica, es importante que el médico evalúe el tamaño y la posición del quiste para determinar la posibilidad de obstrucción del paso del líquido cefalorraquídeo y, por lo tanto, definir el tratamiento.
- En la glándula tiroides: El tipo más común de nódulo tiroideo benigno es el nódulo coloide. Si un nódulo produce hormonas tiroideas sin tener en cuenta las necesidades del cuerpo, se denomina nódulo autónomo y ocasionalmente puede causar hipertiroidismo. Si el nódulo está lleno de líquido o sangre, se denomina quiste tiroideo. A diferencia de un quiste, el nódulo corresponde a una lesión redonda, blanda que crece con normalidad y puede tener un aspecto maligno, que es una de las principales preocupaciones sobre la aparición de esta lesión en la glándula tiroides. Obtenga más información sobre el nódulo tiroideo y cómo se trata.
Las causas tanto de los quistes coloidales a nivel de la glándula tiroides como a nivel del cerebro aún no están muy claras, se cree que pueden formarse durante el desarrollo del sistema nervioso fetal en el útero, en el caso de los coloides en el cerebro.
Síntomas principales
Los principales signos y síntomas varían según la región donde esté presente el quiste coloide.
1. Quiste coloidal del cerebro
En la mayoría de los casos, un quiste coloide ubicado en el cerebro es asintomático, sin embargo, algunas personas reportan algunos síntomas inespecíficos, como:
- Dolor de cabeza;
- Enfermedad;
- Mareo;
- Somnolencia;
- Un poco de olvido;
- Pequeños cambios de humor y comportamiento.
Debido a la falta de especificidad de los síntomas, un quiste coloidal en el cerebro no suele identificarse rápidamente, que es el diagnóstico que se hace mediante pruebas de imagen como la tomografía computarizada y la resonancia magnética, que se requieren por otras situaciones.
2. Quiste coloide tiroideo
No hay síntomas asociados con el quiste y se detecta solo a la palpación del cuello. Está indicado un examen de ultrasonido para identificar si sus bordes están redondeados para determinar la posibilidad de cáncer o no. La biopsia por aspiración ayuda a identificar el contenido si hay líquido, sangre o tejido duro en el interior.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento también varía según la región donde esté presente el quiste coloide:
En el cerebro:
El tratamiento de un quiste coloidal ubicado en el cerebro depende de los síntomas y la posición del quiste. Cuando no se informa ningún síntoma, el neurólogo no prescribe el tratamiento, con solo un seguimiento periódico para confirmar si el quiste ha aumentado de tamaño. Cuando aparecen los síntomas, el tratamiento se realiza con cirugía, durante la cual se drena el quiste y se extrae por completo su pared. Después de la cirugía, es común que el médico envíe parte del quiste a un laboratorio para una biopsia y se puede determinar si el quiste es realmente benigno.
En la glándula tiroides:
No es necesario realizar ningún tipo de tratamiento si el quiste es benigno y solo se nota si hay o no un aumento de tamaño con el tiempo. Si es muy grande, más de 4 cm, o si causa síntomas como dolor, ronquera o problemas para tragar o respirar, puede estar indicada una cirugía para extirpar el lóbulo afectado. Si hay producción descontrolada de hormonas o si es maligno, además de la cirugía, se puede realizar tratamiento con yodo radiactivo.