La osteoartritis del hombro responde a la degeneración de esta articulación, lo que provoca dolor en el hombro cuando se realizan ciertos movimientos, aumenta con el tiempo o se intensifica durante los movimientos de la mano.
La osteoartritis del hombro puede ocurrir por factores genéticos o por realizar movimientos repetitivos o movimientos de alto impacto, por ejemplo. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de imagen, como radiografías, además de una evaluación física.
La osteoartritis se trata con analgésicos, que deben ser recetados por un ortopedista, así como con sesiones de fisioterapia para mejorar la movilidad del hombro. El tratamiento suele llevar mucho tiempo y, según el caso, puede ser necesaria una cirugía.
Síntomas de la osteoartritis del hombro.
Los síntomas de la osteoartritis del hombro incluyen:
- Dolor e hinchazón en la articulación mencionada;
- Dificultad para realizar cualquier movimiento del hombro;
- Sensación de arena en la muñeca;
- Grietas en el hombro durante los movimientos.
A menudo, esta lesión se produce al mismo tiempo que otras, como tendinitis o bursitis, por ejemplo. Aprenda a identificar y tratar la bursitis del hombro.
Causas de la osteoartritis en el hombro.
La osteoartritis del hombro puede ser causada por:
- Degeneración de las articulaciones debido a la edad o al tipo de actividad realizada;
- Traumatismo directo indirecto, como caer y apoyarse en el suelo con la mano;
- Movimientos repetitivos o movimientos de gran impacto;
- Artritis reumatoide crónica.
El diagnóstico de artrosis de hombro se realiza mediante análisis de radiografías que muestran la contracción del espacio intraarticular y el desgaste de la cabeza sobre el hombro y la exploración física donde los síntomas se relacionan con la enfermedad.
¿Cual es el tratamiento?
El tratamiento de la osteoartritis del hombro se realiza con el uso de analgésicos y antiinflamatorios, como paracetamol o diclofenaco, para aliviar los síntomas. Además, su médico puede recomendar el uso de suplementos a base de esqueleto, ya que pueden ayudar a regenerar el cartílago, aunque no tienen contraindicaciones.
La fisioterapia también puede estar indicada con el fin de mantener activa la articulación, además de favorecer su fortalecimiento y, de esta forma, mejorar la calidad de vida de la persona. Se pueden usar hielo, calor, dispositivos e incluso ejercicios con pesas para ayudar en la curación, pero siempre bajo la guía de un profesional.
Es posible que se requiera una artroscopia, que es un procedimiento quirúrgico menor que puede eliminar los callos de los huesos y, en casos graves, puede estar indicado el reemplazo de la articulación dañada con una prótesis. Obtenga más información sobre la artroscopia de hombro y sus posibles riesgos.