La meningitis es una inflamación grave de las meninges, que son las membranas que recubren el cerebro y toda la médula espinal, provocando síntomas como dolor de cabeza intenso, fiebre, náuseas y rigidez en el cuello, por ejemplo.
Por tratarse de una inflamación que afecta a las estructuras cerebrales, la meningitis debe ser diagnosticada lo antes posible por un médico de cabecera o neurólogo para iniciar el tratamiento y evitar el desarrollo de lesiones que pueden tener consecuencias permanentes o incluso la muerte.
Los principales signos y síntomas.
Algunos síntomas que pueden indicar una posible meningitis incluyen:
- Fiebre superior a 38ºC;
- Dolor de cabeza intenso;
- Rigidez en el cuello, es difícil llevar la barbilla al pecho;
- Manchas rojas en el cuerpo;
- Hipersensibilidad a la luz;
- Somnolencia excesiva con dificultad para despertarse;
- Confusión;
- Ataques
En bebés y niños, aún pueden aparecer otros síntomas que hagan sospechar a los padres una posible meningitis, como llanto fuerte, irritabilidad, dificultad para mover la cabeza e incluso una cabeza más rígida y ligeramente rígida.
¿Qué puede causar la meningitis?
La inflamación de las meninges suele ocurrir debido a una infección del líquido cefalorraquídeo, que casi siempre es causada por uno de estos tipos de microorganismos:
- Un virus, causando meningitis viral;
- Bacterias, generando meningitis bacteriana;
- Champiñones, causando meningitis fúngica;
- Parásitos, que conduce a la meningitis parasitaria.
Además, los accidentes cerebrovasculares graves, algunos medicamentos e incluso algunas enfermedades crónicas, como el lupus o el cáncer, también pueden causar meningitis sin una infección específica.
Debido a que el tratamiento varía según la causa de la inflamación, es muy importante que el médico identifique el tipo de meningitis para comenzar el tratamiento más adecuado. Por ejemplo, en el caso de la meningitis bacteriana suele ser necesario tomar antibióticos, mientras que en el caso de las fúngicas se debe iniciar el uso de antifúngicos, por ejemplo.
¿Cómo se contagia la meningitis?
La transmisión de la meningitis puede variar mucho, dependiendo del tipo de microorganismo que causa la inflamación. En el caso de la meningitis viral, el riesgo de transmisión es muy bajo porque, aunque el virus puede transmitirse a otra persona, generalmente no causa meningitis sino que provoca otra enfermedad, como paperas o sarampión, por ejemplo, según el tipo. .del virus.
En el caso de la meningitis bacteriana, esta transmisión es más fácil y puede ser causada por compartir el mismo plato con comida o gotitas de saliva que pueden transmitirse al toser, estornudar, besar o hablar, por ejemplo. Además, cuando una persona infectada se baña y no se lava las manos correctamente, puede propagar la bacteria. Manipular, abrazar y compartir la mayoría de los artículos personales no representa un riesgo para la salud. Vea cómo se diagnostica la meningitis.
Cómo puede ser prevenido
El mejor tipo de prevención de la meningitis es la vacunación, ya que protege contra los principales microorganismos que pueden causar la enfermedad. De esta manera, incluso si entra en contacto con el virus o la bacteria que generalmente causa la meningitis, el riesgo de desarrollar la enfermedad es muy bajo.
Además, algunas medidas que también ayudan a reducir el riesgo de meningitis incluyen:
- Evite el contacto cercano con personas enfermas;
- Lávese las manos después de estar en público;
- Evita fumar.
Las personas con meningitis también pueden tomar precauciones para evitar la propagación de la enfermedad, como lavarse las manos con frecuencia, evitar salir en público y cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, por ejemplo.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la meningitis depende de su causa y puede tratarse con antibióticos, antivirales o corticosteroides en un entorno hospitalario. Algunos medicamentos que se pueden utilizar para la meningitis bacteriana son cefotaxima, ampicilina o aciclovir, en el caso de meningitis viral y, dependiendo de la gravedad de la enfermedad, el paciente puede permanecer en la unidad de cuidados intensivos.
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible para reducir el riesgo de complicaciones. La duración del tratamiento para la meningitis es de aproximadamente 5 a 10 días, y en las primeras 24 horas de tratamiento, las personas deben estar aisladas para evitar la transmisión. Es importante hacer un seguimiento de los amigos y familiares durante al menos 10 días, ya que pueden infectarse.
En caso de que el tratamiento no se inicie correctamente, pueden ocurrir consecuencias permanentes como pérdida de visión o audición.
Consecuencias de la meningitis
La meningitis puede tener consecuencias que también afectan la capacidad física, intelectual y psicológica de los pacientes, que suele deberse a desequilibrios, pérdida de memoria y problemas de visión.
La meningitis bacteriana generalmente produce consecuencias con mayor frecuencia y gravedad que la meningitis viral, pero ambas pueden ocasionar complicaciones que afectan la calidad de vida de las personas, especialmente los niños.
Las consecuencias más habituales provocadas por esta enfermedad son:
- Pérdida auditiva y visión parcial o completa;
- Epilepsia;
- Problemas de memoria y concentración;
- Dificultades de aprendizaje, tanto en niños como en adultos;
- Retraso en el desarrollo motor, con dificultad para caminar y mantener el equilibrio;
- Parálisis de uno o ambos lados del cuerpo;
- Amputación de las extremidades, si es necesario para prevenir la propagación de la enfermedad por todo el cuerpo;
- Artritis y problemas óseos;
- Problemas de riñon;
- Dificultad para dormir;
- Incontinencia urinaria
Los pacientes que se curan de la meningitis pueden tener consecuencias leves y graves que requieren cuidados especiales por el resto de sus vidas o sin consecuencias.
Preocupación por las consecuencias
La posmejora de la meningitis se realiza según las consecuencias, pudiendo ser necesario el uso de audífonos para mejorar la audición, amputación de prótesis y fisioterapia para mejorar el equilibrio y el movimiento.
Además, el uso de medicamentos puede ser necesario para controlar problemas como artritis, convulsiones y agitación, así como psicoterapia que lo ayude a enfrentar y aceptar los efectos de la enfermedad, trabajando tanto con el paciente como con su familia y cuidadores.
Cómo evitar las consecuencias de la meningitis.
Hay varias formas de minimizar las consecuencias o incluso prevenir el desarrollo de la enfermedad, por ejemplo, mediante la vacunación.
Existen vacunas contra ciertos tipos de meningitis meningocócica de los tipos A, C, W135 e Y que pueden prevenir la aparición de la enfermedad. Adicionalmente, debes evitar los lugares concurridos, optar por lugares ventilados y limpiar adecuadamente tu casa y los lugares donde está acostumbrado.
Si la enfermedad se diagnostica y trata a tiempo, se reducen las posibilidades de secuelas.