La fimosis es un exceso de piel, científicamente llamado prepucio, que cubre la cabeza del pene, causando dificultad o incapacidad para tirar de esa piel y exponer la cabeza del pene.
Esta afección es común en los bebés varones y tiende a desaparecer en la mayoría de los casos al año, en menor medida a los 5 años o hasta la pubertad, sin necesidad de un tratamiento específico. Sin embargo, cuando la piel no cede lo suficiente con el tiempo, es posible que se necesite un ungüento específico o una cirugía.
Además, otras afecciones que pueden causar fimosis en la edad adulta son las infecciones o problemas de la piel, por ejemplo, que pueden causar dolor o malestar durante las relaciones sexuales o infecciones del tracto urinario. En estos casos, es importante consultar a un urólogo para iniciar el tratamiento más adecuado, que suele realizarse con cirugía.
Cómo se identifica la fimosis
La única forma de identificar y confirmar la presencia de fimosis es intentar tirar manualmente de la piel sobre el glande. Cuando no es posible observar completamente el glande, se confirma la fimosis, que se puede clasificar en 5 grados diferentes:
- Grado 1: el prepucio está completamente retraído, pero la base del glande todavía está cubierta de piel y puede ser más difícil empujar la piel hacia adelante;
- Grado 2: es posible tirar del prepucio, pero no pasa a la parte más ancha del glande;
- 3er grado: el prepucio se tira hacia la uretra;
- Grado 4: la acumulación de piel es tan grande que el prepucio se encoge muy poco, sin poder quitar el glande;
- Grado 5: una forma más grave de fimosis en la que la piel del prepucio no se puede retirar sin que el glande quede expuesto.
Aunque el grado de fimosis no es muy importante para decidir el mejor tratamiento, que depende de la edad del niño, esta clasificación puede ser útil para identificar la fimosis y monitorear el progreso del tratamiento. Generalmente, la primera valoración de la presencia de fimosis se realiza en el recién nacido mediante un examen físico realizado por un pediatra.
En el caso de la fimosis secundaria, que puede presentarse en la adolescencia o en la edad adulta, el propio hombre puede notar alguna dificultad para tirar de la piel o síntomas como enrojecimiento, dolor, hinchazón o sangrado en la cabeza del pene o prepucio, o síntomas urinarios. Infección del tracto como dolor o ardor al orinar. En estos casos, se recomienda consultar a un urólogo lo antes posible para solicitar análisis de laboratorio como un análisis de sangre, un análisis de orina general o un cultivo bacteriano, por ejemplo.
Tipos de fimosis
La fimosis se puede clasificar en varios tipos según la causa y las características, y las principales son:
1. Fimosis fisiológica o primaria
La fimosis fisiológica o primaria es el tipo más común de fimosis y puede estar presente desde el nacimiento en los bebés varones y se crea por la adherencia normal entre las capas internas del prepucio y el glande, que es la cabeza del pene, haciendo la retirada completa del pene. prepucio más duro.
2. Fimosis patológica o secundaria
Este tipo de fimosis puede ocurrir en cualquier etapa de la vida como resultado de alguna forma de inflamación, infección recurrente o trauma local, por ejemplo. Una de las principales causas de la fimosis patológica es la falta de higiene del pene, que crea una acumulación de sudor, suciedad, bacterias u otros microorganismos, provocando una infección que puede provocar una inflamación denominada balanitis o balanopostitis.
Además, algunas afecciones de la piel como el eccema, la psoriasis o el liquen plano, que dejan la piel del pene irregular, con picazón e irritada, pueden causar fimosis secundaria.
En algunos casos de fimosis, la piel está tan tensa que incluso la orina puede permanecer dentro de la piel, lo que aumenta el riesgo de infección del tracto urinario. La fimosis puede ocasionar complicaciones como dificultad para limpiar la zona, mayor riesgo de infección del tracto urinario, dolor durante las relaciones sexuales, mayor predisposición a infecciones de transmisión sexual, VPH o cáncer de pene, además de aumentar significativamente el riesgo de desarrollar parafimosis, que es cuando el prepucio se atasca y no cubre el glande.
3. Fimosis femenina
Aunque es raro que las mujeres tengan fimosis, esta situación se caracteriza por la adhesión de los labios menores a la vulva, cubriendo la abertura vaginal; sin embargo, esta adhesión no cubre el clítoris ni la uretra por donde pasa el canal. que pasa la orina.
Al igual que con los hombres, la fimosis femenina puede resolverse con el tiempo según el desarrollo de la niña. Sin embargo, si la adherencia es persistente, puede ser necesario realizar un tratamiento específico recomendado por su pediatra o ginecólogo. Obtenga más información sobre la fimosis femenina.
Cómo se realiza el tratamiento
La fimosis tiene cura y no siempre es necesario recurrir al tratamiento, por lo que en los niños el pediatra valorará la situación, que puede resolverse de forma natural a los 4 o 5 años. Sin embargo, si después de esta etapa persiste la fimosis, o en casos de fimosis secundaria, es necesario realizar un tratamiento que se puede realizar con:
1. Grasa para la fimosis
Se utilizan pomadas a base de corticosteroides, como la betametasona, porque tienen propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antibióticas, adelgazando y suavizando la piel, lo que facilita su abstinencia. La pomada prescrita por el médico debe aplicarse 1 o 2 veces al día durante 4 semanas y puede ser suficiente para tratar la fimosis. Luego, deberá consultar a un médico para un nuevo examen y es posible que se le indique durante algunas semanas más si es necesario.
2. Ejercicios para tirar del prepucio
Otra opción, para los niños mayores de 5 años, es realizar un ejercicio para tirar de la piel del prepucio sin ejercer demasiada fuerza ni causar dolor, ya que esto puede facilitar el deslizamiento y promover así la exposición del glande.
Para hacer ejercicio, se debe sujetar el pene con una mano y aplicar la grasa con la otra y se debe tirar lentamente de la piel, 1 minuto, 3 a 4 veces al día. Este ejercicio no debe causar dolor ni molestias, sino que debe «aflojar la piel poco a poco», cuando el ejercicio se realiza incorrectamente por dolor, se pueden formar cicatrices, nuevas adherencias y un característico anillo fibroso.
3. Cirugía de fimosis
Cuando el tratamiento anterior no es suficiente, se puede realizar una cirugía para la fimosis llamada circuncisión, preferiblemente después de los 2 años de edad. El procedimiento quirúrgico debe ser realizado por el cirujano teniendo en cuenta la edad de la persona y el grado de fimosis y se puede realizar retirando por completo la capa de piel que recubre el glande del pene. Además de quitar la piel, el médico puede hacer una incisión que libera el frenillo corto del pene.
La cirugía de fimosis no se puede realizar en situaciones como dificultad en la coagulación de la sangre, infección en la región o en el caso de anomalías peneanas como hipospadias o pene oculto, ya que en estos casos puede ser necesario aprovechar la piel del prepucio para el reconstrucción de otros tejidos de la región genital. Una vez que se controlan estas condiciones, se puede realizar una cirugía de fimosis.