La fecha de vigencia corresponde al período dado por el fabricante en el que el alimento, en condiciones ideales de almacenamiento, es sostenible para el consumo, es decir, no representa cambios nutricionales ni favorece el crecimiento de microorganismos y no existe riesgo de contraer enfermedades. .
Algunos alimentos se consideran seguros para comer incluso fuera de la fecha de vencimiento, como las especias, la pasta y el arroz, por ejemplo. Otros, aunque no presentan cambios en su textura, olor, color o sabor, pueden resultar peligrosos para la salud. Esto se debe a que algunos microorganismos presentes en el alimento pueden multiplicarse sin provocar cambios visibles e interferir con la calidad del alimento, poniendo en peligro la salud de la persona. Por tanto, consumir alimentos más allá de la fecha de caducidad se considera un problema de salud pública, ya que muchas veces la ingesta de alimentos está condicionada a características visuales y / o perceptuales, provocando enfermedades.
Para que los alimentos se consideren seguros para el consumo, incluidos los que están dentro de la fecha de vencimiento, es importante que se almacenen correctamente de acuerdo con la recomendación del fabricante, que generalmente se describe en la etiqueta. La falta de un almacenamiento adecuado favorece el desarrollo de microorganismos patógenos.
Cómo saber si se pueden consumir alimentos
Para un consumo de alimentos seguro, es importante prestar atención a la fecha de vencimiento que se indica en la etiqueta, así como a las condiciones de almacenamiento y algunas características que pueden indicar el crecimiento de microorganismos patógenos. Así, las principales características a observar son:
- Color: Observe cuidadosamente si el color de la comida es el esperado o si ha cambiado. Un buen ejemplo es la carne envasada, que cuando comienza a descomponerse, sufre ligeros cambios de color, comenzando a ponerse verde;
- Oler: El segundo paso para identificar si la comida se puede consumir o no es a través de su olor, que indica si la comida es ácida, dañada o en mal estado. Un buen ejemplo es la sopa, cuando empieza a deteriorarse huele a ácido;
- Textura: La textura también ayuda a identificar si el alimento está en buenas condiciones para el consumo, ya que si está alterado o con un aspecto viscoso, granulado o denso, puede indicar que el alimento está en mal estado. Un buen ejemplo es la crema de leche, cuando se estropea se corta y su textura se vuelve homogénea;
- Gusto: Esta es la última característica que debe evaluarse, ya que puede poner en peligro la salud de una persona. Esta característica se evalúa solo cuando otras características parecen ser normales. En este caso, es recomendable degustar una pequeña cantidad de alimento antes de consumirlo entero o utilizarlo para cocinar.
Los períodos de validez los determina el fabricante a través de diversas pruebas realizadas para evaluar el potencial de crecimiento de los microbios en el alimento, en relación con las diferentes condiciones de almacenamiento.
Es importante prestar atención al período de vigencia del alimento, ya que aunque no se han identificado cambios en las características del alimento, algunos microorganismos pueden multiplicarse o producir toxinas que pueden resultar en intoxicaciones alimentarias. Vea cómo identificar los síntomas de la intoxicación alimentaria.
¿Puedo comer cualquier alimento fuera de la vida útil?
Aunque la vida útil es un indicador importante para comprobar la calidad de los alimentos, algunos pueden consumirse fuera de la vida útil, debido a que las condiciones de almacenamiento no son tan difíciles y porque toleran grandes cambios de temperatura.
Algunos de los alimentos que se pueden consumir fuera de la fecha de caducidad sin poner en peligro la salud son la pasta seca, el arroz, la harina, la sal, el azúcar, las especias, el agua y las verduras congeladas, por ejemplo. Estos alimentos generalmente se pueden consumir varios meses después de la fecha de vencimiento, si no hay cambios de color, olor, textura y sabor. Asimismo, su embalaje debe ser sellado y almacenado de acuerdo con las instrucciones dadas por el fabricante.
Los alimentos refrigerados como la carne, el yogur, la leche, las cremas, la leche condensada y el requesón son ejemplos de productos que no deben consumirse después de la fecha de caducidad y sus características deben evaluarse incluso cuando están a tiempo. Además, los medicamentos y suplementos también son ejemplos de excepciones que deben utilizarse dentro del período de validez, ya que pueden suponer un peligro para la salud.