La propiocepción es la capacidad del cuerpo para evaluar su posición con el fin de mantener un equilibrio perfecto al estar de pie, moverse o hacer ejercicio.
La propiocepción se produce porque existen propioceptores, que son células ubicadas en músculos, tendones y articulaciones que envían información al sistema nervioso central, que organiza la parte del cuerpo, manteniendo la postura, la bipedestación o el movimiento adecuados.
¿Para que sirve la propiocepción?
La propiocepción es muy importante para mantener el equilibrio del cuerpo, junto con el sistema vestibular ubicado en el oído y el sistema visual, que también son fundamentales para mantenerse erguido sin desequilibrarse.
Cuando no se estimula adecuadamente el sistema propioceptivo existe un mayor riesgo de caídas y esguinces, por lo que es importante entrenar, especialmente en quienes practican actividad física, pero también en los casos de la etapa final de rehabilitación de todos los casos traumáticos. .
La propiocepción, también conocida como cinestesia, se puede clasificar como:
- Propiocepción consciente: se produce a través de propioceptores, que permiten caminar sobre una cuerda sin caerse;
- Propiocepción inconsciente: son actividades involuntarias que realiza el sistema nervioso autónomo para regular la frecuencia cardíaca, por ejemplo.
La realización de ejercicios de propiocepción en una consulta de fisioterapia es importante, no solo para mejorar el equilibrio y los movimientos corporales precisos, sino también para prevenir el agravamiento de lesiones deportivas, como los espasmos musculares, al enseñar al cuerpo a moverse.para proteger la zona afectada.
Ejercicios de propiocepción
Los ejercicios propioceptivos están indicados cuando existe una lesión en la articulación, músculos y / o ligamentos, por lo tanto, deben ser guiados por un fisioterapeuta para ajustar los ejercicios a lo que realmente necesita el paciente.
A continuación se describen algunos ejemplos de ejercicios propioceptivos y están ordenados por dificultad:
- Camine en línea recta 10 metros, con un pie delante del otro;
- Camine 10 metros sobre diferentes tipos de superficies, como pisos, colchones, almohadas, etc.
- Vaya en línea recta utilizando solo las puntas de los pies, los talones, el borde lateral o interior del pie, entrelazados;
- El terapeuta se coloca detrás de la persona y le pide al paciente que se pare sobre una pierna y pase la pelota hacia atrás, girando solo el tronco;
- Haga de 3 a 5 sentadillas con solo 1 pie en el piso, los brazos extendidos y luego con los ojos cerrados;
- Por ejemplo, de pie sobre una superficie redondeada, como una pelota medio soplada;
- Párese sobre una pierna sobre una superficie inestable como una bola medio exhalada y dibuje un círculo en el aire;
- Salte en el trampolín, levantando una rodilla a la vez;
- Pararse en una mecedora, cerrar los ojos mientras el terapeuta desequilibra a la persona y trata de mantener el equilibrio.
- En una superficie inestable, juegue a la pelota con el terapeuta sin perder el equilibrio.
Estos ejercicios se pueden realizar todos los días, durante unos 10 a 20 minutos, si son indoloros. Poner una bolsa de agua fría en el área afectada puede ser útil para reducir el dolor y la inflamación que pueden ocurrir después del entrenamiento.