La proctitis es una inflamación del tejido que recubre el recto y la mucosa rectal, debido a infecciones, enfermedad inflamatoria intestinal, efectos secundarios de la radioterapia o medicación, que conduce a algunos síntomas como dolor en el recto o ano, sangrado anal. presencia de sangre y moco en las heces y dificultad para evacuar.
Ante la presencia de signos y síntomas indicativos de proctitis, se recomienda consultar a un proctólogo o gastroenterólogo para evaluar el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado, que puede incluir el uso de antibióticos o fármacos con acción antiinflamatoria, como corticoides, mesalazina. o sulfasalazina, por ejemplo, por vía oral o rectal.
En los casos más graves de proctitis, puede ser necesaria una cirugía para extirpar el tejido dañado.
Síntomas principales
Los síntomas de la proctitis ocurren cuando se produce una inflamación del recto, y los principales son:
- Dolor en el recto o ano;
- Dificultades con la evacuación;
- Diarrea;
- Sangrado anal;
- Presencia de sangre en las heces;
- La necesidad de evacuaciones frecuentes;
- Presencia de moco en las heces.
En los casos más graves de proctitis, puede haber úlceras de tejido profundas que pueden notarse durante las pruebas de diagnóstico, pero que pueden causar dolor e incomodidad al mover el intestino y sangre y moco en las heces.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de proctitis debe ser realizado por un proctólogo o gastroenterólogo mediante evaluación clínica y pruebas como anoscopia, sigmoidoscopia o incluso colonoscopia para evaluar el resto del intestino.
La biopsia rectal también puede estar indicada para identificar la gravedad y la causa de la inflamación además de los análisis de sangre.
¿Qué puede causar proctitis?
La proctitis es más común en personas con sistemas inmunológicos debilitados, ya sea debido a una enfermedad, la edad o el uso frecuente de drogas. Las principales causas de proctitis son:
- Infecciones de transmisión sexual, como herpes, gonorrea, sífilis, clamidia o citomegalovirus, por ejemplo; afecta principalmente a personas que tienen contacto anal íntimo y que tienen un sistema inmunológico debilitado;
- Infecciones, como la esquistosomiasis rectal, amebiasis, o las provocadas por la bacteria Clostridium difficile, que genera una intensa inflamación intestinal denominada colitis pseudomembranosa, que se presenta principalmente en personas tratadas con antibióticos. Aprenda a identificar y tratar la colitis pseudomembranosa;
- Proctitis por actina, causado por la acción de la radioterapia, utilizado en el tratamiento del cáncer;
- Cambios en los nervios o la circulación. sangre rectal, como por isquemia o enfermedad reumática, por ejemplo;
- Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, que provocan inflamación por motivos autoinmunitarios. Obtenga más información sobre la EII;
- Colitis alérgica, provocada por el consumo de alimentos que provocan alergias, como la proteína de la leche de vaca, más común en los lactantes;
- Remedios para la colitis, provocada por la acción de fármacos, especialmente antibióticos, que pueden alterar la flora intestinal.
También debe recordarse que las lesiones existentes en el recto y el ano también pueden ser un signo de cáncer en la región. Incluso es posible que no se haya identificado la causa de la proctitis, por lo que se puede clasificar como proctitis idiopática.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la proctitis dependerá de la causa de este problema y debe ser dirigido por un proctólogo.
Por esta razón, su médico puede sugerirle el uso de antibióticos en caso de que la inflamación sea causada por alguna bacteria; eliminación de alimentos o medicamentos que puedan empeorar la afección si es de origen alérgico o médico.
También puede indicar el uso de antiinflamatorios orales o rectales, como sulfasalazina o mesalazina, que son corticosteroides que se utilizan para reducir los síntomas, principalmente en casos de enfermedad inflamatoria intestinal. En estos casos, incluso puede ser necesario el uso de fármacos inmunosupresores potentes.
Por otro lado, en los casos en que exista un compromiso grave por inflamación o isquemia del recto o cuando los síntomas no desaparezcan con el tratamiento clínico, puede ser necesaria una cirugía para extirpar tejido muerto o gravemente comprometido.
¿Cómo debe ser la dieta?
Durante el tratamiento recomendado por un médico, se recomienda tener un poco de cuidado en la dieta, seguir una dieta de fácil digestión, baja en grasas y azúcares para facilitar la absorción de los alimentos y evitar molestias estomacales.
Para ello, conviene preferir la ingesta de carnes bajas en grasas como el pollo y pavo sin piel y el pescado blanco; frutas y verduras sin piel y semillas, preferiblemente hervidas, con posibilidad de consumir manzanas, peras, melocotones, plátanos, calabacines, té, judías verdes, berenjenas, zanahorias; huevos, tofu, yogur natural con probióticos, quesos blancos bajos en grasa y bebidas de origen vegetal como arroz o leche de soja; cereales bajos en fibra como pasta, arroz blanco y pan, patatas y boniatos pelados, galletas saladas, entre otros.
También es importante evitar comer alimentos ricos en fibra como frutas y verduras; semillas, como sésamo, chía o linaza; frutos secos como nueces, cacahuetes o avellanas; cereales como frijoles, lentejas o garbanzos; alimentos integrales como pan integral, arroz o pasta integral, maíz; salsas como kétchup o mayonesa; leche entera y queso amarillo; y bebidas carbonatadas, cafeína, alcohol y comidas picantes.
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