La preeclampsia es una complicación del embarazo y parece ocurrir debido a problemas con el desarrollo de la placenta, lo que provoca espasmos en los vasos sanguíneos, cambios en la capacidad de coagulación de la sangre y reducción de la circulación sanguínea. Los síntomas pueden ocurrir durante el embarazo, principalmente después de la semana 20 de gestación, durante el parto o después del parto, e incluyen presión arterial alta superior a 140 x 90 mmHg, presencia de proteínas en la orina e hinchazón del cuerpo debido a la retención de líquidos.
Algunas de las condiciones que aumentan el riesgo de preeclampsia durante el embarazo son: cuando una mujer está embarazada por primera vez, cuando tiene más de 35 o menos de 17, es diabética, obesa, está embarazada de mellizos o tiene antecedentes de enfermedad renal. , hipertensión o preeclampsia previa.
Hay dos tipos de preeclampsia, pero la más peligrosa es la preeclampsia grave, que puede convertirse en eclampsia, lo que puede hacer que la madre y el bebé mueran si no se tratan.
Principales síntomas
Los síntomas de la preeclampsia pueden variar según el tipo:
1. Preeclampsia leve
En la preeclampsia leve, los signos y síntomas generalmente incluyen:
- Presión arterial igual a 140 x 90 mmHg;
- Presencia de proteína en la orina;
- Hinchazón y aumento de peso repentino, como de 2 a 3 kg en 1 a 2 días.
Ante la presencia de al menos uno de los síntomas, la embarazada debe acudir a un centro de salud u hospital para que le midan la presión arterial y le realicen análisis de sangre y orina para diagnosticar si tiene o no preeclampsia.
2. Preeclampsia grave
En la preeclampsia grave, además de la hinchazón y el aumento de peso, existen otros signos como:
- Presión arterial superior a 160 x 110 mmHg;
- Dolor de cabeza severo y persistente;
- Dolor en el lado derecho del abdomen;
- Disminución de la cantidad de orina y ganas de orinar.
- Trastornos de la visión como visión borrosa o borrosa;
- Sensación de ardor en el abdomen.
Si una mujer embarazada tiene estos síntomas, debe acudir al hospital de inmediato.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la preeclampsia intenta garantizar la seguridad de la madre y el bebé y suele variar según la gravedad de la enfermedad y el momento del embarazo. En caso de preeclampsia leve, el obstetra generalmente recomienda que la mujer se quede en casa y continúe con una dieta baja en sal con una mayor ingesta de agua de aproximadamente 2 a 3 litros por día. Además, el reposo debe realizarse estrictamente y preferiblemente en el lado izquierdo, con el fin de aumentar la circulación sanguínea a los riñones y al útero.
Durante el tratamiento, es importante que la mujer embarazada controle su presión arterial y realice análisis de orina de rutina para evitar el empeoramiento de la preeclampsia.
Para la preeclampsia grave, el tratamiento generalmente se realiza en un hospital mientras usted está en el hospital. Durante la estadía en el hospital, la mujer embarazada debe recibir medicamentos antihipertensivos por vía intravenosa y ser monitoreada de cerca por su salud y la salud del bebé. Según la edad gestacional, su médico puede recomendar la inducción del trabajo de parto para tratar la preeclampsia.
Posibles complicaciones de la preeclampsia
Algunas de las complicaciones causadas por la preeclampsia son:
- Eclampsia– Esta es una afección más grave que la preeclampsia, en la que hay episodios recurrentes de convulsiones seguidas de coma, que pueden ser fatales si no se tratan de inmediato;
- Síndrome de HELLPOtra complicación caracterizada por la presencia de destrucción de glóbulos, además de los síntomas de la eclampsia, es anemia, hemoglobina por debajo del 10,5% y una disminución de plaquetas por debajo de 100.000 / mm3, además de un aumento de las enzimas hepáticas, con una TGO por encima. 70 U / L. Obtenga más información sobre los síntomas del síndrome HELLP y cómo se trata.
- Sangrado: ocurren debido a la destrucción y reducción del recuento de plaquetas y la alteración de la capacidad de coagulación;
- Edema agudo de pulmón– una situación en la que hay una acumulación de líquido en los pulmones;
- Insuficiencia hepática y renal: que puede volverse incluso irreversible;
- Prematuridad del bebé: una situación que, si se agrava y tus órganos no se desarrollan adecuadamente, puede tener consecuencias y comprometer sus funciones.
Estas complicaciones se pueden evitar si una mujer embarazada recibe un control prenatal durante el embarazo, ya que la enfermedad se puede diagnosticar temprano y se puede administrar el tratamiento lo antes posible.
Una mujer que ha tenido preeclampsia puede volver a quedar embarazada, ya que es importante que el control prenatal sea riguroso, según las indicaciones del obstetra.