Poliomielitis: que es, síntomas y como tratarla

La poliomielitis es una enfermedad contagiosa provocada por un poliovirus que normalmente vive en el intestino pero que puede ingresar al torrente sanguíneo y, en algunos casos, afectar al sistema nervioso central provocando parálisis de las extremidades, alteraciones motoras y, en algunos casos, incluso la muerte.

El virus se transmite de una persona a otra a través del contacto con secreciones como la saliva o por el consumo de agua y alimentos que contienen heces contaminadas, lo que a menudo afecta a los niños, especialmente en lugares donde la higiene es deficiente.

Aunque actualmente hay varios casos reportados de poliomielitis, es importante vacunar a los niños menores de 6 años para evitar que la enfermedad reaparezca y transmita el virus a otros niños. Obtenga más información sobre la vacuna contra la polio.

Los síntomas de la poliomielitis

La mayoría de las veces, la infección por poliovirus no provoca síntomas y cuando se presentan suelen ser diferentes, lo que permite clasificar la polio como no paralítica y paralítica según sus síntomas:

Polio no paralítico

Los síntomas que pueden presentarse después de una infección por poliovirus suelen estar relacionados con la forma no paralítica de la enfermedad, que se caracteriza por:

  • Baja temperatura;
  • Dolor de cabeza y de espalda;
  • Malestar general;
  • Vómitos y náuseas;
  • Dolor de garganta;
  • Debilidad muscular;
  • Dolor o entumecimiento en los brazos o piernas;
  • Estreñimiento.

La poliomielitis no paralítica también se conoce como poliomielitis abortada.

Poliomielitis paralítica

En unos pocos casos, una persona puede desarrollar una forma grave y paralítica de la enfermedad en la que se produce la destrucción de neuronas en el sistema nervioso central, provocando la parálisis de una de las extremidades con pérdida de fuerza y ​​reflejos.

En situaciones aún más raras, si gran parte del sistema nervioso central está comprometido, puede haber pérdida de coordinación motora, dificultad para tragar e incluso parálisis respiratoria, lo que puede provocar la muerte.

Como se transmite

La poliomielitis se transmite de persona a persona porque los virus se introducen en las heces o secreciones como la saliva, la flema y la mucosidad. Entonces la infección se produce por el consumo de alimentos contaminados con heces o por contacto con gotitas de secreción contaminadas.

La infección es más común en entornos insalubres y con malas condiciones higiénicas, y los niños son los más afectados. Sin embargo, los adultos también pueden infectarse, especialmente aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos, como los ancianos, las personas con VIH, lupus y las personas desnutridas.

Cómo puede ser prevenido

Para evitar la infección por el virus de la polio, es importante invertir en mejoras en las condiciones sanitarias del medio, evitando la ingesta de agua no potable y el correcto lavado de los alimentos.

Sin embargo, la principal forma de prevenir la enfermedad es a través de la vacunación, que tiene 2 tipos: oral llamada Sabin o inyectada llamada Salk y cuyo método de aplicación dependerá del país y las condiciones en las que se encuentre.

Suelo 1ra dosis 2da dosis Tercera dosis Fortalecimiento
México 2 meses VO * 4 meses VO 6 meses VO Ninguno
España 2 meses VI ** 4 meses VI 11-12 meses VI 6 años VI
Argentina 2 meses VI 4 meses VI 6 meses VO Entre 15 y 18 años, luego entre 5 y 6 años OV
Venezuela 2 meses VI 4 meses VO 6 meses VO Entre 15 y 18 meses y entre 4 y 6 años OV

Cabe destacar que en España la vacuna utilizada se utiliza con otras vacunas combinadas, es decir, no se utiliza como vacuna individual.

* VO: vía de administración oral.

** VI: Inyecciones de administración.

Cómo se realiza el tratamiento

Al igual que otros virus, la polio no tiene un tratamiento específico, por lo que su médico puede recomendar reposo y la ingesta de líquidos, además de usar medicamentos como paracetamol o dipirona para aliviar la fiebre y los dolores corporales.

En los casos más graves de parálisis, el tratamiento puede incluir sesiones de fisioterapia, que utilizan una variedad de técnicas y ayudas, como ortesis, para mejorar la postura y ayudar a reducir los efectos de los efectos faciales cotidianos.

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