La malaria, también conocida como malaria, es una enfermedad que se transmite por la picadura de la hembra del mosquito Anopheles, que a su vez es infectado por protozoos del género Plasmodium, provocando algunos síntomas como fiebre, sudoración, vómitos y dolor de cabeza. y debilidad.
La mejor forma de evitar contraer esta enfermedad es evitar las picaduras de mosquitos, lo cual se puede lograr mediante el uso de repelentes, colocando protectores en ventanas y puertas, o usando camisas y pantalones de manga larga, por ejemplo.
La malaria se puede curar, pero es importante comenzar el tratamiento lo antes posible, ya que en muchos casos la enfermedad puede empeorar provocando anemia, plaquetas bajas o insuficiencia renal. En algunos casos, el parásito puede poner en peligro el cerebro, donde las posibilidades de otras complicaciones e incluso la muerte son mayores.
Mosquito de la malaria o la malaria
Principales síntomas
Los primeros síntomas de la malaria suelen aparecer de 8 a 14 días después de la transmisión e incluyen:
- Fiebre que puede aparecer y desaparecer en ciclos;
- Sudoración y fiebre;
- Dolor de cabeza intenso;
- Náuseas y vómitos;
- Dolor muscular en todo el cuerpo;
- Debilidad y fatiga persistentes;
- Piel y ojos amarillos.
En algunos casos, los síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer, según la velocidad a la que se multiplican los protozoos de la malaria y el sistema inmunológico de la persona.
La mayoría de estos síntomas son comunes con otras enfermedades, por esta razón, la mejor manera de confirmar una infección por malaria es acudir al médico, especialmente si has estado recientemente en algún lugar con malaria o donde esta infección es común, como ocurre en la región amazónica. o África, por ejemplo.
Cómo se lleva a cabo la transferencia
La malaria se transmite a través de la picadura de un mosquito Anopheles hembra infectado, que adquirió el parásito al picar a una persona infectada con la enfermedad. Es importante recordar que la malaria no es contagiosa, es decir, no se transmite de una persona a otra, salvo en raras ocasiones con jeringas compartidas, transfusiones mal controladas o en el momento del parto.
Generalmente, los mosquitos pican a las personas al anochecer o de noche. Los lugares con mayor riesgo de contagio son Sudamérica, Centroamérica, África y parte de Asia, principalmente en lugares con agua limpia con baja corriente, humedad y temperaturas entre 20º y 30ºC.
Ciclo de vida de la malaria
El ciclo del parásito Plasmodium en el cuerpo humano tiene lugar de la siguiente manera:
- La picadura de la hembra del mosquito Anopheles transmite, a través de su saliva, el plasmodio al torrente sanguíneo de la persona en su fase de esporozoitos;
- Los esporozoitos viajan al hígado donde maduran y se multiplican, aproximadamente 15 días, provocando la forma de merozoitos;
- Los merozoitos descomponen las células del hígado y entran al torrente sanguíneo, atacando a los glóbulos rojos;
- Dentro de las células sanguíneas infectadas, llamadas esquizofrénicas, los parásitos se multiplican y descomponen esta célula, atacando a otras, en un ciclo de 48 a 72 horas.
El ciclo de vida de la malaria varía en la fase esquizofrénica según la especie Plasmodium, que es de 48 horas para la especie. P. falciparum, P. vivax y P. ovale y de 72 a P. malariae. Durante el período en que los glóbulos rojos se descomponen, los síntomas pueden ser pronunciados, principalmente fiebre y escalofríos.
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de malaria se realiza mediante el análisis microscópico de un análisis de sangre, también conocido como frotis grueso. Esta prueba debe estar disponible en un centro de salud u hospital, principalmente en las zonas más afectadas por la malaria, y debe realizarse siempre que aparezcan síntomas de infección.
Además, se han desarrollado nuevas pruebas inmunológicas para facilitar y acelerar el diagnóstico de malaria. Si el resultado indica que se trata de una enfermedad infecciosa, su médico puede ordenar otras pruebas, como hematología completa, una prueba de orina y una radiografía de tórax, para monitorear y evaluar posibles complicaciones.
Cómo se realiza el tratamiento
La malaria se trata con medicamentos antipalúdicos o antipalúdicos como cloroquina, primaquina, artemeter y lumefantrina o artesunato y mefloquina, por ejemplo, que actúan destruyendo el plasmodio y previniendo su transmisión.
Los fármacos seleccionados, dosis y duración son indicados por el médico, que dependerá de la edad, la gravedad de la enfermedad y el análisis de las condiciones de salud. Los niños, lactantes y mujeres embarazadas necesitan un tratamiento especial con quinina o clindamicina, siempre de acuerdo con las recomendaciones médicas, y generalmente se indica que el individuo debe ser hospitalizado.
También se recomienda:
- Coma normalmente;
- No consuma bebidas alcohólicas;
- No suspenda el tratamiento incluso si los síntomas ya han desaparecido, ya que existe el riesgo de recurrencia o complicación de la enfermedad.
El tratamiento para la malaria debe comenzar lo antes posible, ya que puede progresar seriamente. Si no se trata adecuadamente, puede causar la muerte.
Vea cómo se realiza el tratamiento para una recuperación más rápida.
Posibles complicaciones
Las complicaciones de la malaria generalmente ocurren cuando la enfermedad no se trata adecuadamente o cuando la persona tiene un sistema inmunológico comprometido, lo que puede ocurrir:
1. Edema pulmonar
Ocurre cuando hay una acumulación excesiva de líquido en los pulmones, que ocurre con mayor frecuencia en mujeres embarazadas, se caracteriza por fiebre alta y respiración más rápida y profunda, lo que puede causar síndrome de dificultad respiratoria en adultos.
2. Ictericia
Ocurre debido a la destrucción excesiva de glóbulos rojos y lesiones provocadas por el parásito de la malaria en el hígado, provocando un aumento de la concentración de bilirrubina en la sangre, y a su vez, coloración amarillenta de la piel, comúnmente conocida como ictericia.
Además, cuando la ictericia es grave, puede provocar la decoloración del blanco de los ojos.
3. Hipoglucemia
Debido al exceso de parásitos en el cuerpo, la glucosa disponible en el cuerpo se consume más rápido, lo que provoca hipoglucemia. Algunos síntomas que pueden indicar un nivel bajo de azúcar en sangre incluyen mareos, palpitaciones, temblores e incluso pérdida del conocimiento.
4. Anemia
Cuando está en el torrente sanguíneo, el parásito de la malaria puede destruir los glóbulos rojos, impidiendo que funcionen correctamente y lleven sangre a todas las partes del cuerpo. Por esta razón, una persona con malaria puede desarrollar anemia y mostrar algunos síntomas relacionados como debilidad excesiva, piel pálida, dolores de cabeza constantes e incluso dificultad para respirar, por ejemplo.
Vea qué comer para prevenir o tratar la anemia.
5. Paludismo cerebral
En casos raros, el parásito puede diseminarse por el torrente sanguíneo y llegar al cerebro, provocando síntomas como dolor de cabeza intenso, fiebre superior a 40ºC, vómitos, somnolencia, delirio y confusión mental.
Cómo protegerse
La prevención del paludismo se puede realizar mediante:
- Usar ropa brillante y tela fina., con mangas largas y pantalón;
- Evite las áreas más propensas a propagar la enfermedad., principalmente al atardecer o por la noche, que es el momento en que suele picar el mosquito;
- Utilice repelentes a base de DEET (N, N-dietil-meta-toluamida), siguiendo las instrucciones del fabricante para la instalación y uso del repelente;
- Establecer redes de seguridad contra mosquitos en ventanas y puertas;
- Evite los lagos, estanques y ríos, principalmente al final de la tarde o al anochecer.
Para aquellos que viajan a una región donde hay casos de malaria, es posible que reciba un tratamiento preventivo llamado quimioprofilaxis, con medicamentos antipalúdicos o antipalúdicos como la doxiciclina, la mefloquina o la cloroquina.
Sin embargo, estos fármacos tienen fuertes efectos secundarios, por ello el médico suele sugerir esta forma de prevención en aquellas personas que tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad, en personas que van a regiones infectadas con malaria o cuando la persona tiene la enfermedad que puede tener más complicaciones con la infección.
Por lo tanto, estos medicamentos deben usarse solo bajo indicaciones médicas. Por lo general, comienzan 1 día antes del viaje y continúan durante unos días o semanas después de su regreso.