La micción dolorosa, cuyo término médico es disuria, es causada principalmente por una infección del tracto urinario y es un problema muy común en las mujeres, especialmente durante el embarazo. Sin embargo, también puede ocurrir en hombres, niños y bebés, y puede ir acompañada de otros síntomas como ardor o dificultad para orinar.
Además de una infección del tracto urinario, el dolor al orinar puede ocurrir cuando hay problemas como hiperplasia prostática benigna, inflamación del útero, tumor de vejiga o cuando se tiene un cálculo renal.
Entonces, para hacer un correcto diagnóstico e iniciar el tratamiento más adecuado, es necesario acudir a un ginecólogo o urólogo, quien de acuerdo a los síntomas descritos por el paciente y la adecuada evaluación clínica podrá indicar la realización de pruebas diagnósticas, tales como. examen.orina general.
La micción dolorosa puede ocurrir debido a una variedad de problemas, que incluyen:
1. Cistitis
La cistitis es una infección del tracto urinario que afecta la vejiga y causa otros síntomas como micción frecuente, sensación de ardor, sangre en la orina, fiebre, malestar general y orina turbia y / o oscura. Vea cuáles son los síntomas de la cistitis.
Hacer: En este caso, es importante consultar a un urólogo o nefrólogo para confirmar el diagnóstico y comenzar el tratamiento más adecuado que incluya el uso de antibióticos según el microorganismo responsable de la infección.
2. Pielonefritis
La pielonefritis es una infección renal que también puede causar fiebre, dolor lumbar y orina con mal olor.
Vea cuáles son los síntomas de la pielonefritis.
Hacer: El tratamiento de la pielonefritis debe hacerse con antibióticos y es importante hacerlo según las indicaciones del médico, aunque no haya más síntomas, esto se debe a que si las bacterias permanecen en el sistema urinario pueden presentarse complicaciones.
3. Uretritis
La uretritis es una infección del tracto urinario que afecta solo a la uretra, generando síntomas como micción frecuente, dificultad para orinar y secreción de color amarillo verdoso.
Hacer: En este caso, es importante que el tratamiento sea dirigido por un urólogo para evitar complicaciones, como la pielonefritis, ya que es necesario el uso de antibióticos para eliminar el microorganismo causante de la infección.
Vea con más detalle cómo se realiza el tratamiento.
4. Cervicitis o vulvovaginitis
Estas enfermedades ocurren solo en mujeres debido a la inflamación de la vulva o del útero, acompañada de otros síntomas como secreción amarillenta, fiebre superior a 38ºC y sangrado vaginal. Obtenga más información sobre la vulvovaginitis.
Hacer: Es importante identificar la causa de la vulvovaginitis, para que el ginecólogo haya indicado el tratamiento más adecuado, que suele realizarse con antibióticos, antifúngicos o antivirales, según la causa de la cervicitis o vulvovaginitis.
5. Cálculos renales
Los cálculos renales, también llamados cálculos renales, son una masa que forma un tipo de cálculo que se puede formar en cualquier región del sistema urinario, creando dificultad y dolor al orinar.
Hacer: En el caso de los cálculos renales, es importante que la persona adopte algunas actitudes para favorecer la eliminación del cálculo a través de la orina, recomendando beber mucha agua y seguir una dieta para evitar la formación de más cálculos.
Sin embargo, en algunos casos, su médico puede recomendar el uso de medicamentos que ayuden a aliviar los síntomas y eliminar los cálculos.
Vea cómo es el tratamiento para los cálculos renales.
6. Piedra en la vejiga
La presencia de cálculos en la vejiga también puede causar dolor al orinar, especialmente cuando son grandes y dificultan la micción. También es común tener dolor abdominal bajo, orina turbia y con sangre y, en los hombres, dolor en el pene.
Hacer: Es importante consultar a un urólogo para sugerir pruebas que ayuden a identificar el tamaño del cálculo y, así, indicar la mejor forma de tratamiento, ya sea mediante el uso de fármacos que ayuden a fragmentar y favorezcan su eliminación. , o mediante un procedimiento quirúrgico.
7. Infecciones de transmisión sexual
Las infecciones de transmisión sexual, como la gonorrea o la clamidia, son comunes tanto en hombres como en mujeres y causan otros síntomas como secreción verdosa, ardor en la uretra y fiebre. Infórmese sobre las ITS más comunes.
Hacer: Es importante que la persona consulte a un urólogo o ginecólogo para que se puedan realizar pruebas para identificar el microorganismo responsable de la infección para mostrar el tratamiento más adecuado. Además, es importante el uso de preservativo en todas las relaciones sexuales y también se recomienda que la pareja se someta a un tratamiento aunque no presente signos o síntomas de infección.
8. Hipertrofia prostática benigna
La hipertrofia prostática benigna se caracteriza por un agrandamiento de la próstata masculina que, además del dolor, puede causar dificultad para orinar y una necesidad frecuente de ir al baño. Según algunos estudios, no existe un vínculo claro entre el tamaño de la próstata y la frecuencia y gravedad de los síntomas. La raza, la dieta y los antecedentes familiares pueden influir en el desarrollo de la enfermedad.
Hacer: en este caso, el tratamiento debe ser indicado por el urólogo, quien tiene en cuenta la edad del hombre, el tamaño de la próstata y los síntomas que presenta. Por tanto, dependiendo del caso, puede estar indicado el uso de fármacos que ayuden a aliviar los síntomas y el tamaño de la próstata o realizar un procedimiento quirúrgico.
9. Cáncer
El crecimiento de tumores en la vejiga, el útero o la próstata puede causar dolor al orinar y otros síntomas como dolor constante, sangre en la orina o fatiga excesiva, por ejemplo.
Hacer: Si se confirma el cáncer, se puede indicar una cirugía seguida de quimioterapia, radioterapia y / o el uso de medicamentos inmunosupresores, según las indicaciones del oncólogo.
Debido a que la mayoría de las causas tienen síntomas muy similares, la mejor manera de identificar la causa del dolor urinario es acudir a un ginecólogo o urólogo para realizar pruebas de diagnóstico, como: una prueba general de orina, una ecografía de la vejiga, un examen uterino y la vagina. , tacto rectal, análisis de sangre, ecografía ginecológica o abdominal, por ejemplo.