Los principales tipos de vaginitis.

La vaginitis corresponde a la inflamación de la vagina y el cuello uterino producida por bacterias, hongos o protozoos, que da lugar a una secreción vaginal blanca y lechosa. Esta inflamación es más común en mujeres que tienen contacto íntimo frecuente y que no usan condón durante las relaciones sexuales, principalmente.

El diagnóstico de vaginitis lo realiza el ginecólogo a partir del análisis de los síntomas que presenta la mujer, el examen de la zona íntima y la realización de algunas pruebas para confirmar la enfermedad. A partir de la identificación del microorganismo que provoca la vaginitis, el médico puede indicar el mejor tratamiento.

Tipos de vaginitis

Según la causa, la vaginitis se puede clasificar en:

  • Vaginitis bacteriana: Este tipo de vaginitis es causada por bacterias, principalmente Gardnerella sp. La inflamación provocada por la infección de este género de bacterias provoca la aparición de secreciones vaginales con un olor desagradable y dolor durante el contacto íntimo. Más información sobre Gardnerella sp.
  • Vaginitis por hongos: esta es provocada principalmente por hongos del género Candida, que suelen estar presentes en la vagina, pero en situaciones que favorecen una determinada temperatura y humedad, pueden multiplicarse y provocar infecciones. Obtenga más información sobre el tratamiento de una infección por hongos genital.
  • Vaginitis protozoaria: El principal protozoo responsable de la vaginitis en las mujeres es Trichomonas vaginalis, que provoca una sensación de ardor, hormigueo y una fuerte necesidad de orinar. Aprenda a identificar los síntomas de la tricomoniasis.

Para saber qué microorganismo es el responsable de la vaginitis, es necesario que el ginecólogo solicite un examen microbiológico que se debe realizar después de recibir el flujo vaginal en el laboratorio. Según el resultado del examen, el médico podrá determinar el tratamiento de acuerdo con la causa.

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico de vaginitis lo realiza el ginecólogo con la ayuda de algunas pruebas, como la colposcopia, la prueba de Schiller y la prueba de Papanicolaou, pero esta no es muy específica para el diagnóstico de vaginitis y no muestra muy bien los signos de inflamación vaginal.

Por tanto, en caso de sospecha de vaginitis, el médico podrá ordenar una colposcopia, que permite la evaluación del cuello uterino, vulva y vagina, que podrá identificar cambios que indiquen vaginitis. Aprenda cómo se realiza la colposcopia.

Adicionalmente, con el fin de identificar el microorganismo responsable de la inflamación y poder iniciar el tratamiento más adecuado, el médico podrá solicitar la realización de pruebas microbiológicas sobre el flujo vaginal.

Los principales signos y síntomas.

La inflamación vaginal se caracteriza principalmente por la presencia de un flujo vaginal blanquecino, de aspecto lechoso y homogéneo, que también puede ser abultado. Algunas mujeres también pueden notar un olor desagradable, similar al del pescado, que empeora después del contacto íntimo. En algunos casos, se pueden observar manchas rojas o blancas en el revestimiento de la vagina y el cuello uterino, además de hinchazón del área.

Además del alta, el médico puede identificar, durante los exámenes, signos en el cuello uterino o en la mucosa vaginal, distinguiendo los tipos de vaginitis en:

  • Vaginitis difusa, se caracteriza por la presencia de pequeñas manchas rojas en la mucosa vaginal y el cuello uterino;
  • Vaginitis focal, en el que se pueden observar manchas rojas circulares en la mucosa vaginal;
  • Vaginitis aguda, que se caracteriza por hinchazón de la mucosa vaginal a pesar de la presencia de manchas rojas;
  • Vaginitis crónica, en el que se notan manchas blancas y rojas en la vagina.

Al observar los signos en el examen ginecológico, el médico podrá indicar la gravedad de la inflamación, además de evitar el riesgo de complicaciones como endometriosis y enfermedad pélvica inflamatoria, por ejemplo.

¿Cual es el tratamiento?

El tratamiento de la vaginitis se realiza con el uso de fármacos orales o se aplica directamente en la zona íntima. Aunque no es una situación grave, la inflamación de la vagina debe tratarse lo antes posible para evitar que la lesión empeore, ya que facilita la aparición de otras enfermedades como el VPH y el sida, por ejemplo.

Durante el tratamiento, se aconseja a la mujer que no tenga relaciones sexuales, ni siquiera que use condón, ya que frotar el pene dentro de la vagina puede resultar incómodo.

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