Linfoma de Burkitt: que es, síntomas y tratamiento

El linfoma de Burkitt es un tipo de cáncer del sistema linfático que afecta particularmente a los linfocitos, que son un tipo de célula de defensa del cuerpo. Este cáncer puede estar asociado con la infección por el virus de Epstein-Barr (VEB) o el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); sin embargo, también puede resultar de un cambio genético.

Generalmente, este tipo de linfoma se desarrolla más en niños que en adultos y ataca los órganos del área abdominal con más frecuencia. Sin embargo, debido a que es un cáncer agresivo, en el que las células cancerosas crecen rápidamente, puede afectar otros órganos, como el hígado, el bazo, la médula ósea e incluso los huesos de la cara.

El primer signo del linfoma de Burkitt es la inflamación de los ganglios del cuello, las axilas y / o la ingle, o la hinchazón del abdomen o la cara, según el área afectada por el linfoma. Después de evaluar los síntomas, el hematólogo confirmará el diagnóstico con una biopsia y pruebas de imagen. De esta forma, la confirmación del linfoma de Burkitt indica el tratamiento más adecuado, que generalmente consiste en quimioterapia.

Principales síntomas

Los síntomas del linfoma de Burkitt pueden variar según el tipo y la ubicación del tumor; sin embargo, los síntomas más comunes de este tipo de cáncer son los siguientes:

  • Glándulas inflamadas en el cuello, axilas y / o ingle;
  • Sudores nocturnos excesivos;
  • Fiebre;
  • Pérdida de peso sin motivo aparente;
  • Fatiga.

Es muy común que el linfoma de Burkitt afecte el área de la mandíbula y otros huesos de la cara, lo que puede causar hinchazón en un lado de la cara. Sin embargo, el tumor también puede crecer en el abdomen y causar hinchazón y dolor en el abdomen, sangrado y obstrucción intestinal. Por otro lado, cuando el linfoma se disemina al cerebro, puede causar debilidad en el cuerpo y dificultad para caminar.

Además, la hinchazón causada por el linfoma de Burkitt no siempre es dolorosa y, a menudo, comienza o empeora en unos pocos días.

Cuales son las razones

Aunque las razones del desarrollo del linfoma de Burkitt no se conocen con exactitud, en ciertas situaciones, este cáncer se asocia con infecciones por EBV y VIH. Asimismo, la existencia de una enfermedad congénita, es decir, el nacimiento de un problema genético que deteriora las defensas del organismo, puede estar asociada al desarrollo de este tipo de linfoma.

El linfoma de Burkitt es un tipo de cáncer infantil muy común en regiones donde hay casos de malaria, como África, y también es común en otras partes del mundo donde hay muchos niños infectados por el VIH.

Cómo confirmar el diagnóstico

Debido a que el linfoma de Burkitt se propaga rápidamente, es importante que el diagnóstico se realice lo antes posible. El médico de cabecera o pediatra puede sospechar de cáncer y derivar al paciente a un oncólogo o hematólogo, quien, una vez que sepan cuánto tiempo ha pasado desde que aparecieron los síntomas, sugerirá una biopsia de la zona tumoral. Aprenda cómo se realiza la biopsia.

También se realizan otras pruebas para diagnosticar el linfoma de Burkitt, como la tomografía computarizada, la resonancia magnética, la PET (tomografía por emisión de positrones) o una muestra de médula ósea o de líquido cefalorraquídeo. El médico utiliza estas pruebas para identificar la gravedad y extensión de la enfermedad y luego para definir el tipo de tratamiento.

Tipos principales

La Organización Mundial de la Salud clasifica el linfoma de Burkitt en los siguientes tipos:

  • Endémica o africana: Afecta principalmente a niños de 4 a 7 años y es dos veces más común en los niños.
  • Esporádico o no africano: Es el tipo más común y generalmente ocurre en niños y adultos en todo el mundo, representando casi la mitad de todos los casos de linfoma en niños.
  • Relacionado con la inmunodeficiencia: Ocurre en personas que están infectadas con el virus del VIH y tienen SIDA.

El linfoma de Burkitt puede ocurrir en personas que nacen con una afección genética que causa problemas con baja inmunidad y, además, en ocasiones puede afectar a personas que se han sometido a un trasplante y a quienes están tomando medicamentos inmunosupresores.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento del linfoma de Burkitt debe comenzar tan pronto como se confirme el diagnóstico, ya que este es un tipo de tumor que crece muy rápidamente. El hematólogo sugiere un tratamiento según la ubicación del tumor y el estadio de la enfermedad; sin embargo, en la mayoría de los casos, el tratamiento de este tipo de linfoma se basa en quimioterapia.

Los medicamentos que se pueden usar juntos en quimioterapia incluyen ciclofosfamida, vincristina, doxorrubicina, dexametasona, metotrexato y citarabina. También se utiliza inmunoterapia y el fármaco más utilizado es el rituximab, que se une a las proteínas de las células cancerosas y ayuda a eliminar el tumor.

La quimioterapia intratecal, que es un medicamento que se administra en la columna, está indicada para el tratamiento del linfoma de Burkitt en el cerebro y se usa para evitar que se propague a otras áreas del cuerpo.

Sin embargo, su médico puede recetarle otros tratamientos, como radioterapia, cirugía y trasplante autólogo o autólogo de médula ósea.

Linfoma de Burkitt código ICD10 y código ICD9

Aunque es un tipo de cáncer agresivo, el linfoma de Burkitt casi siempre se puede curar, pero dependerá de cuándo se diagnostica la enfermedad, el área afectada y si el tratamiento se inicia rápidamente. Cuando la enfermedad se diagnostica temprano y el tratamiento se inicia de inmediato, hay más posibilidades de curación.

Los linfomas de Burkitten en estadios I y II tienen una probabilidad de curación superior al 90%, mientras que los linfomas en estadios III y IV tienen una probabilidad promedio de curación del 80%.

Una vez finalizado el tratamiento, es necesario seguir a un hematólogo durante aproximadamente 2 años y exámenes cada 3 meses.

Vea un video con algunos consejos sobre cómo lidiar con los síntomas del tratamiento del cáncer:

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