La lengua recubierta, conocida popularmente como lengua blanca, es una afección común que se presenta principalmente por un cuidado antihigiénico o inadecuado de la lengua, lo que genera la aparición de una placa blanquecina con una textura viscosa en la misma y, al mismo tiempo, en ocasiones, mal aliento. .
Esta placa blanca en la lengua se llama revestimiento y está formada principalmente por otras células y bacterias que están presentes de forma natural en la boca, las cuales, si hay una mala higiene de la lengua, logran desarrollarse y adherirse a ella.
Razones principales
La acumulación del revestimiento de la lengua es un proceso natural que se produce como resultado de la reducción de la producción de saliva y la deposición de microorganismos y desechos alimentarios y celulares en ella, para lo cual no existe una causa específica. Sin embargo, los factores que pueden favorecer la formación del recubrimiento incluyen los siguientes:
- Higiene dental y lingual inadecuada;
- Factores psicológicos, como el estrés o la depresión, porque debilitan el sistema inmunológico;
- Publicación extendida;
- Dieta rica en alimentos viscosos;
- Papilas gustativas agrandadas;
- Presencia de grietas en la lengua, lo que evita que los microorganismos se eliminen fácilmente de la misma.
La lengua recubierta también puede ser signo de algunas enfermedades, como diabetes, trastornos estomacales o problemas hepáticos, por lo que es importante consultar a un médico en caso de que existan otros síntomas además del revestimiento.
Conozca otras causas de la lengua blanca.
Cómo se realiza el tratamiento
Por ser un proceso natural, no existe un tratamiento específico para la lengua cubierta, por lo que solo se recomienda su control y prevención. Sin embargo, cuando el apósito es frecuente y no mejora incluso con cambios en los hábitos de higiene bucal, es importante consultar a un médico de cabecera o dentista para investigar su causa, ya que puede ser síntoma de una enfermedad.
De esta forma, para prevenir esta afección, se recomienda una correcta higiene de la lengua, realizando movimientos de atrás hacia adelante con el cepillo o con la ayuda de un limpiador de lengua. También es importante ver a un dentista con regularidad para que se pueda realizar una limpieza más profunda de la cavidad bucal.
La remoción del revestimiento lingual también es muy importante porque si no se realiza puede generar inflamación como la gingivitis, por ejemplo, o, en los casos más severos, los microorganismos presentes en el revestimiento pueden llegar a la orofaringe y extenderse a otros lugares más fácilmente, lo que puede conducir a complicaciones graves.
Debido a que una lengua cubierta se asocia con mal aliento, además de un buen cepillado de dientes y una buena técnica de la lengua, es importante beber mucha agua y evitar el ayuno durante largos períodos de tiempo.
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