La infección por listeria, comúnmente conocida como listeriosis, es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Listeria monocytogenes, que se puede encontrar en el suelo, el lodo y el agua, y se puede transmitir al consumir agua y alimentos contaminados como leche, queso y verduras sin pasteurizar. , mariscos y embutidos.
La infección puede ser asintomática en muchas ocasiones, pero los síntomas pueden ocurrir en niños, mujeres embarazadas, ancianos y personas con enfermedades crónicas porque el sistema inmunológico está comprometido en estos grupos de riesgo. Los síntomas iniciales de la listeriosis se pueden confundir con los de la gripe porque hay fiebre, dolores corporales y fiebre, por ejemplo, pero es común tener dolores corporales y diarrea.
Para evitar infecciones, es importante lavarse las manos y lavar los alimentos con frecuencia antes de comer. Si se confirma un caso de listeriosis, se debe informar la supervisión médica para que se pueda investigar la causa de la infección.
Principales síntomas
Los síntomas de la listeriosis pueden variar de 3 a 60 días después del contacto con la bacteria responsable de la enfermedad. Además, la intensidad de estos puede variar en función del estado de salud general, y esto es más grave cuando el sistema inmunológico está debilitado. Los principales síntomas de la listeriosis son:
- Dolor muscular;
- Temperatura alta, superior a 38ºC
- Vómitos
- Escalofríos;
- Dolor de cabeza;
- Pérdida de apetito;
- Diarrea;
- Confusión mental;
- Fatiga
En los casos más graves y raros, Listeria monocytogenes puede diseminarse por el torrente sanguíneo e invadir el sistema nervioso, causando meningitis, que es una inflamación de las membranas que recubren el cerebro. Además, la infección en mujeres embarazadas puede empeorar y provocar un parto prematuro, infección en el momento del parto e incluso la muerte del bebé.
Por ello, ante la presencia de signos y síntomas de listeriosis, es importante consultar a un médico de cabecera para realizar pruebas que ayuden a confirmar el diagnóstico, para poder realizar análisis de sangre y buscar bacterias en las heces, placenta, organismo fértil. . líquido o mediante lavado gástrico.
Cómo se distribuyen e incluyen los alimentos
La infección por Listeria monocytogenes se produce principalmente por el consumo de agua y alimentos contaminados, como leche no pasteurizada, productos lácteos, frutas, verduras, legumbres, carnes, pescados, mariscos ahumados y congelados y salchichas.
Esta bacteria es resistente a todas las etapas del proceso y manipulación de los alimentos, por lo que se puede encontrar en pequeñas concentraciones en alimentos debidamente procesados. Sin embargo, la presencia de la bacteria en los alimentos no significa necesariamente que sea capaz de provocar una enfermedad a menos que las condiciones de almacenamiento sean las correctas y puedan favorecer la multiplicación de este microorganismo.
Aprenda a almacenar los alimentos correctamente.
Tratamiento de la listeriosis
La listeriosis se trata con antibióticos, como penicilina o ampicilina, que su médico suele recomendar para los aminoácidos relacionados con los aminoglucósidos, como la gentamicina. En caso de alergia a la penicilina, puede optar por trimetoprim / sulfametoxazol, conocido comercialmente como Bactrim.
Adicionalmente, en caso de que la persona tenga vómitos y diarrea, es importante tomar suero casero y mantenerse hidratado, pues de esta forma se puede prevenir la deshidratación, y además, es importante una dieta ligera y de fácil digestión.
Cómo puede ser prevenido
Para prevenir la contaminación por Listeria monocytogenes y, en consecuencia, el desarrollo de listeriosis, es importante adoptar algunas medidas higiénicas como:
- Lava tus manos antes de comer;
- Lave bien los alimentos como frutas y verduras antes de comerlos;
- Almacene los alimentos correctamente;
- Mantenga limpio el frigorífico;
- Evite comer alimentos procesados y no pasteurizados.
Además, para evitar nuevos casos de listeriosis, es importante informar a las autoridades sanitarias sobre el caso para que se pueda llevar a cabo una investigación del punto de partida de la infección y, de esta forma, se puedan tomar medidas preventivas más efectivas. aplicado. .