La insuficiencia cervical, también conocida como incompetencia o insuficiencia cervical, es cuando el cuello uterino comienza a expandirse prematuramente y sin crear contracciones, midiendo menos de 2,5 cm. Generalmente, esta situación ocurre al final del primer trimestre del embarazo y puede causar algunas complicaciones, como un mayor riesgo de aborto espontáneo o parto prematuro.
El cuello uterino es la última parte del útero y está formado por tejido cartilaginoso que separa el cuerpo del útero de la vagina. El cuello uterino tiene una pequeña abertura, que se abre para permitir que salga la menstruación y que entren los espermatozoides, pero normalmente está completamente cerrada.
Durante el embarazo, se espera que esté completamente cerrado para que el bebé pueda crecer correctamente y solo al final del embarazo se debe reducir su tamaño para abrirse gradualmente y permitir que el bebé pase durante el parto.
Principales síntomas
La insuficiencia cervical no produce síntomas y, por este motivo, solo puede detectarse mediante ecografía. Algunas situaciones que apoyan esta falla son:
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Historia de aborto espontáneo previo o nacimiento prematuro;
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Después de la conización del cuello uterino;
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Agrandamiento del cuello uterino durante el legrado uterino.
El médico identifica que el cuello uterino es incompetente cuando mide menos de 2,5 cm en cualquier etapa del embarazo.
Cómo se hace el diagnóstico
Las pruebas que pueden identificar este cambio son una ecografía transvaginal realizada a las 13 semanas de gestación o una ecografía morfológica realizada a las 20 semanas de gestación. Aunque es menos común, su médico puede realizar otra prueba llamada vela hegar número 8.
Cómo prevenir la insuficiencia cervical
No hay forma de evitar la falla cervical, pero los exámenes ginecológicos anuales y el seguimiento de la atención prenatal durante el embarazo son la mejor manera de detectar cualquier cambio en el sistema reproductivo, realizando cualquier tratamiento que sea necesario.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento debe ser prescrito por un obstetra que acompañe el embarazo y tenga como objetivo retrasar al máximo el nacimiento del bebé, pudiendo realizarse con:
- Uso de progesterona por vía vaginal, que se puede aplicar a diario, por ejemplo, un fármaco es utrogestan;
- Quedarse quieto, acostado tanto como sea posible para reducir la presión del bebé sobre el cuello uterino;
- Tomar corticosteroides para madurar los pulmones de su bebé, reduciendo el riesgo de complicaciones pulmonares si el bebé nace antes de la fecha prevista;
- Circulación que es un procedimiento quirúrgico que consiste en cerrar el cuello uterino mediante suturas, lo que permite fortalecer el cuello uterino.
Este procedimiento se puede realizar de forma inmediata con anestesia espinal y sedación, pero su realización está más indicada entre las 12 y 20 semanas de embarazo. Sin embargo, solo debe realizarse en mujeres que no tengan ninguna infección y aún presenten ciertos riesgos como infección del útero, ruptura del líquido amniótico o que puedan generar contracciones, que pueden llevar al parto.