Hipoxia: síntomas, tipos y tratamiento.

La hipoxia es una afección que se presenta cuando la cantidad de oxígeno transportado a los tejidos del cuerpo es insuficiente, provocando síntomas como dolor de cabeza, somnolencia, sudores fríos, dedos y labios morados e incluso desmayos. Este cambio puede ocurrir debido a una enfermedad cardíaca, como un infarto agudo de miocardio; enfermedades pulmonares, como asma y edema pulmonar agudo, y también pueden ocurrir debido a anemia y gran altitud.

El tratamiento de la hipoxia depende de la causa, la gravedad y la salud de la persona, pero en la mayoría de los casos consiste en el suministro de oxígeno a través de máscaras o intubación ortotraqueal. Esta situación puede generar consecuencias en el organismo, por esta razón, cuando se presentan síntomas, se recomienda llamar a una ambulancia de inmediato.

Síntomas principales

Los síntomas de la hipoxia varían de persona a persona, ya que dependen de la gravedad de la falta de oxigenación en los tejidos del cuerpo, pero pueden ser:

  • Dolor de cabeza;
  • Somnolencia;
  • Aumento de la frecuencia cardíaca;
  • Sudor frio;
  • Dificultad para respirar;
  • Mareo;
  • Confusión;
  • desmayo;
  • Dedos y labios morados, una condición conocida como cianosis.

La cianosis ocurre porque los vasos sanguíneos en las extremidades del cuerpo se contraen para enviar más sangre y más oxígeno a los órganos principales del cuerpo; Esto provoca un aumento de la presión arterial.

Sin embargo, a medida que la hipoxia empeora, la presión arterial desciende y la persona puede perder el conocimiento. Por este motivo, cuando aparecen los primeros síntomas, es importante llamar a una ambulancia de inmediato, evitando posibles complicaciones.

Que causa la hipoxia

La hipoxia ocurre cuando la cantidad de oxígeno en los tejidos es insuficiente, causada por una variedad de causas, como insuficiencia respiratoria, asma, enfisema pulmonar, edema pulmonar agudo y neumonía, ya que estas afecciones interfieren con la entrada de oxígeno a los pulmones. Algunos trastornos neurológicos provocados por un traumatismo craneoencefálico pueden provocar hipoxia porque deterioran la función respiratoria.

La hemoglobina, que está presente en la sangre, es responsable de transportar oxígeno a los órganos del cuerpo. Esta proteína es baja en personas con anemia y puede causar hipoxia de los tejidos corporales incluso si se mantiene la respiración. Otra causa de hipoxia puede ser la intoxicación por productos como el cianuro, el dióxido de carbono y las drogas psicoactivas.

Además, algunas enfermedades cardíacas como el infarto agudo de miocardio interrumpen la circulación sanguínea, impidiendo el transporte de oxígeno a los tejidos del cuerpo. En lugares muy altos o profundos, la cantidad de oxígeno es bastante pequeña; por ello, si una persona se encuentra en estas zonas, también puede padecer hipoxia.

Cuales son las especies

Los tipos de hipoxia están relacionados con la causa de la falta de oxígeno en el cuerpo y pueden ser:

  • Hipoxia respiratoria: Es el resultado de una reducción en el suministro de oxígeno a los pulmones, provocada por la ausencia o dificultad para respirar, ya sea por una enfermedad o por una obstrucción de las vías respiratorias;
  • Hipoxia anémica: ocurre cuando la cantidad de hemoglobina en la sangre es muy baja, lo que provoca una disminución del oxígeno transportado en el torrente sanguíneo;
  • Hipoxia circulatoria: Ocurre en situaciones en las que la pérdida de sangre hace que el intercambio de gases en los pulmones no funcione correctamente, como en la insuficiencia cardíaca;
  • Hipoxia de órganos específicos: Esto ocurre cuando una arteria en un órgano se obstruye, bloqueando el flujo sanguíneo y reduciendo la cantidad de oxígeno en el área como resultado de la aterosclerosis, por ejemplo.

También existe un tipo de hipoxia asociada con malformaciones congénitas del corazón, como la tetralogía de Fallot, que hace que las arterias defectuosas no puedan transportar oxígeno a órganos importantes del cuerpo, como el cerebro, por ejemplo.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de la hipoxia se basa principalmente en la administración de oxígeno a través de mascarillas, catéteres nasales o depósitos de oxígeno, características de la ventilación no invasiva. En los casos más graves, sin embargo, está indicado que se inserte un tubo a través de la boca para suministrar oxígeno directamente a los pulmones, lo que se conoce como intubación orotraqueal.

Si la hipoxia fue causada por anemia, la administración de oxígeno no tendrá efectos satisfactorios, ya que, aunque aumenta la cantidad de oxígeno en el cuerpo, hay una cantidad insuficiente de hemoglobina, incapaz de oxigenar todos los tejidos; por eso es necesaria una transfusión de sangre para proporcionar más hemoglobina al torrente sanguíneo. Obtenga más información sobre las transfusiones de sangre.

De la misma forma, cuando una enfermedad cardíaca provoca hipoxia, se producen fallos circulatorios, por lo que no basta solo con garantizar la respiración, es necesario corregir los problemas primero mediante cirugía, por ejemplo.

Posibles consecuencias

La hipoxia puede tener consecuencias en el cuerpo y depende del momento en que la persona estuvo sin aliento y del período en el que el cuerpo no tuvo la cantidad de oxígeno necesaria para mantener sus funciones vitales. Los cambios en el sistema nervioso central son las principales consecuencias de la hipoxia, que comprometen los movimientos corporales e interrumpen actividades como caminar, hablar, comer y mirar.

En ciertos casos, cuando la hipoxia es muy severa y la persona no tiene las condiciones para respirar de forma independiente, es necesario realizar una intubación, es decir, introducir dispositivos que ayuden al proceso respiratorio, y el médico suele indicar el coma. Descubra qué es el coma inducido y otras indicaciones.

Diferencia entre hipoxia e hipoxemia

En algunas ocasiones se confunde hipoxia con el término hipoxemia, pero se refieren a diferentes situaciones. La hipoxemia se define como una concentración baja de oxígeno en la sangre, es decir, cuando la saturación de oxígeno, medida por oximetría de pulso, es inferior al 90%; La hipoxia, por otro lado, se caracteriza por una disminución de la oxigenación de los tejidos corporales. En general, los síntomas son muy similares, ya que puede producirse hipoxia como consecuencia de la hipoxemia.

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