Los síntomas de la hepatitis pueden incluir náuseas, pérdida del apetito, fatiga, dolor de cabeza y coloración amarillenta de los ojos y la piel. Los síntomas suelen aparecer de 15 a 45 días después de participar en conductas de riesgo como contacto íntimo sin protección, usar baños públicos muy sucios o compartir agujas o piercings.
Existen diferentes tipos de hepatitis como hepatitis A, B, C, D, E, F, G, hepatitis autoinmune, médica y crónica, por este motivo los síntomas, la forma de la infección y el tratamiento pueden variar de un caso a otro. .
Los principales síntomas de la hepatitis.
En la mayoría de los casos, la hepatitis no causa síntomas fácilmente reconocibles. Sin embargo, si cree que puede tener un problema hepático, elija los síntomas para averiguar cuál es su riesgo:
- 1. Dolor en la región superior derecha del abdomen No Sí
- 2. Náuseas y mareos frecuentes No Sí
- 3. Dolor de cabeza frecuente No Sí
- 4. Fatiga leve y sin motivo aparente No Sí
- 5. Facilidad para hacer moretones No Sí
- 6. Coloración amarillenta de los ojos y la piel No Sí
- 7. Orina oscura No Si
- 8. Pérdida de apetito No Sí
- 9. Heces amarillentas, grisáceas o blanquecinas No Sí
- 10. Estómago hinchado No Sí
- 11. Picazón en todo el cuerpo No Sí
Todos estos síntomas son más comunes en las hepatitis A, B, D y E, y son menos comunes en los casos de hepatitis C, que a menudo pueden detectarse mediante pruebas de rutina. En los casos más graves, además de estos síntomas, puede producirse una inflamación del lado derecho del abdomen, ya que el hígado pone más esfuerzo en trabajar, provocando que aumente de tamaño.
Cuando debo ver a un doctor
Es importante consultar a un hepatólogo cuando se presenta más de uno de estos síntomas, especialmente si tiene ojos y piel amarillos, orina oscura y heces claras, hinchazón y dolor abdominal, especialmente en la parte superior derecha.
En estos casos el médico requiere análisis de sangre, ecografía o tomografía computarizada para confirmar el diagnóstico y realizar el tratamiento correctamente. Obtenga más información sobre las pruebas que evalúan la función hepática.
Cómo se propaga la hepatitis
La hepatitis se puede transmitir de varias formas, las principales de las cuales son:
- Contacto con sangre infectada;
- Contacto fecal con el virus;
- Contacto íntimo sin protección;
- Uso de baños en baños públicos;
- Ingestión de alimentos contaminados;
- Falta de higiene;
- Contacto con manijas de puertas y grifos de agua en lugares públicos;
- Uso de materiales no estériles para tatuar, perforar o cortar uñas, por ejemplo;
- Alimentos crudos o carne poco cocida.
Estas son las formas más comunes de hepatitis A, B, C, D, E, F, G y hepatitis crónica porque son contagiosas y se transmiten fácilmente. Por otro lado, la hepatitis médica y la hepatitis autoinmune son tipos de hepatitis no transmisibles que pueden resultar de causas como el abuso de alcohol o drogas, enfermedades autoinmunes o predisposición genética a padecer la enfermedad.
El tratamiento varía según el tipo de hepatitis, la gravedad de la lesión y la forma de infección. En la mayoría de los casos, sin embargo, el tratamiento comienza con reposo, hidratación y una dieta equilibrada y baja en grasas. Eche un vistazo a cómo debería ser una dieta para la hepatitis.