Furosemida: para qué se utiliza, dosis y efectos secundarios.

La furosemida es un fármaco que pertenece al grupo de los diuréticos porque se encarga de estimular la excreción de orina, y a su vez disminuye la presión arterial, por lo que se considera un antihipertensivo.

Este medicamento solo debe usarse bajo orientación médica, ya que puede causar una variedad de efectos secundarios, como una caída dramática de la presión arterial, cambios en la frecuencia cardíaca y deshidratación.

La furosemida se puede comprar en farmacias con prescripción médica, y se puede adquirir como genérico o bajo su marca Lasix, Furosemida, Biomisen, Furo Care, entre otras.

Para qué sirve

La furosemida es un diurético que su médico puede recetarle para el tratamiento de:

  • Hipertensión leve a moderada;
  • Edema de retención de líquidos, que puede estar asociado con enfermedades renales (síndrome nefrótico), hepáticas (cirrosis) o cardíacas (insuficiencia cardíaca congestiva);
  • Retención de líquidos asociada a quemaduras.

¿Furosemida te ayuda a perder peso?

no. La furosemida es un fármaco que elimina el exceso de líquido a través de la orina, provocando una pérdida de peso asociada con la retención de líquidos en lugar de la pérdida de grasa, por lo que no es beneficiosa para la pérdida de peso.

Existen algunos diuréticos naturales que ayudan a combatir la retención de líquidos, provocando menos riesgos para la salud como la cola de caballo, la flor de hibisco o la gotu cola, por ejemplo. Obtenga más información sobre algunos diuréticos naturales.

También existen algunos tés, como el perejil o el diente de león, que tienen propiedades diuréticas que ayudan a eliminar el exceso de líquido del organismo. Vea cómo preparar estos y otros tés.

¿Pueden los deportistas utilizar furosemida?

La furosemida está prohibida en las competiciones deportivas porque puede alterar los resultados de la competición debido a la pérdida de peso por pérdida de líquidos, fácilmente reconocible en la prueba antidopaje.

Dosis de furosemida

El médico tratante debe indicar la dosis y las instrucciones de administración de este medicamento. Sin embargo, las dosis indicadas suelen ser:

1. Comprimidos de 40 mg

Los comprimidos de furosemida deben tomarse con el estómago vacío con un vaso de agua.

Se recomiendan uno o dos comprimidos, es decir, de 20 a 80 mg al día, para adultos. La dosis de mantenimiento es de media a una tableta al día o según las instrucciones médicas.

Para los niños, la recomendación es de 2 mg / kg de peso corporal por día, hasta un máximo de 40 mg.

2. Inyecciones 20 mg / 2 ml

La furosemida se puede administrar por vía intravenosa o intramuscular, lo que está indicado cuando se afecta la absorción intestinal o es necesario eliminar rápidamente el exceso de líquido.

En adultos, la dosis inicial es de entre 20 y 40 mg por vía intravenosa o intramuscular. Entonces la dosis dependerá del médico que lo atienda y del efecto que desee lograr con el tratamiento.

Contraindicaciones

El uso de furosemida está contraindicado en mujeres embarazadas o lactantes, personas que padecen insuficiencia renal con anuria, es decir, que no orinan, que padecen hipotensión, deshidratación, disminución del volumen sanguíneo total (hipovolemia), diabetes mellitus, gota. hipopotasemia grave, hiponatremia grave, enfermedad hepática o alergia a furosemida, sulfonamidas o cualquier otro componente del medicamento.

El uso del fármaco por personas que padecen alguna de estas enfermedades puede conllevar graves complicaciones. Por tanto, es importante consultar a su médico para ver si es posible utilizar furosemida sin riesgo y cuál es la dosis más indicada. Por lo general, durante el tratamiento con este medicamento, su médico le sugerirá que se realicen análisis periódicos para controlar sus niveles de sodio, potasio y creatinina.

Posibles efectos secundarios.

Los efectos secundarios de este medicamento incluyen deshidratación, hipotensión, pérdida de audición temporal o permanente, triglicéridos en sangre elevados, niveles elevados de colesterol y ácido úrico, náuseas y picazón en la piel.

Cuando la furosemida se utiliza durante un tiempo prolongado, puede provocar la eliminación de electrolitos a través de la orina provocando hiponatremia, hipocloremia, hipopotasemia, hipocalcemia e hipomagnesemia, provocando algunos signos y síntomas como sed intensa, calambres musculares, dolor de cabeza, dolor debilidad muscular, corazón alteraciones del ritmo y síntomas gastrointestinales.

Por esta razón, es importante consultar a un médico ante cualquiera de estos síntomas para que se pueda evaluar un cambio en la medicación o la interrupción del tratamiento.

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