Funcionamiento de la turbina: que es, como se realiza y como se recupera

La cirugía de turbina, también conocida como turbinectomía, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para resolver las dificultades respiratorias en personas que tienen hipertrofia de la turbina nasal y no mejoran con el tratamiento articular prescrito por un otorrinolaringólogo. Las turbinas nasales, también conocidas como conchas nasales, son estructuras ubicadas en la cavidad nasal que tienen como objetivo abrir espacio para promover la circulación del aire inspirado y, de esta forma, filtrarlo y calentarlo.

Sin embargo, en determinadas situaciones, principalmente por traumatismos en la región, infecciones recurrentes o rinitis y sinusitis crónicas, se puede observar un aumento de las turbinas nasales, dificultando la entrada y el paso de aire y, a su vez, falta de aire. Por esta razón, su médico puede sugerirle realizar una operación de turbina, que se puede clasificar en dos tipos principales:

  • Turbinectomía total, en el que se elimina toda la estructura de los cornetes nasales, es decir, los huesos y la mucosa;
  • Turbinectomía parcial, en el que se eliminan parcialmente las estructuras de las turbinas nasales.

La cirugía de turbina debe ser realizada en un hospital por un cirujano facial y es un procedimiento quirúrgico rápido para que la persona pueda irse a casa el mismo día.

Cómo hacerlo

La cirugía de turbina es un procedimiento simple de bajo riesgo que se puede realizar tanto con anestesia general como local. El procedimiento dura aproximadamente 30 minutos y se realiza visualizando la estructura interna de la nariz a través de un endoscopio.

Una vez identificado el grado de hipertrofia, el médico puede optar por retirar todas o solo parte de las turbinas nasales, teniendo en cuenta el riesgo de nueva hipertrofia y la historia del paciente.

Aunque la cirugía con turbina garantiza resultados duraderos, este es un procedimiento invasivo que tarda más en sanar y también existe el riesgo de hemorragias nasales leves y formación de costras que deben ser eliminadas por un médico.

Diferencias entre turbinectomía y turbinoplastia

Al igual que la turbinectomía, la turbinoplastia también corresponde a un procedimiento quirúrgico de turbina nasal. Sin embargo, en este tipo de procedimientos, en lugar de retirar las turbinas nasales, se mueven para que el aire pueda circular y pasar sin problemas.

Solo en ciertos casos, cuando cambiar la posición de las turbinas nasales por sí solo no es suficiente para mejorar la respiración, puede ser necesario eliminar una pequeña cantidad de tejido de la turbina.

Recuperación después de la cirugía de turbina

Debido a que es un procedimiento simple y de bajo riesgo, la cirugía de turbina no tiene muchas precauciones ni cuidados posoperatorios. Una vez finalizada la anestesia, el paciente suele ser dado de alta, lo que indica que debe permanecer en reposo durante unas 48 horas para evitar un sangrado importante.

Es normal tener un leve sangrado por la nariz o la garganta en el período mencionado, que se produce como consecuencia del procedimiento quirúrgico. Sin embargo, si el sangrado es abundante o dura varios días, se recomienda consultar a un médico.

También se recomienda mantener limpias las vías respiratorias, lavarse la nariz según las indicaciones del médico y acudir a una consulta periódica con un otorrinolaringólogo para eliminar las costras que se puedan formar.

Sepa y vea cómo lavarse la nariz:

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