La fiebre de Lhasa es una rara enfermedad infecciosa viral transmitida por animales infectados como arañas y roedores, principalmente ratones de zonas como África.
Los síntomas de la fiebre de lasaña pueden tardar hasta 3 semanas en aparecer y, por este motivo, una persona que sospeche la enfermedad después de permanecer en África debe consultar a un médico de cabecera para hacer un diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuado.
Principales síntomas
La fiebre de Lhasa es una enfermedad infecciosa grave caracterizada por fiebre y otros síntomas como:
- Dolor muscular;
- Dolor de pecho y abdominal;
- Dolor de garganta;
- Diarrea sanguinolenta;
- Náuseas y vómitos con sangre.
A medida que avanza la enfermedad, pueden ocurrir varios tipos de complicaciones, como encefalitis, hepatitis, meningitis, shock, hemorragia y convulsiones.
Cómo confirmar el diagnóstico
En algunos casos, el diagnóstico de fiebre de Lhasa solo puede confirmarse observando los síntomas y evaluando el historial de viajes de la persona. Sin embargo, como algunos síntomas pueden ser inespecíficos, su médico puede ordenar análisis de sangre para confirmar la infección.
Como se propaga
La fiebre de Lhasa se transmite a través del contacto respiratorio o digestivo con heces de animales infectados, como arañas o ratones. Sin embargo, esto también puede ocurrir a través de heridas en la piel o membranas mucosas, como los ojos y la boca.
En los seres humanos, la transmisión de la fiebre de Lhasa se produce a través del contacto con sangre, heces, orina o secreciones corporales.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la fiebre de Lhasa se administra a través de un internado de aislamiento para prevenir la transmisión. Por este motivo, para contactar con el paciente, los familiares y los profesionales sanitarios deben llevar ropa protectora con guantes, gafas, batas y mascarillas.
Durante el tratamiento, las inyecciones del fármaco antiviral Ribavirin se administran por vía intravenosa. El paciente debe permanecer hospitalizado hasta que se resuelvan los síntomas y se excrete el virus.
Prevención de la fiebre de lass
La prevención de la fiebre de Lhasa consiste en evitar el contacto con sustancias contaminadas, por lo que las personas deben:
- Use solo agua embotellada;
- Cocine bien la comida;
- Retire los ratones de las casas;
- Mantenga una higiene corporal adecuada.
Estos consejos deben aplicarse principalmente en regiones con mayor incidencia de la enfermedad, como el continente africano.