Espirometría: que es, para que sirve y como interpretar el resultado

La espirometría es una prueba diagnóstica que permite evaluar los volúmenes respiratorios, es decir, la cantidad de aire que entra y sale de los pulmones, así como el flujo y el tiempo, que se considera la prueba más importante para evaluar la función pulmonar.

Por lo tanto, esta prueba es solicitada por un médico de cabecera o un neumólogo para ayudar en el diagnóstico de diversos problemas respiratorios, principalmente EPOC y asma. Además de la espirometría, consulte otras pruebas para diagnosticar el asma.

Sin embargo, un médico también puede ordenar la espirometría, solo para evaluar si hay una mejoría en la enfermedad pulmonar después de comenzar el tratamiento.

Para qué sirve

Por lo general, un médico prescribe una prueba de espirometría para ayudar a diagnosticar problemas respiratorios como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), bronquitis y fibrosis pulmonar, por ejemplo.

Además, un neumólogo también puede recomendar la espirometría como una forma de monitorear la evolución de un paciente con una enfermedad respiratoria, para confirmar si responde bien al tratamiento y, en caso contrario, para sugerir otra forma de tratamiento.

En el caso de deportistas de alto rendimiento, como maratonistas y triatletas, por ejemplo, el médico puede ordenar una espirometría para evaluar la capacidad respiratoria del deportista y en algunos casos proporcionar información para mejorar el rendimiento del deportista.

Cómo se realiza la espirometría

La espirometría es una prueba simple y rápida que dura aproximadamente 15 minutos y se realiza en el consultorio de un médico. Para comenzar el examen, el médico coloca una goma elástica en la nariz del paciente y le pide que respire solo por la boca. Luego le da el dispositivo a la persona y le dice que sople el aire lo más fuerte posible.

Después de esta primera etapa, el médico puede solicitar al paciente que use un medicamento que dilata los bronquios y facilita la respiración, conocido como broncodilatador, y que vuelva a realizar la respiración del dispositivo, verificando así un aumento en la cantidad de aire inhalado después del uso de la droga.

Durante este proceso, una computadora registra todos los datos obtenidos a través del examen para que el médico pueda evaluarlos.

Cómo prepararse para el examen

Prepararse para la prueba espirométrica es muy simple e incluye:

  • No fumar 1 hora antes en el examen;
  • No bebas bebidas alcohólicas hasta 24 horas antes;
  • Evite comer una comida muy pesada antes de la prueba;
  • Use ropa cómoda y holgada..

Esta preparación evita que la capacidad de los pulmones se vea afectada por factores distintos a una posible enfermedad. Por lo tanto, sin la preparación adecuada, se pueden obtener resultados modificados y es posible que sea necesario repetir la espirometría.

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Cómo interpretar el resultado

Los valores de la espirometría varían en función de la edad, el sexo y el tamaño de la persona, por lo que siempre deben ser interpretados por un médico. Pero generalmente después de la prueba espirométrica, el médico ya hace algunas interpretaciones de los resultados e informa al paciente si tiene algún problema.

Por lo general, los resultados de la espirometría que indican problemas respiratorios son:

  • Volumen espiratorio forzado (FEV1 o FEV1): representa la cantidad de aire que se puede exhalar rápidamente en 1 segundo y, por lo tanto, cuando está por debajo de lo normal, puede indicar la presencia de asma o EPOC;

  • Capacidad vital forzada (FVC o FVC): Esta es la cantidad total de aire que se puede exhalar en el menor tiempo posible y cuando es más bajo de lo normal, puede indicar la presencia de enfermedades pulmonares que dificultan la expansión de los pulmones, como la fibrosis quística, por ejemplo.

Generalmente, en situaciones en las que el paciente muestra resultados de espirometría alterados, es común que el neumólogo solicite una nueva prueba espirométrica para evaluar el volumen respiratorio, luego de usar un inhalador para el asma, por ejemplo, para evaluar la extensión de la enfermedad y comenzar el tratamiento más adecuado. tratamiento.

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