La EPOC, o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, se produce debido a una inflamación crónica u obstrucción del revestimiento de los bronquios o bronquiolos, lo que dificulta la respiración en el intercambio de gases. Esta inflamación puede ser causada por enfisema pulmonar y bronquitis crónica.
La principal causa de la EPOC es el tabaquismo, ya que el humo y otras sustancias presentes en los cigarrillos provocan la destrucción paulatina del tejido que forma el tracto respiratorio, provocando síntomas como disnea, tos persistente con flemas o sensación de ruido o falta de aire. aliento. en el pecho al respirar.
El tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica está indicado por un neumólogo dependiendo de la enfermedad que causó la EPOC y puede lograrse mediante medicación, cirugía o fisioterapia, aunque es muy importante dejar de fumar.
Principales síntomas
En una etapa temprana, los síntomas de la EPOC pueden ser leves e incluso pueden confundirse con el resfriado común, incluida una tos leve o dificultad para respirar durante el esfuerzo.
Sin embargo, a medida que avanza la EPOC, los síntomas pueden volverse más constantes debido al daño pulmonar progresivo, incluidos los siguientes:
- Tos persistente con producción ligera, flema blanca, amarilla o verdosa;
- Respiración y respiración rápidas;
- Sensación de ruido o dificultad para respirar en el pecho al respirar;
- Dificultad para respirar, que empeora gradualmente hasta desaparecer incluso cuando está en reposo;
- Producción de mucha flema, principalmente por la mañana;
- Sensación de falta de energía;
- Pérdida de peso;
- Hinchazón de tobillos, pies o plantas.
De manera similar, las personas con EPOC pueden ser más propensas a tener resfriados, gripe o infecciones respiratorias, que pueden empeorar los síntomas, dificultar la respiración y producir más flemas, una afección llamada «aumento de la EPOC».
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de EPOC lo realiza un médico de cabecera o un neumólogo, basándose en el historial médico y el examen físico, pero se pueden solicitar algunas de las siguientes pruebas:
- Radiografía de tórax y / o tomografía computarizada, evalúe cuidadosamente los pulmones, los vasos sanguíneos y el corazón;
- Prueba de sangre, como gasometría arterial, que mide los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre para evaluar el funcionamiento de los pulmones;
- Espirometría que muestra el grado de obstrucción de las vías respiratorias y la cantidad de aire que una persona puede respirar, lo que permite clasificar la enfermedad en leve, moderada y grave. Vea cómo se realiza la espirometría.
Estas pruebas ayudan al médico a confirmar el diagnóstico de EPOC; sin embargo, también se pueden usar para identificar si una persona tiene otra enfermedad que pueda estar causando síntomas, como asma o insuficiencia cardíaca, por ejemplo.
Posibles Causas
La EPOC ocurre cuando los pulmones se inflaman u obstruyen debido a una bronquitis crónica o enfisema pulmonar, lo que causa daño a estos órganos y dificulta el intercambio de gases al respirar.
La principal causa de la EPOC es el tabaquismo; sin embargo, esta enfermedad también puede afectar a personas que nunca han fumado debido a la exposición al humo de segunda mano. Además, el humo de la estufa de leña, el trabajo en minas de carbón o ciertos cambios genéticos en los pulmones también pueden causar esta afección.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la EPOC debe ser dirigido por un neumólogo y llevado a cabo para aliviar los síntomas, prevenir el desarrollo de la enfermedad y prevenir la aparición de complicaciones. El tratamiento generalmente incluye:
1. Deje de fumar
Para tratar la EPOC es fundamental dejar de fumar para evitar que la enfermedad empeore y reduzca aún más la capacidad respiratoria, generando complicaciones como infecciones respiratorias o hipertensión pulmonar, por ejemplo.
Aunque dejar de fumar es difícil para muchas personas, su médico puede recomendar el uso de medicamentos, como bupropión o vareniclina, para reducir la ansiedad o la irritabilidad, lo que facilitará dejar de fumar. Los grupos de apoyo o la psicoterapia también pueden ayudarlo a dejar de fumar.
2. Uso de drogas
Los medicamentos que su neumólogo puede recetarle varían según sus síntomas y la progresión de la enfermedad, que incluyen:
- Broncodilatadores inhalados, como salbutamol, formoterol o bromuro de ipratropio, ya que ayudan a abrir los bronquios y facilitan la respiración;
- Corticosteroides orales, como prednisona, o bombas de inhalación como fluticasona o budesonina, ya que reducen la inflamación y la irritación de los pulmones;
- Inhibidores de la fosfodiesterasa, como roflumilast, ya que ayudan a reducir la inflamación y relajan los músculos de las vías respiratorias, lo que facilita la respiración;
- Teofilina: ayuda a relajar los músculos de las vías respiratorias, mejora la respiración y previene episodios de empeoramiento de la EPOC;
- Mucolíticos, como acetilcisteína o carbocisteína, ya que ayudan a aliviar la tos, diluyen la flema y facilitan su eliminación;
- Antibióticos como azitromicina o amoxicilina, ya que ayudan a tratar infecciones respiratorias, como bronquitis aguda, neumonía o gripe, que pueden empeorar los síntomas de la EPOC.
El uso de cualquiera de estos fármacos debe realizarse únicamente bajo la supervisión de un neumólogo y con dosis específicas para cada persona.
3. Fisioterapia respiratoria
La fisioterapia respiratoria ayuda a mejorar la capacidad respiratoria y la calidad de vida de una persona con EPOC. El objetivo de este tratamiento es ayudar con la rehabilitación respiratoria, lo que reduce los síntomas, las dosis de medicación y la necesidad de hospitalización.
Obtenga más información sobre este tipo de tratamiento.
4. Cambios en la dieta
La dieta también puede ayudar a mejorar la respiración, ya que los carbohidratos, las grasas y las proteínas consumen oxígeno, producen energía y liberan dióxido de carbono cuando se metabolizan. Es importante tener en cuenta que cuando una persona tiene EPOC, es difícil que se produzca el intercambio de gases a nivel de los alvéolos pulmonares, lo que dificulta que el dióxido de carbono escape por exhalación. Los carbohidratos durante su metabolismo consumen más oxígeno y liberan más dióxido de carbono que grasa.
Por esta razón, es ideal para reducir el consumo de carbohidratos en la dieta, principalmente azúcares simples y los alimentos que contiene como galletas, caramelos, tortas, entre otros. Debes preferir el consumo de alimentos ricos en fibra y aumentar el consumo de grasas buenas monoinsaturadas y poliinsaturadas, como salmón, aguacate, atún, sardinas, aceite de oliva y frutos secos.
También es importante acudir a un nutricionista para implementar un plan de nutrición adaptado a las necesidades del individuo, ya que la EPOC requiere una mayor cantidad de energía durante la respiración; los tratamientos con esteroides pueden reducir el nivel de calcio y vitamina D en el cuerpo y; el sobrepeso o la desnutrición pueden empeorar la situación, ya que es importante ajustar la dieta.
5. Terapia de oxígeno
La oxigenoterapia es un tratamiento que aumenta el nivel de oxígeno en la sangre, que puede reducirse debido al daño de la EPOC y puede llegar a niveles muy bajos. Este tratamiento puede ser prescrito por un médico en determinados momentos del día o de forma continua, según el caso.
Existen varios tipos de oxigenoterapia que puede recomendar un neumólogo según las necesidades de cada persona.
Conozca los principales tipos de oxigenoterapia para la EPOC.
6. Cirugía
El neumólogo puede ordenar una cirugía en algunos casos de EPOC muy grave causada por enfisema pulmonar, cuando el tratamiento farmacológico no es eficaz para controlar los síntomas.
Esta operación se realiza para extirpar pequeñas partes del pulmón afectado, permitiendo que las partes sanas se expandan, facilitando la respiración y mejorando la calidad de vida.
7. Trasplante de pulmón
El trasplante de pulmón se puede realizar si otras opciones de tratamiento no son efectivas para controlar los síntomas de la EPOC, ya que mejora la capacidad respiratoria y es más activo.
Sin embargo, el trasplante de pulmón es el último recurso de tratamiento, ya que presenta varios riesgos, especialmente el rechazo de órganos. También es posible que deba tomar medicamentos inmunosupresores por el resto de su vida.
Vea cómo se realiza el trasplante de pulmón y cómo es la recuperación.
Cuidados durante el tratamiento
Algunas preocupaciones importantes durante el tratamiento de la EPOC incluyen:
- Tome el medicamento a la hora prescrita por su médico;
- Obtenga una vacuna antigripal o neumocócica según lo prescrito para ayudar a prevenir infecciones pulmonares;
- Mantener un peso saludable;
- Manténgase en una posición cómoda al estar acostado, para facilitar la respiración, optando por dejar la cama inclinada si hay dificultad para respirar;
- Haga ejercicios aprobados por un médico, respetando sus propias restricciones, para no intensificar la dificultad para respirar;
- Limpiar las vías respiratorias aproximadamente 1 hora antes de las comidas;
- Evite las bebidas alcohólicas;
- Evite lugares con mucho polvo, limpiadores de olor fuerte, lacas o perfumes para el cabello, ya que pueden causar irritación o inflamación en los pulmones y agravar los síntomas, generando una crisis de exacerbación.
También es importante llevar una tarjeta en su mochila o billetera con información sobre la persona con EPOC, los medicamentos que está tomando y las dosis, así como los números de contacto en caso de emergencia y crisis con exacerbación de EPOC.
Posibles complicaciones
Las complicaciones que puede causar la EPOC son las infecciones respiratorias comunes, como el resfriado común, la gripe o la neumonía, la hipertensión pulmonar, las enfermedades cardíacas o el cáncer de pulmón.
La dificultad para respirar y realizar las actividades diarias también puede contribuir al desarrollo de depresión o ansiedad.