La enfermedad inflamatoria pélvica (EPI) es una inflamación provocada por bacterias que se transmiten a través de relaciones sexuales sin protección. Estos microorganismos provocan una infección que se inicia en la vagina, que progresa con el tiempo y afecta a otros órganos como el útero, las trompas de Falopio y los ovarios, de forma progresiva. se extiende a la zona pélvica, provocando peritonitis en los casos más graves.
La enfermedad afecta principalmente a las adolescentes menores de 25 años que son sexualmente activas. También puede ocurrir en mujeres con múltiples parejas sexuales que no usan condón, que se duchan con frecuencia y que ya han padecido infecciones de transmisión sexual (ITS).
Principales síntomas
La enfermedad pélvica inflamatoria puede ser muy sutil, y una mujer no siempre es capaz de percibir sus síntomas, por lo que esto permite que los microorganismos sigan multiplicándose, invadiendo tejidos cada vez más distantes del canal vaginal. En algunos casos, pueden aparecer los siguientes síntomas:
- Fiebre igual o superior a 38ºC;
- Dolor abdominal durante la palpación;
- Sangrado vaginal fuera de la menstruación o después de las relaciones sexuales;
- Flujo vaginal amarillento o verdoso con mal olor;
- Dolor durante el contacto íntimo.
Las mujeres que tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de inflamación son aquellas que tienen entre 15 y 25 años, no usan condón, han tenido un aborto, tienen múltiples parejas sexuales, ya tienen antecedentes de ITS y tienen el hábito de usar condones vaginales. duchas que contribuyen al cambio. de la flora vaginal, facilitando el desarrollo de enfermedades.
¿Qué puede causar la enfermedad pélvica inflamatoria?
Algunas situaciones que pueden causar EPI pueden ser la presencia de infecciones de transmisión sexual, principalmente clamidia y gonorrea; contaminación con cualquier bacteria durante el parto; inserción de objetos contaminados en la vagina durante la masturbación; aborto; Colocación del DIU hace menos de 3 semanas y; realizar una biopsia endometrial o un legrado del útero.
El diagnóstico de EPI no siempre es fácil, pero se puede realizar mediante análisis de sangre, ecografía pélvica o transvaginal. En un análisis de sangre, algunos resultados ayudan a diagnosticar, como la proteína C reactiva elevada o la velocidad de sedimentación de eritrocitos y la infección por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o clamidia, que se encuentran entre las principales causas de EPI.
Cómo se clasifica el PID
La EPI se puede clasificar según la gravedad de:
- Fase 1: Inflamación de las trompas de Falopio y / o endometrio, pero sin infección peritoneal;
- Fase 2: Inflamación de las trompas con infección del peritoneo;
- Fase 3: Inflamación y obstrucción de las trompas con formación de abscesos tubo-ováricos;
- Fase 4: Rotura del absceso ovárico y secreción purulenta en la cavidad abdominal.
La enfermedad pélvica inflamatoria puede considerarse una ITS, pero no siempre es así, ya que a menudo se asocia con la endometriosis, una enfermedad en la que el tejido endometrial crece fuera del útero. Obtenga más información sobre la endometriosis.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento para la EIP se realiza con antibióticos por vía oral o intramuscular durante aproximadamente 14 días. Además de esto, es importante mantener el reposo, no se debe tener contacto íntimo durante el tratamiento, incluso sin condón, esto con el fin de dar tiempo a que los tejidos cicatricen. En los casos en que la causa sea la colocación del DIU, se debe retirar.
Un ejemplo de antibiótico utilizado en la enfermedad inflamatoria pélvica es la azitromicina, pero se pueden utilizar otros antibióticos como levofloxacina, ceftriaxona o clindamicina.
Durante el tratamiento, se recomienda tratar a la pareja sexual, incluso si no hay síntomas, para evitar que la mujer se vuelva a infectar. En algunos casos, su médico puede ordenar una cirugía para tratar la inflamación de las trompas de Falopio o para drenar abscesos. Obtenga más información sobre el tratamiento de la EPI.