Embolia pulmonar: que es, síntomas, causas y tratamiento

La embolia pulmonar, también conocida como trombosis pulmonar, es una afección grave que se produce cuando un coágulo obstruye uno de los vasos sanguíneos de los pulmones, lo que hace que el oxígeno no llegue a los tejidos del área afectada, lo que resulta en una falta de acortamiento repentino de la sangre. aliento. tos severa y dolor en el pecho, principalmente al respirar.

Debido a que la embolia pulmonar es una afección grave, se debe acudir a los servicios de emergencia siempre que exista una sospecha de evaluación y tratamiento adecuado, que generalmente implica el uso de anticoagulantes directamente en una vena, oxigenoterapia y, en los casos más graves, cirugía. .

Principales síntomas

La embolia pulmonar puede dar lugar a signos y síntomas porque hay un mayor cambio en la circulación sanguínea y la disponibilidad de oxígeno, y los principales son:

  • Sensación repentina de falta de aire.
  • Dolor en el pecho que empeora cuando respira profundamente, tose o come;
  • Tos persistente;
  • Hinchazón o dolor en las piernas al moverlas;
  • Piel pálida, fría y azulada;
  • Sentirse inconsciente o inconsciente;
  • Confusión mental, principalmente en los ancianos;
  • Latidos cardíacos rápidos y / o irregulares;
  • Mareos que no mejoran.

Ante la presencia de más de un síntoma, es recomendable acudir al servicio de urgencias o llamar a una ambulancia para confirmar el diagnóstico y obtener el tratamiento adecuado, pues de esta forma es posible prevenir complicaciones.

Cómo se confirma el diagnóstico

Los síntomas de una embolia pulmonar pueden confundirse con un problema cardíaco, por lo que su médico generalmente recurrirá a pruebas de diagnóstico como análisis de sangre, electrocardiograma (ECG), radiografía de tórax, tomografía computarizada o angiografía pulmonar para confirmar la sospecha y comenzar tratamiento. .

Causas de la embolia pulmonar.

Aunque la embolia pulmonar puede ocurrir en cualquier persona, es más común por varias razones, como:

1. Falta de actividad física

Cuando permanece de pie en la misma posición durante mucho tiempo, ya sea acostado o sentado, la sangre comienza a acumularse más en una parte del cuerpo, generalmente en las piernas. En la mayoría de los casos, esta acumulación de sangre no causa ningún problema porque cuando las personas se levantan o cambian de posición, la sangre vuelve a circular con normalidad.

Sin embargo, las personas que pasan varios días acostadas o sentadas, como después de una cirugía o debido a una enfermedad grave como un derrame cerebral, tienen un mayor riesgo de que la sangre acumulada comience a coagularse. Estos coágulos pueden llegar al torrente sanguíneo para bloquear la arteria pulmonar y causar un derrame cerebral.

Hacer: Para evitar este riesgo, se recomienda hacer ejercicio diario con todas las partes del cuerpo y cambiar de posición al menos cada 2 horas. A las personas postradas en cama y que no pueden moverse por sí mismas se les puede recomendar que usen anticoagulantes y que cambien de posición con la ayuda de otra persona.

2. Operaciones

Además de reducir el nivel de actividad física en el postoperatorio y aumentar el riesgo de formación de coágulos, la cirugía también puede provocar una embolia pulmonar. Esto se debe a que durante la cirugía hay varias lesiones en las venas que pueden dificultar el paso de la sangre y provocar coágulos que pueden ser transportados a los pulmones.

Hacer: Es importante seguir el postoperatorio en el hospital para permanecer bajo supervisión médica en caso de alguna complicación. Se recomienda continuar el tratamiento médico en casa, especialmente anticoagulantes como warfarina o aspirina.

3. Trombosis venosa profunda

Las personas con trombosis venosa profunda tienen un mayor riesgo de desarrollar coágulos que pueden ser transportados a otros órganos, como el cerebro y los pulmones, causando complicaciones graves, como embolias o accidentes cerebrovasculares.

Hacer: Para evitar complicaciones se debe seguir un tratamiento médico, que generalmente implica el uso de anticoagulantes. Obtenga más información sobre el tratamiento y las complicaciones de la trombosis venosa profunda.

4. Viajar en avión

Viajar más de 4 horas, por ejemplo en avión, coche o barco, aumenta el riesgo de coágulos de sangre debido a una estancia prolongada en la misma posición. En un avión, este riesgo puede verse incrementado por diferentes presiones que pueden hacer que la sangre sea más viscosa, aumentando este riesgo.

Hacer: Durante viajes largos como en avión, es recomendable levantarse o mover las piernas al menos cada 2 horas.

5. Fracturas

Las fracturas son una de las principales causas de embolia pulmonar porque cuando un hueso se rompe puede causar lesiones en varios vasos sanguíneos. Estas lesiones pueden conducir no solo a la formación de coágulos, sino también a la entrada de aire o grasa al torrente sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de desarrollar un derrame cerebral.

Hacer: Se deben evitar las actividades peligrosas, como la escalada, además de utilizar la protección adecuada en los deportes de alto impacto para evitar fracturas. Después de la operación de corrección de la fractura, la persona debe intentar moverse, de acuerdo con las instrucciones del médico o fisioterapeuta.

¿Quiénes corren mayor riesgo de sufrir una embolia pulmonar?

Aunque la trombosis pulmonar puede ocurrir en cualquier persona, es más común en:

  • Historia de enfermedad cardíaca o cáncer;
  • Inmovilización prolongada, como después de una cirugía o durante un vuelo muy largo;
  • A través del peso;
  • Suplementos de estrógeno.

Además, los malos hábitos como el tabaquismo, la ingesta excesiva de alcohol o la ingesta excesiva de grasas también pueden aumentar las posibilidades de sufrir una embolia pulmonar.

¿SOVID-19 aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular?

La infección por SOVID-19 parece aumentar el riesgo de coágulos sanguíneos, lo que puede provocar una embolia pulmonar. Parece que esto ocurre principalmente en los casos más graves, debido a la intensa inflamación que provoca el virus en el organismo, que además de dañar la circulación sanguínea en los vasos pulmonares, también estimula la producción de sustancias responsables de la coagulación.

¿Puede la vacuna COVID-19 causar un derrame cerebral?

Aunque ha habido algunos informes de personas que desarrollaron embolia pulmonar después de la vacuna COVID-19, este riesgo sigue siendo muy bajo. Varios estudios también han sugerido que el riesgo de embolia después de la vacunación es extremadamente bajo en comparación con el riesgo de embolia debido a la enfermedad en sí. Además, SOVID-19 puede tener otras complicaciones graves no relacionadas con la vacunación. Por lo tanto, todavía se considera una medida segura. Obtenga más información sobre la vacuna COVID-19.

¿Cual es el tratamiento?

El tratamiento para la embolia pulmonar incluye administrar oxígeno al paciente a través de una máscara, medicamentos intravenosos para contrarrestar la embolia, como heparina, que disolverá el coágulo que bloquea la sangre, y analgésicos para aliviar el dolor.

Por lo general, el tratamiento de la embolia pulmonar requiere hospitalización que puede llevar semanas o meses. La cirugía de extracción de trombos puede estar indicada en los casos más graves o cuando se produce una obstrucción del flujo sanguíneo debido a fragmentos de grasa o partes de un tumor, por ejemplo.

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