Cordón umbilical: que es y que cuidados se deben tener

El cordón umbilical es una estructura que se forma durante el embarazo y cuya función principal es proporcionar nutrientes y oxígeno al feto, desde la placenta de la madre, para su desarrollo y crecimiento.

Después de que nace el bebé, este cordón se corta y queda como un remanente conocido como cordón umbilical, al cual se le coloca una pinza o clip. Este muñón tiene un aspecto gelatinoso, húmedo y brillante, que al cabo de unos días irá cambiando paulatinamente, consiguiendo un aspecto más seco, firme y un tono más oscuro.

Cuando se seca el muñón umbilical, una situación que dura unos 15 días cae de forma natural. Sin embargo, hasta que esto suceda y el ombligo esté completamente curado, necesitará cuidado y vigilancia en el hogar, ya que se pueden acumular bacterias que contribuyen a la infección o inflamación.

Cómo cuidar el cordón umbilical

El cordón umbilical del bebé debe manipularse con cuidado y se deben tomar algunas medidas para evitar infecciones, principalmente porque la piel del bebé es muy sensible y su sistema inmunológico se está desarrollando.

Que hacer antes de que caiga

Antes de la caída se debe cuidar el cordón umbilical a diario, después del baño y siempre que el muñón esté sucio o tenga secreciones, lo que favorece su cicatrización y previene la aparición de infecciones.

Por esta razón, es importante visualizar cuidadosamente para ver si el cordón muestra signos de infección, como:

  • Oler fétido;
  • Enrojecimiento de la piel o hinchazón alrededor del ombligo;
  • Presencia de pus, es importante observar cuál es su color.

Una vez que haya notado su apariencia, puede comenzar con la limpieza restante de las extremidades, de la siguiente manera:

  1. Descubre el cordón umbilical, debe quitarse la ropa que cubra el área;
  2. Lávate bien las manos con agua y jabón antes de manipular el muñón;
  3. Limpiar el cordón umbilical y el ambiente con suero fisiológico o alcohol al 70% (en caso de que no seque) y gasa esterilizada. Debe utilizarse una nueva base para cada región del muñón, es decir, una para cada lado;
  4. Agarre la abrazadera con el dedo índice y el pulgar;
  5. Limpiar el área donde se inserta el cordón en la piel, con un movimiento de 360º con gasa esterilizada y desechar;
  6. Limpiar el cuerpo del cordón umbilical, que es el área entre la pinza y el sitio de inserción, con un solo movimiento de 360 ​​од, con gasa estéril y desechar;
  7. Limpiar el clip, comenzando por un extremo y dándole una vuelta completa para que la abrazadera quede completamente limpia;
  8. Deje secar al aire libre y solo entonces cubra el muñón con la ropa limpia del bebé. A la hora de ponerse los pañales, como suelen ser grandes, lo ideal es doblar los 2 dedos delanteros debajo del ombligo para que el cordón quede por fuera y evitar que se ensucie con heces u orina.

Limpiar el muñón del ombligo es indoloro, pero es normal que el bebé llore porque el líquido limpiador está frío.

Después de la limpieza, el muñón debe mantenerse limpio y seco, no se recomienda poner remedios caseros ni cinturones ni ninguna otra prenda que apriete el ombligo del bebé, ya que esto aumenta el riesgo de infección.

Qué hacer después de que se caiga el cable

Una vez que el muñón se ha caído del ombligo, es importante monitorear constantemente el área del ombligo y continuar limpiando hasta que esté completamente curado. Después de bañar a su bebé, es importante secar el ombligo con una gasa esterilizada o un paño limpio, haciendo suaves movimientos circulares.

En este caso, para limpiar el ombligo es necesario utilizar algodón o gasa con suero fisiológico en lugar de alcohol al 70%.

No es recomendable introducir monedas u otros objetos para evitar que el ombligo sobresalga, ya que esto puede provocar una infección grave en el bebé por las bacterias que contiene.

Cuando acudir al pediatra

El bebé debe ser monitoreado por un pediatra, pero los padres o familiares deben buscar atención médica inmediata en los casos en que el área del ombligo muestre los siguientes signos o síntomas:

  • Sangrado;
  • Olor no placentero;
  • Presencia de pus;
  • Enrojecimiento;
  • Fiebre.

En estas situaciones, el pediatra evalúa el ombligo del bebé y sugiere un tratamiento adecuado, que puede incluir el uso de antibióticos en caso de que el ombligo esté infectado. También es importante consultar a su pediatra si su bebé necesita más de 15 días para que se le caiga el ombligo, ya que esto puede ser un signo de cambio.

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