La espondilitis anquilosante afecta particularmente a las articulaciones de la columna, ya que es una enfermedad inflamatoria crónica en la que estas articulaciones tienden a fusionarse, provocando síntomas como dolor, pérdida de movilidad y menor flexibilidad de la columna.
La enfermedad es más común en hombres de entre 20 y 30 años y menos común en mujeres. Es una enfermedad genética que puede conducir a la discapacidad, y en algunos casos se asocia a otros problemas como la enfermedad inflamatoria intestinal o la psoriasis, por ejemplo.
Principales síntomas
Algunos de los principales síntomas causados por esta enfermedad incluyen:
- Dolor en la zona de los glúteos y en la espalda, que no cede en reposo;
- Sensación de entumecimiento o movimiento limitado en la columna y la región cervical, especialmente por la mañana después de despertarse;
- Dolor en las articulaciones;
- Fiebre y fatiga;
- Pérdida de apetito;
- Dolor e inflamación de los ligamentos o tendones;
- Inflamación del tendón de Aquiles, que causa dolor en el talón;
- Respiración dificultosa.
Los brotes parecen exacerbarse durante el embarazo y en niños y adolescentes. Además de los síntomas anteriores, a menudo hay una inflamación en el ojo llamada uveítis, que causa dolor y enrojecimiento en los ojos, que si no se trata puede provocar ceguera. Descubra qué es la uveítis y sus principales síntomas.
El dolor que ocasiona esta enfermedad es generalmente lento y gradual y muchas veces no es posible identificar cuándo comenzaron a aparecer los primeros síntomas de la enfermedad. Esto generalmente empeora en las últimas horas del día y por la mañana, mejorando con las actividades diarias y el ejercicio.
Razones principales
Se desconocen las causas de la espondilitis anquilosante, pero se ha identificado que la enfermedad está asociada con la presencia de un antígeno específico en el cuerpo llamado HLA-B27.
Este antígeno se hereda genéticamente entre miembros de determinadas familias, lo que provoca una respuesta anormal en el organismo y provoca una enfermedad.
¿Cómo se hizo el diagnóstico?
El diagnóstico de esta enfermedad se realiza mediante la observación y evaluación de los síntomas físicos manifestados, durante los cuales el médico valora las características del dolor y si existe una sensación de entumecimiento o movimientos limitados en la columna lumbar y cervical.
La confirmación del diagnóstico se puede realizar mediante una radiografía de la pelvis y la columna, para identificar cambios en las articulaciones y las vértebras. Además, en los casos en que los rayos X identifiquen cambios, el médico puede solicitar una prueba genética, que identifica la presencia del antígeno HLA-B27.
La espondilitis anquilosante, aunque no tiene cura, puede tratarse con analgésicos, antiinflamatorios y fisioterapia, y en algunos casos puede ser necesaria la cirugía. Aprenda a tratar la espondilitis anquilosante.