¿Cómo sabes tu tipo de piel?

Para conocer tu tipo de piel es importante tener en cuenta algunas características como la sensibilidad cutánea, la edad, la pigmentación, la grasa y la tendencia a la formación de arrugas, las cuales pueden ser evaluadas mediante pruebas visuales y táctiles o mediante dispositivos específicos utilizados por un dermatólogo.

El tipo de piel está influenciado por factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, por lo que al cambiar ciertos comportamientos es posible mejorar la salud de la piel, haciéndola más hidratada, nutrida, radiante y con un aspecto más joven. Para ello, es importante conocer bien el tipo de piel, con el fin de tomar las mejores decisiones en cuanto a la elección de la guardería.

Prueba de tipo de piel en línea

Una de las herramientas que puede ayudar a determinar el tipo de piel es el sistema Bowman, un método de clasificación desarrollado por la dermatóloga Leslie Bowman que se basa en la observación de cuatro parámetros que evalúan si la piel es seca (D) o grasa (O), pigmentada (P) o no pigmentado (N), sensible (S) o resistente (R) y arrugado (W) o sólido (T).

Para determinar el tipo de piel de Bauman, una persona debe responder un cuestionario, cuyo resultado se puede utilizar como guía para seleccionar los productos más adecuados. Para conocer su tipo de piel, ingrese sus características en la siguiente calculadora:

Grasa Grasa Seca No sé Erohelp Sensibilidad Sensible Resistente No sé Erohelp pigmentación Sí No No sé Erohelp Tendencia a desarrollar arrugas Sí No No sé Erohelp

Cómo evaluar el tipo de piel

Hay varias formas de evaluar el tipo de piel, es importante que la persona no use maquillaje ni tenga un producto cosmético en la piel, ya que puede interferir con el resultado. La evaluación debe realizarse con luz directa y sin sombras, utilizando los siguientes procedimientos:

  1. Inspección visual, que consiste en una evaluación visual de la textura y uniformidad de la piel, con el fin de identificar cambios cutáneos como poros dilatados, granos, descamación, enrojecimiento, manchas y arrugas;
  2. Examen táctil, que consiste en evaluar la piel tocando y sintiendo la textura, elasticidad, firmeza y presencia o ausencia de grasa;
  3. Entrevista, realizado por un profesional de la salud y en el que se le pregunta a la persona sobre sus hábitos higiénicos, cómo reacciona la piel al frío, calor, sol y viento, qué tipo de productos cosméticos utiliza la persona, cuál es su estilo de vida y actividad profesional y si tiene cualquier enfermedad o si está tomando medicamentos que puedan interferir con el aspecto de la piel;
  4. Evaluación instrumental, la cual es realizada por un profesional de la salud y consiste en el uso de dispositivos que evalúan la pérdida de agua y miden la grasa, la resistencia y el grado de pigmentación.

La valoración del tipo de piel se puede hacer en casa, pasando un pañuelo limpio por el rostro al levantarse y observando la piel y el tejido en un lugar donde haya claridad. Generalmente, en pieles normales, el pañuelo permanece limpio; en pieles grasas, se puede ver suciedad, y en pieles secas, puede sentirse un poco seca y descamación de la piel del pañuelo.

Cómo identificar las características de la piel.

Saber identificar las características de cada tipo de piel también es importante para saber cómo tratarla. De esta forma, es importante conocer la diferencia entre pieles normales, secas y grasas, así como identificar los signos de mayor y menor sensibilidad y grado de pigmentación.

1. Piel normal, seca o grasa

Por lo general en piel normal No tiene un aspecto graso ni seco, tiene un brillo moderado, es brillante, rosado y normalmente es suave y firme al tacto, sin imperfecciones. Los poros suelen ser invisibles a simple vista y generalmente no tienen granos.

Por otro lado, el Piel seca Puede caracterizarse por una sensación de tirantez tras el contacto con el agua, así como por el hecho de que se puede pelar más fácilmente y no hay brillos. Ahora en piel grasosa Se caracteriza por la producción de una mayor cantidad de sebo, que con mayor frecuencia muestra poros más grandes y la formación de acné.

Algunas personas también pueden tener piel mixta, en las que se pueden notar zonas del rostro con más grasa, como la frente, nariz y mentón y más secas, como las mejillas.

Es importante señalar que los tipos de piel basados ​​en las características hidrolipídicas no son necesariamente inmutables, es decir, factores como el estrés, el embarazo, la menopausia o la exposición a diferentes temperaturas y climas pueden provocar cambios en el tipo de piel.

2. Pieles sensibles o resistentes

Las pieles sensibles pueden sufrir más fácilmente problemas como acné, rosácea, ardor y reacciones alérgicas. Por otro lado, la piel resistente es un estrato córneo sano, que la protege de alérgenos y otros irritantes y también previene la pérdida de agua.

3. Pigmentación de la piel

La pigmentación responde a los signos o manchas que pueden aparecer en el rostro y ayuda a identificar a las personas con antecedentes o mayor probabilidad de sufrir cambios en la pigmentación de la piel como melasma, hiperpigmentación postinflamatoria y manchas solares que pueden evitarse o mejorar con el uso. de productos locales y procedimientos dermatológicos.

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