Cuando un diabético se lesiona, es muy importante prestar atención a la herida aunque parezca muy pequeña o simple, como en el caso de cortes, raspaduras, ampollas o callosidades, ya que existe un mayor riesgo de que la herida no cicatrice correctamente y por lo tanto sufrir una infección grave.
Este cuidado se puede realizar en casa inmediatamente después de que se produzca la lesión o cuando se detecte una vejiga o maíz escondido, por ejemplo. Sin embargo, en todos los casos, es muy importante acudir a un dermatólogo lo antes posible para que se pueda valorar la herida e indicar el tratamiento adecuado.
Esto se debe a que la diabetes es una enfermedad crónica que daña los nervios y debilita el sistema inmunológico con el tiempo, lo que dificulta el proceso de curación. Además, debido a que el organismo no puede utilizar el azúcar, esta se acumula en los tejidos y facilita el crecimiento de bacterias en las heridas, aumentando el riesgo y la intensidad de las infecciones.
Es importante tener cuidado en caso de cambios en la piel de los diabéticos, como:
- Lavar la zona use agua caliente y jabón con pH neutro;
- Evite poner productos antisépticos en la herida., como el alcohol, la povidona yodada o el peróxido de hidrógeno, ya que pueden dañar los tejidos y retrasar la cicatrización;
- Aplicar un ungüento antibiótico prescrito por un médico, para tratar de evitar el desarrollo de una infección;
- Cubra el área con una gasa esterilizada., reemplazándolo diariamente o según las indicaciones de su médico o enfermera;
- Evite ejercer presión sobre la herida., preferiblemente con ropa cómoda o zapatos holgados que no froten contra las lesiones.
Si tiene maíz, nunca debe rasparlo ni intentar sacarlo en casa, ya que puede causar un sangrado severo o facilitar el desarrollo de una infección importante en la zona. De esta forma, siempre se debe consultar a un pediatra para realizar el tratamiento adecuado y evitar complicaciones que puedan requerir la amputación del pie.
Qué hacer para evitar complicaciones graves.
Debido al alto riesgo de que la lesión se infecte o situaciones más sencillas, como cortes, ampollas o callosidades, que se agraven y formen úlceras cutáneas profundas, es importante vigilar la zona más de una vez al día, buscando signos como enrojecimiento severo. , hinchazón excesiva de la herida, sangrado o presencia de pus, así como signos de agravamiento o falta de cicatrización de la lesión después de 1 semana.
Por ello, si se presenta alguno de estos signos, es importante acudir nuevamente al médico o urgencias para cambiar de tratamiento y empezar a tomar antibióticos, que pueden tomarse por vía oral o administrarse en la herida para facilitar la cicatrización y eliminación de bacterias.
Los casos más habituales de lesiones graves se dan en los pies, ya que, por lo general, la circulación de los pies se deteriora con los años y es necesaria para la cicatrización de heridas. Asimismo, el uso de zapatos ajustados facilita la aparición de callos y lesiones que pueden aparecer en lugares poco visibles y pasar desapercibidos, deteriorándose con el tiempo.