La cirugía de varicocele generalmente está indicada cuando un hombre experimenta dolor en los testículos que no desaparece con la medicación, en caso de infertilidad o cuando se detectan niveles bajos de testosterona plasmática. No todos los hombres con varicocele deben operarse porque la mayoría no presenta síntomas y mantiene una fertilidad normal.
La corrección quirúrgica del varicocele conduce a una mejora en los parámetros de los espermatozoides, un aumento en el número total de espermatozoides móviles y una reducción en el nivel de radicales libres de oxígeno, lo que genera una mejor función de los espermatozoides.
Existen varias técnicas quirúrgicas para tratar el varicocele, pero la cirugía inguinal y subingival abierta es la más utilizada debido a su alta tasa de éxito y las mínimas complicaciones que pueden ocurrir. Vea cómo identificar los síntomas del varicocele.
1. Operación abierta
La cirugía abierta, aunque técnicamente más difícil de realizar, suele generar mejores resultados en el tratamiento del varicocele en adultos y adolescentes y complicaciones mínimas, lo que representa una menor tasa de recaídas y un menor riesgo de complicaciones. Además, el procedimiento quirúrgico se asocia con tasas más altas de embarazo espontáneo en comparación con otras técnicas.
Esta técnica se realiza bajo anestesia local y permite la identificación y preservación de la arteria testicular y los vasos linfáticos, lo cual es importante para prevenir la atrofia testicular y la formación de hidrocele. Descubra qué es y cómo tratar un hidrocele.
2. Laparoscopia
La laparoscopia es más invasiva y compleja que otras técnicas, y las complicaciones más comúnmente asociadas con esta técnica son la lesión de la arteria articular y los vasos linfáticos. Sin embargo, tienen la ventaja de tratar el varicocele bilateral al mismo tiempo.
Aunque permite una mayor dilatación que otras técnicas, las venas cremaster, que pueden contribuir a la recurrencia del varicocele, no pueden tratarse con esta técnica. Otras desventajas incluyen la necesidad de anestesia general, la presencia de un cirujano capacitado con experiencia en laparoscopia y el alto costo de la cirugía.
3. Embolización percutánea
La embolización percutánea se realiza de forma ambulatoria, bajo anestesia local, por lo que se asocia con una recuperación más rápida y menos dolor. Esta técnica no presenta riesgo de formación de hidrocele, ya que no interfiere con los vasos linfáticos. Sin embargo, existen ciertas desventajas, como la exposición a la radiación y los altos costos.
Este procedimiento tiene como objetivo detener el flujo sanguíneo en la vena varicosa del testículo. Para ello, se realiza una incisión en la ingle, donde se inserta un catéter en la vena varicosa, y luego se inyectan partículas de embolización que bloquean el paso de la sangre.
En general, el tratamiento con varicocele mejora significativamente la concentración, la movilidad y la morfología de los espermatozoides, mejorando los parámetros del semen aproximadamente tres meses después de la cirugía.
¿Cómo es la recuperación después de la operación?
Después de la cirugía, el paciente generalmente puede irse a casa el mismo día. Se deben considerar ciertas preocupaciones, como evitar actividades que requieran esfuerzo durante el primer mes después de la cirugía, cambiar los medicamentos y usar analgésicos de acuerdo con las pautas médicas.
El regreso al trabajo debe evaluarse durante las consultas de seguimiento con el urólogo después de la cirugía; por otro lado, la actividad sexual se puede reanudar después de 7 días.