Cirugía de próstata: cómo se realiza (y posibles riesgos)

La cirugía de próstata, conocida como prostatectomía radical, es el pilar del tratamiento del cáncer de próstata porque, en la mayoría de los casos, es posible extirpar todo el tumor maligno y curar permanentemente el cáncer, especialmente cuando la enfermedad no lo es, está tan avanzada y tiene no se propaga a otros órganos.

Se prefiere que esta operación se realice en hombres menores de 75 años que se considera que tienen una población con un riesgo quirúrgico de bajo a moderado, es decir, con enfermedades crónicas controladas como la diabetes o la hipertensión. Aunque este tratamiento es muy eficaz, puede ser necesario someterse a quimioterapia o radioterapia después de la cirugía para matar las células malignas restantes.

El tumor de próstata crece lentamente por lo que no es necesario realizar la cirugía inmediatamente después del diagnóstico, pudiendo evaluarse su desarrollo en un período determinado, sin aumentar el riesgo de complicaciones.

Cómo se realiza una prostatectomía

La operación en la mayoría de los casos se realiza con anestesia general, pero también se puede realizar con anestesia epidural, que se aplica en la columna, dependiendo de la técnica quirúrgica a realizar.

La operación dura un promedio de 2 horas y generalmente requiere una estadía en el hospital de 2 a 3 días. La prostatectomía es un procedimiento quirúrgico que extirpa la próstata, incluida la uretra prostática, las vesículas seminales y los bulbos de los conductos deferentes. Durante esta operación se puede realizar una linfadenectomía bilateral, que consiste en la extirpación de los ganglios linfáticos de la región pélvica.

Los principales tipos de prostatectomía.

Para extirpar la próstata, la operación se puede realizar de forma robótica o laparoscópica, es decir, a través de pequeños orificios en el abdomen por donde pasan los instrumentos para extirpar la próstata o con una laparotomía donde se realiza una incisión cutánea más grande.

Los principales tipos de cirugía que se utilizan son:

  • Prostatectomía radical retropúbica: En esta técnica, el médico hace una pequeña incisión en la piel cerca del ombligo para extirpar el tumor de próstata;
  • Prostatectomía radical perinealSe hace una incisión entre el ano y el escroto y se extrae el tumor. Sin embargo, esta técnica se utiliza con menos frecuencia que la anterior, porque los nervios responsables de la erección siempre se ven afectados, lo que puede provocar impotencia;
  • Prostatectomía radical con asistencia robótica: en esta técnica el médico controla un robot que tiene manos y por tanto la técnica es más precisa, reduciendo el riesgo de consecuencias;
  • Resección transuretral de la próstata: Generalmente se realiza en el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna, sin embargo, en casos de cáncer donde no se puede realizar una prostatectomía radical pero hay síntomas presentes, se puede utilizar esta técnica.

En la mayoría de los casos, la técnica más adecuada es la cirugía robótica, ya que causa menos dolor, menos pérdida de sangre y un tiempo de recuperación más rápido.

¿Cómo es la recuperación de la prostatectomía?

La recuperación es relativamente rápida y difícilmente se recomienda permanecer quieto, evitando el esfuerzo durante 10 a 15 días. Pasado este tiempo, puede volver a sus actividades diarias como conducir o trabajar, sin embargo, el permiso de esfuerzo se obtiene solo 90 días después de la operación. En caso de tener relaciones sexuales, se pueden renovar a los 40 días.

En el postoperatorio de prostatectomía es necesario colocar un tubo en la vejiga conocido como catéter vesical para poder orinar, esto se hace porque el tracto urinario se inflama lo que impide el paso de la orina. Este tubo de ensayo debe usarse durante 1 a 2 semanas y retirarse cuando su médico lo prescriba. Vea qué cuidados debe tener con el catéter urinario durante este período.

Además de la cirugía, puede ser necesario someterse a quimioterapia, terapia hormonal y / o radioterapia para eliminar las células malignas que no se extrajeron durante la cirugía o que se han diseminado a otros órganos, evitando que sigan multiplicándose.

Posibles riesgos

Además de los riesgos generales, como la infección de la cicatriz o el sangrado, la cirugía del cáncer de próstata puede tener otras consecuencias importantes como:

1. Incontinencia urinaria

Después de la cirugía, un hombre puede tener algunas dificultades para controlar la producción de orina, lo que resulta en incontinencia urinaria. Esta incontinencia puede ser leve o completa y generalmente dura semanas o hasta varios meses después de la cirugía.

Este problema es más común en los ancianos, pero puede ocurrir a cualquier edad según el grado de progresión del cáncer y el tipo de cirugía.

2. Disfunción eréctil

La disfunción eréctil es una de las complicaciones más comunes y preocupantes para los hombres porque dejan de iniciar o mantener una erección. Esto se debe a que hay nervios importantes cerca de la próstata que controlan una erección. Por lo tanto, la impotencia es más común en los casos en que el cáncer está avanzado y es necesario extirpar muchas áreas afectadas, e incluso puede ser necesaria la extirpación de nervios.

En otros casos, la erección solo puede verse afectada por la inflamación de los tejidos alrededor de la próstata, lo que ejerce presión sobre los nervios. Generalmente en estos casos esta situación mejora con el tiempo a medida que la inflamación disminuye y los tejidos se regeneran.

Para ayudar con los primeros meses, su urólogo puede recomendar algunos medicamentos como Sildenafil, más conocido como Viagra, Tadalafil o Lodenafil, para ayudarlo a lograr una erección satisfactoria. Obtenga más información sobre cómo tratar la impotencia sexual masculina.

3. Infertilidad

La cirugía del cáncer de próstata rompe la conexión entre los testículos, donde se producen los espermatozoides, y la uretra. Por esta razón, el hombre no podrá crear un hijo de forma natural. Los testículos producirán espermatozoides pero no eyacularán.

Debido a que la mayoría de los hombres afectados por el cáncer de próstata son adultos mayores, la infertilidad generalmente no es una preocupación importante, pero si es joven o desea tener hijos, es recomendable hablar con un urólogo y evaluar la posibilidad de preservación de los espermatozoides. en clínicas especializadas.

Exámenes y consultas después de la cirugía.

Después de completar el tratamiento del cáncer de próstata, se requiere una prueba de antígeno prostático (PSA) cada 6 meses durante 5 años. Su médico también puede ordenar gammagrafías óseas anuales y otras pruebas por imágenes para asegurarse de que todo esté bien o para diagnosticar cualquier anomalía lo antes posible.

También es posible que la terapia psicológica esté indicada como parte del tratamiento, ya que tanto la parte emocional como la sexualidad pueden verse afectadas. El apoyo de familiares y amigos cercanos también es de gran ayuda para superar las dificultades que trae la enfermedad.

¿Puede volver el cáncer?

Sí, los hombres a los que se les ha diagnosticado cáncer de próstata y están en tratamiento con fines médicos pueden tener una recurrencia de la enfermedad y pueden necesitar tratamiento adicional. Por tanto, el seguimiento periódico por parte de un urólogo es fundamental, realizando las pruebas necesarias para un mayor control de la enfermedad.

Además, es recomendable tener hábitos saludables y no fumar, además de las pruebas diagnósticas periódicas, siempre que tu médico te lo pida, porque cuanto antes se diagnostique o controle el cáncer, mayores serán las posibilidades. de Medicina.

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