Cirugía de fibromas (miomectomía): tipos, riesgos y recuperación

La cirugía de extirpación de fibromas está indicada cuando una mujer presenta síntomas como dolor abdominal intenso y menstruación abundante que no mejoran con la medicación, pero además, se debe evaluar la intención de la mujer de quedar embarazada, ya que la cirugía puede complicar embarazos futuros. La cirugía no es necesaria cuando los síntomas se pueden controlar con medicamentos o cuando una mujer entra en la menopausia.

Los fibromas son tumores benignos que aparecen en el útero de mujeres en edad reproductiva, provocando signos y síntomas como sangrado menstrual y calambres severos que son difíciles de controlar. Los medicamentos pueden reducir su tamaño y controlar los síntomas, pero cuando esto no sucede, el ginecólogo puede sugerir la extirpación quirúrgica del fibroma.

Tipos de cirugías de extirpación de fibromas

La miomectomía es una operación que se realiza para extirpar un fibroma del útero. Hay 3 formas diferentes de realizar esta intervención:

  • Miomectomía laparoscópica: En la región abdominal se realizan pequeñas incisiones a través de las cuales se coloca una microcámara y los instrumentos necesarios para la extirpación del fibroma. Este procedimiento se usa solo si el fibroma está ubicado en la pared externa del útero;
  • Miomectomía abdominal: Es una especie de «cesárea», donde es necesario realizar una incisión en la región pélvica, hacia el útero, permitiendo la extirpación del fibroma;
  • Miomectomía histeroscópica: el médico inserta el histeroscopio a través de la vagina y extrae el fibroma sin necesidad de realizar incisiones. Esta técnica se recomienda solo en los casos en que el fibroma se encuentra dentro del útero con una pequeña parte hacia el interior de la cavidad endometrial.

Por lo general, la cirugía de extirpación de fibromas logra controlar los síntomas de dolor y sangrado excesivo en el 80% de los casos, pero en algunas mujeres la operación puede no ser definitiva y puede aparecer un nuevo fibroma en otra área del útero, aproximadamente 10 años después. . Por esta razón, muchas veces el médico opta por extirpar el útero en lugar de simplemente extirpar el fibroma. Obtenga más información sobre la histerectomía.

El médico puede optar por cerrar el endometrio o embolizar las arterias que alimentan los fibromas hasta que no midan más de 8 cm o si el fibroma está en la pared posterior del útero porque esta área tiene muchos vasos sanguíneos y no se puede detener con cirugía. .

¿Cómo es la recuperación después de la operación?

Normalmente, la recuperación es rápida, pero una mujer debe descansar durante al menos 1 semana para que el tejido cicatrice correctamente, evitando cualquier esfuerzo físico durante ese período. El contacto sexual solo se puede realizar 40 días después de la cirugía para evitar el dolor y la infección. Debe consultar a un médico si tiene síntomas como mal olor en la vagina, flujo vaginal y sangrado muy intenso de color rojo brillante.

Posibles riesgos de la cirugía de extirpación de fibromas

Cuando la cirugía de extirpación de fibromas la realiza un ginecólogo experimentado, la mujer puede estar más tranquila porque las técnicas son seguras para su salud y los riesgos están controlados. Sin embargo, durante la miomectomía puede haber sangrado y es posible que sea necesario extirpar el útero. Además, algunos autores confirman que las cicatrices en el útero pueden contribuir a la rotura uterina durante el embarazo o el parto, aunque esto rara vez ocurre.

Cuando una mujer está muy por encima de su peso ideal, es necesario adelgazar antes de realizar una cirugía abdominal para reducir los riesgos en el quirófano. Sin embargo, en caso de obesidad, puede estar indicada una histerectomía vaginal.

Además, existen estudios que muestran que algunas mujeres, aunque su útero está preservado, tienen menos probabilidades de quedar embarazadas después de la cirugía debido a la adhesión de cicatrices que se forman como resultado de la cirugía. Se cree que en la mitad de los casos la operación puede dificultar el embarazo en los primeros 5 años posteriores a la operación.

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