El cáncer de tiroides es una afección en la que las células de la tiroides crecen y se reproducen sin control, lo que puede afectar el funcionamiento de la glándula. Este cáncer se caracteriza por la palpación de un nódulo o bulto en el cuello y, en la mayoría de los casos, es más probable que se cure cuando el tratamiento se inicia temprano.
Este tipo de cáncer suele ser más común en mujeres y puede ocurrir entre las edades de 30 y 60 años. Es importante consultar a un endocrinólogo antes de que se presente un bulto en el cuello o cualquier otro síntoma asociado para indicar la realización de pruebas diagnósticas que puedan identificar un problema de tiroides con el fin de iniciar el tratamiento más adecuado. .
Principales síntomas
Los síntomas que pueden indicar el desarrollo de cáncer de tiroides son:
- Presencia de un bulto o bulto en el cuello., que generalmente crece rápidamente;
- Hinchazón en el cuello debido al agrandamiento de los ganglios;
- Dolor en la parte delantera de la garganta. que puede irradiar a los oídos;
- Ronquera u otros trastornos de la voz;
- Respiración dificultosa como si tuviera algo atorado en la garganta;
- Tos persistente que no va acompañado de un resfriado o gripe;
- Dificultad para tragar o una sensación de tener algo atrapado en la garganta.
Sin embargo, estos síntomas pueden indicar otros problemas menos graves como enfermedad por reflujo gastroesofágico, infecciones respiratorias, problemas de cuerdas vocales e incluso quistes o nódulos en la glándula tiroides, que suelen ser benignos y no suponen ningún riesgo para la salud. porque en la mayoría de los casos el cáncer de tiroides no produce síntomas.
Observe los signos que pueden indicar otros cambios en la glándula tiroides.
Cómo diagnosticar el cáncer de tiroides
Para diagnosticar el cáncer de tiroides, se debe visitar a un endocrinólogo para monitorear el cuello del individuo e identificar cambios como hinchazón o dolor que pueden indicar la presencia de cáncer. Sin embargo, también es importante hacerse un análisis de sangre para confirmar los niveles de las hormonas TSH, T3, T4, tiroglobulina y calcitonina, que cuando se modifican pueden indicar cambios o problemas en la glándula tiroides.
Además de esto, es necesario realizar una ecografía de la glándula tiroides y aspiración con aguja fina (FNA), para confirmar la presencia de células malignas en la glándula, lo que realmente determina si se trata de cáncer.
Las personas diagnosticadas con cáncer de tiroides de bajo riesgo generalmente tienen resultados de análisis de sangre normales, por lo que es importante hacerse una biopsia cada vez que su médico sugiera que si muestran un resultado no concluyente, deben repetirse periódicamente hasta que se demuestre que es un ganglio benigno.
A veces, la certeza de que se trata de cáncer de tiroides se produce solo después de la operación para extirpar el ganglio que se envió a un laboratorio para su análisis.
¿Cuáles son los tipos de cáncer de tiroides?
Existen diferentes tipos de cáncer de tiroides que varían según el tipo de células afectadas. Sin embargo, los más comunes son:
- Carcinoma papilar: Este tipo de cáncer de tiroides es el más común, ocurre en el 80% de los casos y normalmente se desarrolla muy lentamente, siento que es el más fácil de tratar;
- Cáncer folicular: Este cáncer es menos común que el papilar, pero generalmente tiene un buen pronóstico porque es fácil de tratar;
- Tumor de células bajas: Es la detección más difícil del cáncer de tiroides, se presenta en un 3% de los casos y por eso muchas veces se diagnostica en una etapa más avanzada, más difícil de tratar.
- Cáncer anaplásico: es muy raro, ocurre en el 1% de los casos, pero es muy agresivo, con pocas posibilidades de curación.
En el carcinoma papilar o folicular, la tasa de supervivencia es alta, aunque puede reducirse a la mitad cuando el cáncer se diagnostica en un estadio muy avanzado, principalmente si existen metástasis en el organismo. Por tanto, además de saber qué tipo de tumor tiene una persona, también hay que conocer su estadio y si tiene metástasis o no está relacionado, ya que esto determina cuál es el tratamiento más indicado para cada caso.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento del cáncer de tiroides depende del tamaño del tumor y las principales opciones de tratamiento para las personas con cáncer de tiroides son la cirugía, la terapia con yodo radiactivo y la terapia hormonal. En los casos más graves, la quimioterapia y la radioterapia pueden estar indicadas, pero todos los tratamientos siempre los prescribe un endocrinólogo o un cirujano de cabeza y cuello.
- CirugíaConocida como tiroidectomía, consiste en extirpar toda la glándula tiroides, además de realizar una disección cervical para extirpar los ganglios linfáticos del cuello que puedan verse afectados. Conozca cómo se realiza la operación;
- Suplementación hormonalA continuación, debe tomar medicamentos de terapia de reemplazo de hormona tiroidea, durante toda la vida, todos los días, en ayunas;
- Quimioterapia o radioterapia: Puede estar indicado en carcinoma medular o anaplásico, especialmente en tumor avanzado;
- Ingestión de yodo radiactivo: Al cabo de 1 mes después de la extirpación de la glándula tiroides, se debe iniciar el segundo paso del tratamiento, que es la ingesta de yodo radiactivo, que sirve para eliminar por completo todas las células tiroideas y, en consecuencia, todos los restos del tumor. . . Ver todo sobre la terapia con yodo radiactivo.
Casi nunca se recomienda la quimioterapia para el cáncer de tiroides porque este tipo de tumor no responde bien a este tratamiento.
Obtenga más información sobre los medicamentos para la tiroides.
¿Cómo es el seguimiento después del tratamiento?
Después del tratamiento para la extirpación del tumor de tiroides, se necesitan pruebas para evaluar si el tratamiento elimina por completo las células malignas y si el reemplazo hormonal es adecuado para las necesidades de la persona.
Los exámenes obligatorios incluyen:
- Gammagrafía: Esta es una prueba en la que una persona toma un medicamento y luego va a una máquina que genera imágenes de todo el cuerpo para encontrar células tumorales o metástasis en el cuerpo. Esta prueba se puede realizar de 1 a 6 meses después de la terapia con yodo. Si se encuentran células malignas o metástasis, su médico puede ordenar una nueva tableta de yodo radiactivo para eliminar cualquier rastro de cáncer, pero una dosis única de terapia con yodo suele ser suficiente.
- Ultrasonido de cuello: Puede indicar cambios en el cuello y a nivel de los ganglios cervicales;
- Análisis de sangre para la dosificación de TSH y tiroglobulina, cada 3, 6 o 12 meses, el objetivo es que sus valores estén por debajo de <0,4 mU / L.
Normalmente, el médico requiere solo 1 o 2 exploraciones de todo el cuerpo, y luego el seguimiento se realiza solo con ultrasonido de cuello y análisis de sangre. Dependiendo de la edad, tipo y estadio del tumor y del estado de salud general de la persona, estos exámenes pueden repetirse periódicamente durante un período de 10 años o más, según los criterios médicos.
¿Puede regresar el cáncer de tiroides?
Es poco probable que un tumor detectado temprano pueda diseminarse por todo el cuerpo, tener metástasis, pero la mejor manera de saber si hay células malignas en el cuerpo es hacer las pruebas que requiera el médico y tener cuidado como buena alimentación, ejercicio . actividad física regular y hábitos de vida saludables.
Sin embargo, si el tumor es agresivo o si se detecta en una etapa más avanzada, existe la posibilidad de que el cáncer pueda aparecer en otra parte del cuerpo, con metástasis óseas o pulmonares más frecuentes, por ejemplo.