La bronquitis asmática es un término que no es aceptado por toda la comunidad médica, por lo que no siempre se considera un diagnóstico y, a menudo, solo se la denomina bronquitis o asma. Sin embargo, este término se utiliza cuando la inflamación de los bronquios pulmonares se produce debido a una alergia o una infección respiratoria, provocando síntomas como dificultad para respirar y dificultad para respirar o silbidos al respirar.
Sus causas están relacionadas con algún tipo de alergia respiratoria e infecciones del tracto respiratorio, y la exposición al humo del cigarrillo, la contaminación y los olores fuertes pueden agravar la crisis con bronquitis asmática.
Principales síntomas
Los principales signos y síntomas de la bronquitis asmática pueden ser:
- Dificultad para respirar y sensación de que el aire no llega a los pulmones;
- Sensación de pesadez en el pecho;
- Tos nocturna;
- Presencia de una pequeña cantidad de flema, similar a la clara de huevo;
- dificultad para respirar o silbidos al respirar;
- Sensación de malestar en el cuerpo.
Los síntomas del asma pueden presentarse en cualquier momento y a cualquier edad y, por este motivo, es importante continuar el tratamiento con la medicación prescrita por un médico. El diagnóstico de bronquitis asmática puede realizarlo un neumólogo mediante el seguimiento de los síntomas, la auscultación pulmonar, la espirometría y las pruebas de alergia.
¿Existe cura para la bronquitis asmática?
La bronquitis asmática se puede curar cuando se puede eliminar la alergia o inyección que causa la bronquitis, y se puede lograr mediante el uso de algunas vacunas recetadas por un neumólogo o alergólogo.
Sin embargo, el asma en sí no tiene cura y, en muchos casos, algunas alergias no se pueden curar, además la bronquitis del asma no se puede curar y por lo tanto, la persona debe seguir el tratamiento prescrito por un médico de por vida.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de la bronquitis asmática se puede realizar con el uso de medicamentos que exhalan los bronquios pulmonares y facilitan el paso del aire, prescritos por un neumólogo. Algunos ejemplos de medicamentos utilizados para tratar la bronquitis asmática son: «bombas» como salbutamol o aerosoles de suero y medicamentos para reducir la dificultad para respirar, como Fenoterol Hydrobromide (Berotek o Berodual). Además, si existen infecciones bacterianas, pueden estar indicados jarabes para la tos e incluso antibióticos como Amoxicilina. Vea paso a paso cómo usar la bombilla correctamente.
La fisioterapia también puede ser un recurso para el tratamiento de la bronquitis asmática, útil para mejorar la capacidad respiratoria y la condición física de una persona. En estas sesiones se realizan ejercicios respiratorios que fortalecen los músculos involucrados en la respiración, expanden la capacidad de los pulmones y ayudan a extraer la mucosidad de los bronquios.