Agua pulmonar: síntomas, causas y tratamiento.

El agua pulmonar es un problema de salud, científicamente conocido como edema pulmonar, que se produce cuando los alvéolos pulmonares se llenan de líquido como consecuencia de otras enfermedades que no se han tratado adecuadamente, como insuficiencia cardíaca o infecciones respiratorias.

Como el exceso de líquido en los pulmones dificulta la respiración y reduce la entrada de oxígeno al cuerpo, puede poner en peligro la vida de una persona, por lo que es recomendable acudir a un hospital de emergencia cuando se presenten síntomas como dificultad para respirar. , falta de aire o asfixia, ronquera o falta de aire o tos persistente con sangre.

El agua acumulada en los pulmones se puede curar, pero el tratamiento debe iniciarse lo antes posible para evitar que el nivel de oxígeno en el cuerpo disminuya y ponga en peligro la vida.

Principales síntomas

Dependiendo de la causa del edema pulmonar, los síntomas pueden aparecer con el tiempo o aparecer repentinamente. Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Dificultad para respirar, que empeora al acostarse;
  • Sensación de falta de aire o asfixia;
  • Dificultad para respirar o dificultad para respirar;
  • Tos con secreción que puede contener sangre;
  • Dolor de pecho severo;
  • Fatiga;
  • Hinchazón de piernas o pies.

Cuando se presenta más de uno de estos síntomas, es recomendable llamar al número de emergencia de su país de origen o acudir al departamento de emergencias del hospital de inmediato para comenzar el tratamiento rápidamente y evitar complicaciones graves que pueden causar la muerte.

Posibles causas del agua en los pulmones.

El agua pulmonar es un trastorno más común en los ancianos debido a problemas de salud, pero también puede ocurrir en personas jóvenes e incluso en niños con cardiopatías congénitas.

Las principales afecciones que pueden provocar edema pulmonar son las siguientes:

1. Problemas cardiovasculares

Si las enfermedades del sistema cardiovascular no se tratan adecuadamente, pueden provocar un aumento excesivo de la presión en el corazón, impidiendo que la sangre bombee correctamente.

Cuando esto sucede, la sangre se acumula alrededor de los pulmones y aumenta la presión en los vasos en esa área, lo que hace que el líquido, que es parte de la sangre, sea empujado hacia los pulmones, ocupando un espacio que necesita llenarse de aire. .

Algunas de las enfermedades cardiovasculares que causan con más frecuencia este trastorno incluyen:

  • Enfermedad coronaria: provoca el estrechamiento de las arterias del corazón, debilitamiento del corazón y reducción de su capacidad para bombear sangre;
  • Miocardiopatía: el músculo cardíaco se debilita sin ninguna razón relacionada con el flujo sanguíneo;
  • Problemas de las válvulas cardíacas: porque al no cerrarse completamente o abrirse correctamente, la fuerza del corazón puede empujar el exceso de sangre a los pulmones;
  • Alta presión: Con el tiempo, esto puede hacer que el corazón pierda la potencia que necesita para bombear, lo que genera un charco de sangre en los pulmones.

Además, otras afecciones, como los problemas renales, también pueden aumentar la presión arterial y dificultar el funcionamiento del corazón, lo que provoca edema pulmonar si no se trata adecuadamente.

2. Infecciones pulmonares

Algunas infecciones pulmonares causadas por virus, como el hantavirus o el virus del dengue, pueden provocar cambios en la presión de los vasos sanguíneos en los pulmones, provocando la acumulación de líquido.

3. Exposición a toxinas o humo

Cuando se inhalan toxinas, como el amoníaco o el cloro o el humo del cigarrillo, por ejemplo, los tejidos pulmonares pueden irritarse mucho, creando un líquido que ocupa espacio en los pulmones.

Además, cuando la inflamación es muy grave, puede dañar los pulmones y los pequeños vasos sanguíneos que los rodean, permitiendo la entrada de líquido.

4. Ahogamiento

En situaciones de casi ahogamiento, los pulmones se llenan de agua que se inhala por la nariz o la boca y se acumula en los pulmones. En estos casos, aunque el agua se extrae con maniobras de rescate, el edema pulmonar puede persistir, requiriendo tratamiento hospitalario.

5. Grandes altitudes

Las personas que hacen montañismo o escalada tienen un mayor riesgo de desarrollar edema pulmonar, porque cuando se encuentran a una altitud de más de 2400 metros, los vasos sanguíneos sufren un aumento de presión. Este aumento de presión puede provocar la entrada de líquido a los pulmones, especialmente en los principiantes en estos deportes.

También existen otras situaciones que pueden provocar la acumulación de líquido en los pulmones, como cuando hay problemas con el sistema nervioso, como traumatismo craneoencefálico, hemorragia subaracnoidea o convulsiones, o síndrome de dificultad respiratoria aguda.

Cómo confirmar el diagnóstico

En la mayoría de los casos, para confirmar el diagnóstico de edema pulmonar, el médico analiza los signos y síntomas, así como la historia personal del individuo, para determinar si es hipertenso, diabético o ha sufrido un infarto. El examen físico es sumamente importante para hacer un diagnóstico, porque durante este examen el médico debe realizar una auscultación del tórax, para observar si hay edema de las piernas y evaluar la presión arterial.

Además, puede ser necesario una radiografía de tórax, un ECG o un ecocardiograma para determinar qué está causando el agua en los pulmones.

Cómo se realiza el tratamiento

El tratamiento de agua pulmonar tiene como objetivo mantener un nivel adecuado de oxígeno circulante, evitando complicaciones como paro respiratorio o insuficiencia de órganos vitales. Por lo tanto, es importante orientar a la persona hacia el hospital cuando haya una sospecha de líquido en los pulmones.

Esto debe realizarse en un hospital y generalmente comienza con la administración de oxígeno a través de una máscara para aliviar síntomas como falta de aire, asfixia y falta de aire. Además, se pueden usar algunos medicamentos para eliminar el exceso de líquido, como:

  • Medicamentos diuréticos como furosemida: ayuda a eliminar el exceso de líquido del cuerpo a través de la orina;
  • Medicamentos para el corazón como nitroglicerina: alivia la presión sobre las arterias del corazón, mejora su función y previene la acumulación de sangre en los pulmones;
  • Morfina– Se utiliza para aliviar la dificultad para respirar o el dolor de pecho intenso;
  • Antihipertensivo respuesta rápida como la nitroglicerina: baja la presión arterial, facilita la función cardíaca y evita la retención de líquidos.

Debido al efecto de los medicamentos para eliminar el exceso de líquido, su médico puede recomendar el uso de un catéter urinario para medir la cantidad de orina que se elimina después del uso de diuréticos. Aprenda a cuidar un catéter urinario.

Cuando el tratamiento no se inicia temprano, pueden aparecer algunos signos de empeoramiento, incluido el empeoramiento de síntomas como asfixia, extremidades moradas, desmayos y, en los casos más graves, paro respiratorio.

Fisioterapia para el edema pulmonar.

Después de un edema pulmonar, los pulmones pueden perder parte de su capacidad para expandirse sin poder tomar grandes cantidades de aire. De esta forma, el neumólogo puede recomendar varias sesiones de fisioterapia respiratoria para mejorar la capacidad pulmonar y fortalecer la musculatura respiratoria, a través de ejercicios prescritos por un fisioterapeuta. Obtenga más información sobre cómo se realiza la fisioterapia respiratoria.

Estas sesiones se pueden realizar hasta 2 veces por semana, durante el tiempo que sea necesario para restaurar la capacidad pulmonar completa.

Prevención de un episodio de edema pulmonar.

Cuando los síntomas están controlados y el nivel de oxígeno en el cuerpo está equilibrado, es importante identificar el problema que está causando la acumulación de líquido en los pulmones, porque si no se trata este problema, los síntomas de agua en los pulmones pueden regresar.

En la mayoría de los casos, el agua en los pulmones se debe a un problema cardíaco no tratado, como insuficiencia cardíaca, pero los problemas con el sistema nervioso o las infecciones pulmonares también pueden provocar la acumulación de líquido en los pulmones.

Dependiendo de la causa, el neumólogo puede usar otros medicamentos como:

  • Medicamentos para el corazón, como la nitroglicerina: alivia la presión sobre las arterias del corazón, mejora su funcionamiento y previene la acumulación de sangre en los pulmones;
  • Medicamentos para la hipertensión arterial., como captopril: reduce la presión arterial, facilita la función cardíaca y previene la retención de líquidos.

Cuando la causa del edema pulmonar ya se conoce temprano en personas que han tenido problemas cardíacos durante varios años, por ejemplo, el tratamiento con estos medicamentos se puede realizar temprano para acelerar la eliminación del exceso de líquido.

Sin embargo, en el caso de personas a las que no se les ha diagnosticado la enfermedad hasta la aparición de los síntomas de pulmones acuosos, el neumólogo puede derivarlo a un cardiólogo u otro especialista para comenzar el tratamiento adecuado del problema, evitando que vuelva a aparecer para desarrollar una enfermedad. cuadro de edema pulmonar.

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