Los síntomas del tétanos suelen aparecer de 7 a 28 días después del contacto con la bacteria Clostridium tetani, que puede ingresar al cuerpo en forma de esporas a través de pequeñas heridas o lesiones cutáneas causadas por objetos contaminados con tierra o heces de animales que contienen la bacteria.
La infección se produce por la entrada de esporas bacterianas, que en el organismo y a bajas concentraciones de oxígeno producen toxinas que conducen al desarrollo de los signos y síntomas típicos de esta enfermedad, y los principales son:
- Calambres musculares;
- Rigidez de los músculos del cuello;
- Fiebre por debajo de 38ºC;
- Músculos abdominales fuertes y doloridos;
- Dificultad para tragar;
- Sensación de apretar los dientes;
- Presencia de heridas infectadas.
El veneno producido por las bacterias evita que los músculos se relajen, es decir, los músculos permanecen constreñidos, lo que dificulta y hace que el proceso de abrir la boca y tragar sea difícil y doloroso. Además, si no se diagnostica el tétanos, pueden verse afectados más músculos, lo que provoca insuficiencia respiratoria y pone en riesgo la vida de la persona.
Prueba de síntomas en línea
Si tiene una herida y cree que puede estar en riesgo de desarrollar tétanos, elija sus síntomas:
- 1. Calambres musculares dolorosos en todo el cuerpo No Sí
- 2. Sensación de apretar los dientes No Sí
- 3. Músculos del cuello rígidos No Sí
- 4. Dificultad para tragar No Sí
- 5. Músculos abdominales fuertes y doloridos No Sí
- 6. Fiebre por debajo de 38º C No Sí
- 7. Presencia de una herida infectada en la piel No Sí
Cómo confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de tétanos lo realiza un médico de cabecera, internista o infectólogo, mediante la evaluación de los signos y síntomas que presenta el individuo, así como su historial médico.
Las pruebas de laboratorio a menudo no son convincentes, ya que se necesita una gran cantidad de bacterias para confirmar la enfermedad, aunque no es necesario tener tantas bacterias en el cuerpo para causar síntomas.
Cómo se realiza el tratamiento
Una vez que se ha confirmado el diagnóstico, es importante comenzar el tratamiento lo antes posible para prevenir complicaciones, generalmente comenzando con una vacuna contra la enfermedad para estimular el sistema inmunológico, seguida de una inyección de un neutralizador de toxinas bacterianas. Además, está indicado el uso de antibióticos, relajantes musculares y limpieza regular de heridas.
También es importante tomar medidas para prevenir infecciones, como mantener todas las heridas cubiertas y limpias, ya que esto puede prevenir infecciones posteriores.
La principal forma de prevención es la vacuna antitetánica, que forma parte del calendario nacional de vacunación y debe administrarse en varias dosis, a los 2, 4, 6 y 18 meses, con un refuerzo entre los 4 y 6 años. Sin embargo, la vacuna no dura para siempre, por lo que se debe administrar una dosis de refuerzo cada 10 años. Obtenga más información sobre la vacuna contra el tétanos.