Los primeros signos y síntomas de la leucemia suelen ser fatiga excesiva e inflamación de los ganglios del cuello y la ingle. Sin embargo, los síntomas de la leucemia pueden variar ligeramente según el curso de la enfermedad, el tipo de células afectadas y la edad del individuo.
Generalmente, los primeros signos y síntomas de la leucemia tienden a confundirse con el resfriado común o la gripe, especialmente cuando aparecen de repente. Si sospecha que puede tener esta enfermedad, seleccione los síntomas a continuación y conozca el riesgo de padecer esta enfermedad:
- 1. Fiebre superior a 38º C. No Sí
- 2. Dolor en los huesos y articulaciones. No si
- 3. Manchas moradas o rojas en la piel. No si
- 4. Fatiga frecuente sin motivo aparente. No si
- 5. Ganglios linfáticos en el cuello, axilas o ingle. No si
- 6. Pérdida de peso sin motivo aparente. No si
- 7. Infecciones frecuentes como candidiasis o infecciones del tracto urinario. No si
Aunque hay dos tipos principales de leucemia, los síntomas son siempre los mismos y la principal diferencia está en la progresión de los síntomas. Obtenga más información sobre los diferentes tipos de leucemia.
Manchas en la piel: leucemia sospechosa
Los síntomas de la leucemia infantil
Los síntomas en los niños pueden manifestarse en cualquier etapa. En este caso, es posible que el bebé o el niño siempre parezcan cansados y no quieran gatear ni caminar. Tienen otros síntomas como fácil aparición de marcas moradas en la piel, sangrado por la nariz y encías, pérdida de apetito, infecciones recurrentes, fiebre, sudores nocturnos, dificultad para respirar, dolores de cabeza, mareos, decoloración pálida de la piel.
A pesar de asustar a los padres, la leucemia en los niños tiene muchas posibilidades de curarse cuando se trata adecuadamente, por lo que es extremadamente importante consultar a un pediatra de inmediato siempre que haya un cambio en el comportamiento de un niño.
Cómo hacer un diagnóstico correcto
Es importante diagnosticar la leucemia a tiempo, lo que evita que la enfermedad progrese y mejora la calidad de vida de una persona. La principal prueba para diagnosticar esta enfermedad es la hematología, donde es posible ver si hay algún cambio en el número de glóbulos blancos, acompañado o no de una disminución en el número de glóbulos rojos y plaquetas. Además, su médico puede ordenar exámenes bioquímicos y pruebas de coagulación.
En caso de un cambio en las pruebas anteriores, su médico puede pedirle que analice una muestra de sangre a nivel microscópico, lo que le permitirá identificar si hay algún cambio en sus glóbulos blancos que, de ser positivo, indicaría que la médula ósea no funciona correctamente.
Para confirmar definitivamente el diagnóstico, es posible que se requiera una prueba llamada mielograma, que consiste en recolectar una muestra de médula ósea que luego se envía a un laboratorio para su evaluación.
Cómo se realiza el tratamiento
El tratamiento de esta enfermedad dependerá de la edad del individuo, el tipo de leucemia que tenga y la evolución de la enfermedad, y debe iniciarse lo antes posible para aumentar las posibilidades de cura.
Los tratamientos más comunes que se utilizan para combatir esta enfermedad son la quimioterapia, que es la forma principal de tratamiento: radioterapia, inmunoterapia, farmacoterapia dirigida o trasplante de médula ósea.