Los remedios caseros son buenas opciones naturales para estimular el sistema inmunológico y ayudar a tratar la neumonía, principalmente porque pueden aliviar algunos de los síntomas típicos como tos, fiebre o dolores musculares, mejorar las molestias y facilitar el proceso de recuperación.
Sin embargo, estos medicamentos no sustituyen al tratamiento médico, especialmente en el caso de la neumonía, ya que es necesaria la evaluación de un médico para determinar si es necesario el uso de medicamentos más específicos, como antivirales o antibióticos. Siempre que sea posible, los remedios caseros deben usarse con la guía de su médico. Obtenga más información sobre el tratamiento de la neumonía.
Algunos de los remedios caseros que se pueden utilizar para aliviar los síntomas son:
Para reducir la temperatura
Algunos remedios caseros y naturales que tienen una base científica para reducir la fiebre son:
1. Compresas de té de menta
Esta es una opción bastante simple pero muy efectiva para tratar la fiebre y un alivio rápido, ya que le permite bajar la temperatura corporal en minutos. Para ello es necesario remojar 2 compresas o un paño limpio en un recipiente con té de menta caliente y luego escurrir el exceso de agua. Luego, se deben aplicar los vendajes o toalla en la frente y este proceso se repite varias veces al día, tanto en niños como en adultos.
Además de la temperatura del agua que sirve para enfriar el cuerpo, la menta también contiene sustancias como el mentol, que ayuda a enfriar la piel. Lo ideal es que el té no esté caliente, pero tampoco frío, ya que puede provocar un choque térmico y escalofríos, aumentando el malestar.
2. Té de corteza de sauce blanco
La corteza de sauce blanco es una planta medicinal que posee un potente efecto antiinflamatorio y analgésico que ayuda a combatir los dolores de cabeza y alivia la fiebre, pues contiene una sustancia similar al principio activo de la aspirina, la salicina.
De esta forma, este té es muy bueno para usar en el tratamiento de la neumonía, ya que alivia varios síntomas, como dolor de cabeza, fiebre y dolores musculares.
Ingredientes
- 1 cucharada de corteza de sauce blanco;
- 1 taza de agua hirviendo.
Modo de preparación
Coloque la corteza de sauce en el recipiente y déjela reposar de 5 a 10 minutos. Posteriormente colar y dejar enfriar. Beber de 2 a 3 veces al día.
Idealmente, este té debe ser tomado por adultos, ya que está contraindicado en las mismas situaciones que la aspirina, especialmente en mujeres embarazadas y personas con mayor riesgo de sangrado. Vea cuáles son las contraindicaciones de la aspirina.
Para aliviar la tos
Para aliviar la tos, algunas opciones caseras más efectivas incluyen:
3. Té de tomillo
El tomillo es una planta medicinal utilizada tradicionalmente para tratar la tos y está autorizada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) como ingrediente natural en los medicamentos para la tos. [1].
Según un estudio realizado en 2006 [2]Este efecto parece estar relacionado con la composición de los flavonoides de la planta, que ayudan a relajar los músculos de la garganta responsables de la tos, además de aliviar la inflamación de las vías respiratorias.
Ingredientes
- 2 cucharadas de hojas de tomillo trituradas;
- 1 taza de agua hirviendo.
Modo de preparación
Ponga las hojas de tomillo en una taza de agua hirviendo y cocine por 10 minutos. Luego colar y dejar enfriar. Beber de 2 a 3 veces al día.
El té de tomillo es seguro para adultos y niños mayores de 2 años, pero en el caso de mujeres embarazadas, solo debe usarse bajo la supervisión de un obstetra. Además, algunas personas pueden ser alérgicas a esta planta y su uso debe suspenderse en caso de síntomas asociados con una reacción alérgica.
4. Jugo de piña
Por su composición en bromelina, el jugo de piña es una buena opción natural para aliviar la tos, ya que parece que esta sustancia puede prevenir la tos.
Además, debido a que contiene vitamina C, el jugo de piña también fortalece el sistema inmunológico y reduce la inflamación del sistema respiratorio, lo cual es una buena opción para su uso en el tratamiento de la neumonía.
Ingredientes
- 1 rodaja de piña sin piel;
- ½ vaso de agua.
Modo de preparación
Mezcle los ingredientes en una licuadora y beba de 2 a 3 veces al día o cuando ocurran los ataques de tos más intensos.
Por ser un jugo completamente natural, este remedio casero puede ser utilizado por adultos y niños, así como por mujeres embarazadas.
Para reducir el dolor muscular
Los mejores remedios caseros para reducir el dolor muscular y el malestar general son aquellos con efectos analgésicos como:
5. Té de jengibre
El jengibre es una raíz que tiene componentes como el gingerol o el shogaol, de potente acción analgésica y antiinflamatoria, que ayudan a reducir cualquier tipo de dolor, especialmente el dolor muscular y el malestar general por afecciones como la gripe, el resfriado o la neumonía, por ejemplo.
Además, los compuestos fenólicos del jengibre tienen un fuerte efecto antioxidante, ayudando a fortalecer el sistema inmunológico.
Ingredientes
- 1 cm de raíz de jengibre fresca, triturada;
- 1 taza de agua hirviendo.
Modo de preparación
Recoge los ingredientes y déjalos reposar de 5 a 10 minutos. Luego debes colar y dejar que el té se caliente, tomar de 2 a 3 veces al día.
El jengibre es una raíz segura que pueden utilizar adultos y niños mayores de 2 años. Además, es seguro durante el embarazo, pero la dosis de jengibre debe ser de solo 1 g por día, y el té debe beberse solo durante un máximo de 4 días.
6. Té de equinácea
La equinácea es una planta muy conocida por ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, pero sigue siendo bastante eficaz para aliviar la inflamación en el cuerpo, tiene un efecto analgésico sobre el dolor muscular y el malestar general.
Ingredientes
- 1 cucharada de flores de equinácea secas;
- 1 taza de agua hirviendo.
Modo de preparación
Pon las hojas de equinácea en una taza de agua hirviendo y déjalas hervir de 5 a 10 minutos. Luego cuele, deje que se caliente y beba de 2 a 3 veces al día.
La equinácea es una planta bastante segura que puede ser utilizada por adultos, niños mayores de 2 años e incluso mujeres embarazadas, si es guiada por un obstetra.