Una fisura anal es una pequeña herida que aparece al final del recto, un tipo de incisión ubicada en la entrada del ano que provoca síntomas como dolor, malestar, sangrado leve y ardor durante la defecación.
Generalmente, este tipo de fisuras se produce al pasar una materia fecal muy seca y dura, que dilata el esfínter, provocando una lesión. Sin embargo, otros problemas como estreñimiento, diarrea intensa, coito anal, herpes genital o hemorroides también pueden provocar el desarrollo de una fisura.
Principales síntomas
Una fisura anal puede causar síntomas como dolor anal y sangre en las heces. Elija los síntomas en la prueba a continuación para averiguar el riesgo de fisura anal:
- 1. Dolor en la entrada del ano No Si
- 2. Presencia de sangre en el papel higiénico No Sí
- 3. Presencia de sangre en las heces No Sí
- 4. Ardor en la región anal, especialmente al orinar o orinar No Sí
- 5. Picazón en el ano No Si
La herida de la fisura puede provocar espasmos en el esfínter anal, lo que dificulta la evacuación, y en los casos más graves incluso puede haber sangre en las heces. En niños y bebés, una fisura anal puede empeorar el estreñimiento debido al dolor.
Cómo se realiza el tratamiento
Lo más importante en el tratamiento de la fisura anal es mantener una adecuada higiene íntima, para evitar la aparición de infecciones que dificulten la cicatrización. Para ello, siempre que sea necesario después de orinar o orinar, la zona debe lavarse a fondo con agua y un poco de jabón íntimo o enjuagar con papel higiénico empapado en agua. Las toallitas húmedas comerciales pueden no ser una buena opción, ya que contienen alcohol y otras sustancias que eventualmente irritan la región.
Además de esto, es una opción tomar baños sentados con agua caliente durante 5 a 20 minutos, principalmente después de la evacuación, porque calman el ardor y reducen el dolor, pero otras estrategias son:
1. Grasa para fisura anal
Las grasas deben usarse durante el tratamiento cuando los síntomas son muy intensos y causan muchas molestias durante la defecación. Algunos ejemplos de grasas son:
- Proctil o Ultraproct: son grasas que contienen una sustancia anestésica que reduce la sensibilidad al dolor;
- Grasas rectogénicas y otras grasas nitroglicerinas: ayuda a relajar el esfínter anal y mejora la circulación sanguínea en la zona, facilitando la cicatrización de la fisura;
- Bepanten o Emolin: Son grasas curativas que hidratan y estimulan la cicatrización de la piel.
Estas grasas siempre deben ser prescritas por un proctólogo, ya que deben ser adecuadas a los síntomas de cada persona y a la causa específica de la fisura anal.
En los casos más graves, cuando la fisura anal es grande y profunda, es posible que deba consultar a un médico antes de recetar analgésicos y antiinflamatorios orales como paracetamol o naproxeno para aliviar el dolor y la inflamación, o antibióticos como neomicina o gentamicina. por ejemplo, para tratar posibles infecciones.
2. Botox y cirugía
Otras opciones para tratar las fisuras anales, especialmente las crónicas, incluyen el uso de toxina botulínica, Botox y procedimientos quirúrgicos, que tienen como objetivo reducir el tono del esfínter anal y mejorar los síntomas y la aparición de nuevas fisuras. Este tipo de tratamiento muestra cuando otras alternativas no son suficientes para curar las grietas.
Cómo evitar que se repita una grieta
En la mayoría de los casos, las fisuras anales son provocadas por heces muy secas y estreñimiento, por lo que se recomienda invertir en una dieta equilibrada rica en fibra, además de apostar por una actividad física regular que ayude a regular los intestinos.
Además, para evitar las heces secas, es muy importante beber suficiente agua. Descubra cuánta agua debe beber durante el día y vea en el video a continuación 4 estrategias para aumentar el consumo de agua: