La actividad física regular puede mejorar la circulación sanguínea, fortalecer el sistema inmunológico, ayudar a perder peso, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y fortalecer los huesos, por ejemplo. Estos beneficios se pueden lograr aproximadamente 1 mes después de comenzar la actividad física regular, como caminar, saltar la cuerda, correr, bailar o ir al gimnasio.
Además, la actividad física posterior al estudio es una buena estrategia para consolidar lo aprendido debido al aumento de la circulación sanguínea cerebral, así como las catecolaminas que son esenciales para la memoria.
La actividad física se puede realizar a cualquier edad, pero es importante someterse a una evaluación médica antes de comenzar a hacer ejercicio para evaluar su salud general y su estado cardíaco. Para las personas mayores, embarazadas o personas que estén por encima de su peso ideal, además de la evaluación médica, se recomienda acompañar a un preparador físico.
Vea si está en su peso ideal para hacer ejercicio:
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Los principales beneficios de la actividad física son:
1. Lucha contra el exceso de peso
La actividad física es la mejor manera de combatir el sobrepeso o la obesidad, además de ayudar a mantener la pérdida de peso. Esto se debe a que el ejercicio acelera el metabolismo del cuerpo, favoreciendo el gasto energético y la quema de calorías, y cuanto más intenso es el ejercicio, más calorías se queman.
Además, algunos estudios muestran que las actividades aeróbicas entrelazadas, como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta; Con el entrenamiento de fuerza y resistencia, como el culturismo, puede maximizar la pérdida de grasa, ya que aumentar la masa muscular ayuda a acelerar el metabolismo, ya que el músculo consume más energía que las células grasas, lo cual es necesario para eliminar el exceso de peso.
2. Reduce la presión arterial
Algunos estudios muestran que la actividad física aeróbica regular, como caminar, ayuda a reducir la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea, que son beneficios importantes para las personas con presión arterial alta.
Además, la actividad física mejora el nivel de colesterol bueno y disminuye el colesterol malo y los triglicéridos, reduciendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares como aterosclerosis, infarto de miocardio o accidente cerebrovascular.
3. Ayuda a controlar la glucosa en sangre
La actividad física ayuda a controlar la glucosa en sangre al mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y puede ser un aliado importante para prevenir y combatir la diabetes.
Además, la actividad física regular ayuda a reducir el exceso de grasa alrededor de la cintura, lo que se asocia con una mayor resistencia a la insulina, lo que hace que el cuerpo haga un mal uso del azúcar, lo que conduce a un aumento de la glucosa en sangre, lo que aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
Idealmente, haga ejercicio aeróbico durante al menos 150 minutos a la semana para ayudar a reducir el nivel de azúcar en la sangre y combatir la enfermedad.
4. Fortalece los huesos y las articulaciones.
La actividad física, como caminar o desarrollar el cuerpo, ayuda a fortalecer los huesos y las articulaciones al promover el crecimiento óseo y aumentar la fuerza y densidad de los huesos. Este beneficio es especialmente importante en los ancianos, ya que ayuda a prevenir la osteoporosis y reduce el riesgo de lesiones, caídas y fracturas asociadas con el debilitamiento de los huesos.
5. Aumenta la fuerza y la resistencia muscular
La actividad física para fortalecer los músculos, como el culturismo, puede ayudar a aumentar o mantener la masa muscular y aumentar la resistencia y la fuerza de los músculos, ya que estos ejercicios estimulan la construcción y el funcionamiento de los músculos.
Estos beneficios son especialmente importantes para las personas mayores que tienen una disminución de la masa muscular y la fuerza que ocurre naturalmente con el envejecimiento, lo que puede causar lesiones o aumentar el riesgo de caídas. Por ello, la práctica de actividad física regular, con ejercicios de fortalecimiento, es fundamental para reducir la pérdida, mantener y mejorar la fuerza y la resistencia muscular.
6. Promueve una sensación de bienestar
La actividad física estimula la producción y liberación de endorfinas, que son hormonas producidas por la glándula pituitaria en el cerebro que actúan como analgésicos en el cuerpo, ayudando a promover sentimientos de bienestar físico y mental.
Además, cuando se realiza con regularidad, la actividad física ayuda a incrementar la relajación, mejorar los sentimientos de satisfacción, humor, autoestima y confianza en uno mismo, lo que promueve una sensación de mejor calidad de vida y bienestar.
7. Reducir el estrés
La actividad física ayuda a equilibrar los niveles de hormonas, como el cortisol y la adrenalina, que generalmente se liberan en grandes cantidades al organismo durante el estrés y la ansiedad, como respuesta normal del organismo para resolver este tipo de situaciones.
Sin embargo, en personas con estrés crónico, los niveles de estas hormonas pueden ser constantemente altos y la actividad física puede reducir la producción y liberación de cortisol y adrenalina, lo que ayuda a reducir el estrés.
8. Lucha contra la ansiedad y la depresión
La actividad física ayuda a aumentar la producción, liberación y sensibilidad de neurotransmisores en el cerebro, como la serotonina, la norepinefrina y la dopamina, que son responsables de regular el estado de ánimo, el sueño, el apetito, la frecuencia cardíaca y la memoria. Cuando estos neurotransmisores se encuentran en bajas concentraciones en el cuerpo, pueden causar ansiedad o depresión, por lo que al aumentar estas sustancias en el cuerpo, ayudas a combatir la ansiedad y la depresión.
Además, las personas ansiosas o deprimidas generalmente tienen problemas para dormir, por lo que la actividad física ayuda a mejorar la calidad del sueño, permitiendo que la persona duerma más rápido, más profundo y más tranquilo.
9. Incrementar la disposición
Las endorfinas, serotonina y dopamina, que se liberan durante la actividad física, ayudan a mejorar el estado de ánimo, mejoran la energía, la sensación de bienestar y vigilia, además de reducir la sensación de fatiga.
Además, el ejercicio mejora la disponibilidad de oxígeno y nutrientes a los tejidos, lo que aumenta la disponibilidad de energía para realizar las tareas diarias, por lo que es importante que personas de todas las edades practiquen actividad física.
10. Fortalece el sistema inmunológico
La actividad física ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y a aumentar y mejorar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones, porque activa las células de defensa, estimula la producción de sustancias antiinflamatorias y tiene un efecto antioxidante, lo que mejora el funcionamiento de las células del sistema. . .
11. Mejora el rendimiento escolar
La actividad física también tiene muchos beneficios para la salud cerebral de los niños y adolescentes, incluida la mejora de la memoria y la capacidad de aprendizaje y la reducción de los síntomas de la depresión. Esto se debe a que el ejercicio aumenta la circulación sanguínea al cerebro, la producción de neurotransmisores como la noradrenalina y la serotonina estimula el desarrollo del hipocampo en el cerebro, que es la estructura responsable de la memoria.
Algunos estudios muestran que la actividad física, incluso cuando no se realiza de forma regular, aumenta la capacidad de memoria, la velocidad de procesamiento de la información, la atención y el rendimiento escolar.
Cómo empezar a hacer ejercicio
Antes de comenzar a hacer ejercicio, es importante hacerse exámenes médicos para controlar las articulaciones y la frecuencia cardíaca, especialmente en el caso de una persona sedentaria. De esta forma el médico puede indicar si existe algún ejercicio que esté contraindicado, la intensidad ideal para practicarlo y la necesidad de que la persona vaya acompañada de un entrenador o fisioterapeuta capacitado, por ejemplo, para evitar lesiones.
El inicio de la actividad física puede resultar bastante difícil para las personas que no están acostumbradas, por lo que se recomienda realizar inicialmente ejercicios más ligeros y preferiblemente al aire libre, como caminar. Idealmente, los ejercicios deben realizarse de 3 a 5 veces por semana, pero puede comenzar fácilmente, haciendo ejercicio solo 2 días a la semana, de 30 a 60 minutos. A partir de la segunda semana, la frecuencia se puede incrementar de 3 a 4 días, dependiendo de la disponibilidad de tiempo.
Atención al realizar actividad física
Al hacer ejercicio, algunas precauciones son importantes para reducir el riesgo de lesiones o para mejorar la efectividad del ejercicio y obtener los beneficios deseados, que incluyen:
- Comprender cómo y por qué se debe realizar la actividad física y cuándo se debe realizar;
- Elija actividades físicas adecuadas a su condición física para que no ejerza un esfuerzo excesivo que sea perjudicial para su salud;
- Respeta los límites de tu propio cuerpo;
- Aumentar la intensidad de la actividad física gradualmente con el tiempo, de acuerdo con los objetivos establecidos;
- Elija un horario de actividad física y mantenga la disciplina para no perder la motivación;
- Utilizar equipamiento deportivo adecuado según el deporte que se esté realizando;
- Elija entornos seguros para realizar la actividad.
Además, para obtener todos los beneficios, es importante que el ejercicio vaya acompañado de una dieta sana y equilibrada.
Consulte estos consejos de nuestra nutricionista Tatiana Zanin sobre qué comer antes y después del ejercicio:
¿Cuándo no está indicada la actividad física?
La actividad física está recomendada para personas de todas las edades, sin embargo, las personas que padecen hipertensión no controlada, las mujeres embarazadas con eclampsia o preeclampsia, por ejemplo, solo deben hacer ejercicio cuando lo recomiende un médico y preferiblemente. acompañado de un profesional de educación física para evitar complicaciones.
Los adultos y las personas mayores deben tener cuidado con su peso, ya que cuando están por debajo de su peso ideal no deben hacer ejercicio regularmente para evitar un consumo excesivo de calorías.
Además, es importante estar atento a algunas situaciones durante el ejercicio, como dolor de pecho, dificultad para respirar, mareos y palpitaciones, por ejemplo. En estos casos se recomienda detener la actividad física y buscar ayuda médica lo antes posible o acudir al servicio de urgencias más cercano.