La histeroscopia es un procedimiento ginecológico que permite identificar y tratar cualquier cambio existente en el útero, como pólipos, fibromas, sangrado uterino y cambios anatómicos, por ejemplo.
La histeroscopia puede ser de dos tipos: diagnóstica, que se realiza mediante un equipo llamado histeroscopio, que tiene aproximadamente 10 milímetros de diámetro y contiene una microcámara en el extremo, que permite la visualización del útero; y quirúrgicamente, que está destinado
Este procedimiento debe realizarse en los primeros 15 días de la regla, cuando la mujer no tiene sangrado menstrual. Por tanto, está contraindicado durante el embarazo y en presencia de una infección vaginal, y debe ser realizado por un ginecólogo.
Según el abordaje clínico, la histeroscopia puede ser de dos tipos:
Histeroscopia diagnóstica
La histeroscopia diagnóstica, o video histeroscopia, consiste en introducir un histeroscopio para visualizar el interior de la cavidad uterina. Este procedimiento ayuda al médico a diagnosticar posibles lesiones como la presencia de pólipos o fibromas.
Esta prueba debe realizarse en la primera fase del ciclo menstrual y antes de la ovulación, para visualizar mejor la existencia de cualquier lesión en el útero. Contraindicado en caso de infecciones vaginales, sospecha de embarazo o durante el embarazo.
Indicaciones
El ginecólogo requiere una histeroscopia diagnóstica cuando la mujer presenta algún síntoma que pueda indicar un cambio en el sistema reproductivo, como:
- Sangrado anormal;
- Esterilidad;
- Esterilidad;
- Abortos repetidos;
- Malformaciones uterinas;
- Presencia de pólipos o fibromas;
- Hemorragias;
- Adhesiones uterinas.
Otras situaciones en las que esta prueba puede estar indicada son cuando una mujer tiene dolor frecuente durante las relaciones sexuales, dolor uterino, presencia de una secreción amarillenta e inflamación de la vagina.
Como se realiza
El examen se realiza en una consulta ginecológica, la paciente se coloca en posición ginecológica. Luego, el médico procede a agrandar el útero utilizando dióxido de carbono o el uso de un dilatador mecánico para introducir un histeroscopio en el que puede visualizar el útero en tiempo real, para identificar cualquier cambio o lesión.
En caso de encontrar algún problema, es posible tomar una muestra de tejido para enviarla a un laboratorio, de esta manera el médico puede hacer un diagnóstico y determinar la mejor forma de tratamiento.
Histeroscopia quirúrgica
La histeroscopia quirúrgica es un procedimiento ginecológico que se realiza en mujeres que presentan sangrado uterino abundante y cuya causa ya ha sido identificada. Debido a que es un procedimiento quirúrgico, se requiere anestesia, pero el tipo de anestesia varía según el alcance del procedimiento a realizar.
Indicaciones
La histeroscopia quirúrgica está indicada en los siguientes casos:
- Fibromas submucosos;
- Pólipos uterinos;
- Cambios en la cavidad uterina, como duodeno, unicornio, didelfo y útero septal;
- Adherencias en el útero;
- Reducir el grosor del endometrio;
- Ligadura de las trompas uterinas.
Además, se puede realizar una histeroscopia quirúrgica para retirar la bobina cuando los cables no son visibles.
Como se realiza
En este procedimiento, luego de la administración de anestesia, se inserta el histeroscopio a través del canal vaginal hasta el útero para visualizar las estructuras anatómicas. Luego, se inserta dióxido de carbono en forma de gas o líquido en el útero en expansión.
Desde el momento en que el útero alcanza el tamaño ideal, se insertan los dispositivos quirúrgicos y el médico realiza el procedimiento que dura de 5 a 30 minutos dependiendo del volumen de la operación.
¿Duele la histeroscopia?
El procedimiento de histeroscopia puede ser doloroso y algo incómodo para las mujeres, pero esta prueba suele ser bien tolerada. Sin embargo, en algunos casos, se puede utilizar anestesia para que la mujer