Los niños pueden y deben realizar actividad física de forma regular porque el ejercicio mejora su desarrollo intelectual, haciéndolos más expertos e inteligentes, así como su desarrollo motor debido al fortalecimiento de los huesos y al aumento de la elasticidad. Además, los niños tienen una menor capacidad de producir lactato, por lo que no sienten dolor ni fatiga muscular después del ejercicio.
La práctica de ejercicio en la infancia tiene muchos beneficios para el desarrollo del niño y siempre debe fomentarse. En caso de que el niño tenga rinitis, sinusitis, enfermedades del corazón o tenga sobrepeso o insuficiencia ponderal, se recomienda consultar a un pediatra para que realice algunas valoraciones para determinar si es necesario un cuidado especial durante el ejercicio.
5 beneficios de la actividad física en la infancia
Los principales beneficios de la actividad física en la infancia son:
1. Huesos más fuertes
Los mejores ejercicios para practicar en la infancia son aquellos que tienen cierto efecto, como correr o fútbol, porque de esta forma en poco tiempo se mejora el desarrollo óseo, lo que reduce el riesgo de osteoporosis en la edad adulta y se puede ver reflejado incluso años después en menopausia.
2. Niños mayores
La actividad física favorece el crecimiento del niño porque cuando los músculos se contraen, los huesos responden con crecimiento y fortalecimiento; por esta razón, los niños activos tienden a desarrollarse mejor y a ser más altos que los que no realizan ningún ejercicio físico.
Pero la altura de un niño está influenciada por la genética, por lo que los niños más bajos o más altos no siempre son así porque hayan hecho ejercicio o no, a pesar de que el ejercicio tiene un impacto.
3. Reducción del riesgo de un estilo de vida sedentario en la edad adulta
Un niño que aprende a hacer ejercicio temprano, ya sea en natación, ballet o fútbol, tiene menos probabilidades de convertirse en un adulto sedentario, lo que mejorará su calidad de vida ya que reduce el riesgo de problemas y eventos cardíacos. Como un ataque cardíaco. . o accidente cerebrovascular.
4. Mejora la confianza en ti mismo
Los niños que hacen más ejercicio tienen más confianza en sí mismos, son más felices, más seguros y quieren compartir más de sus logros y sentimientos, lo que puede reflejarse en su vida adulta, haciéndolos adultos más saludables. La facilidad con la que expresan lo que sienten durante la clase también ayuda a los padres y maestros a comprender sus frustraciones, facilitando así sus relaciones diarias.
5. Mantenga el peso adecuado
El ejercicio desde la infancia ayuda a mantener un peso ideal, útil para quienes tienen bajo peso, pero también para quienes necesitan perder un poco, porque el gasto calórico del ejercicio contribuye a quemar grasas que también pueden acumularse. dentro de sus pequeños vasos sanguíneos.
Averigüe si su hijo tiene el peso más apropiado para su edad ingresando sus datos en la siguiente calculadora:
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8 mejores ejercicios para practicar en la infancia
Toda actividad física es bienvenida, por lo que padres e hijos juntos pueden elegir qué actividad practicar, teniendo en cuenta el tipo físico y las características del niño, porque no todo el mundo tiene la misma habilidad para todo. Algunas buenas opciones son:
- Nadando: mejora la respiración y la regulación cardiovascular, pero como no tiene ningún efecto sobre los huesos, la natación no aumenta la densidad ósea;
- Ballet: ideal para mejorar la postura y aumentar la flexibilidad de músculos y articulaciones, promoviendo un cuerpo esbelto y alargado;
- Correr: fortalece los huesos más en comparación con la natación;
- Gimnasia artística: tiene mucho impacto, por lo que fortalece los huesos;
- Judo y kárate: Te enseña a seguir las reglas y controlar bien tus movimientos, y además, por tener un buen efecto, es ideal para fortalecer los huesos y estimular el crecimiento;
- Jiu Jitsu: Debido al contacto físico, la cercanía con los demás y la necesidad de mirar a los ojos al compañero durante el entrenamiento, el niño gana confianza en sí mismo y pierde la timidez;
- Baloncesto: rebotar la pelota ayuda a fortalecer los huesos de las manos;
- Fútbol americano: Debido a que implica correr mucho, es un gran ejercicio para fortalecer los huesos de las piernas.
En cuanto al culturismo, es importante consultar a tu pediatra antes de iniciar este tipo de actividad, pudiendo recomendarse acudir al gimnasio no más de 3 veces por semana y la carga debe ser pequeña, dando preferencia a una mayor cantidad de repeticiones. De esta forma, los padres que aman y practican el culturismo no tienen por qué dudar que sus hijos están inscritos en el gimnasio, siempre que los ejercicios sean dirigidos por profesionales competentes y presten atención a los errores que se pueden cometer al realizar los ejercicios. .
¿Cuál es el ejercicio más indicado por edad?
La edad | Actividad física ideal |
0 a 1 año |
Jugar al aire libre, correr, saltar, bailar y saltar la cuerda para ayudar al niño a desarrollar sus habilidades motoras. |
2 a 3 años |
Hasta 1 hora y media de actividad física por día, como: clases de natación, ballet, artes marciales, juegos de pelota. |
4 a 5 años |
Puedes hacer hasta 2 horas de actividad física al día, con 1 hora de ejercicio programado por hora y 1 hora más jugando al aire libre. |
6 a 10 años |
Pueden empezar a competir como niños deportistas. Deben hacer al menos 1 hora de actividad física al día, pero no deben detenerse por más de 2 horas. Se pueden tomar períodos de 3 x 20 minutos de cada actividad, como juegos, ciclismo, salto de cuerda, natación, etc. |
11 a 15 años |
Ya pueden actuar durante más de 1 hora al día y ya pueden competir como deportistas. El culturismo ya se puede recomendar, pero sin aumentar de peso. |
Riesgos comunes
Los riesgos más comunes durante el ejercicio infantil incluyen:
- Deshidración: Esto se debe a que los niños tienen dificultad para regular la temperatura corporal y por esta razón, la deshidratación es más probable si no beben líquidos durante la actividad. Por esta razón, es importante ofrecerle a su hijo un poco de agua o jugo de frutas naturales cada 30 minutos de actividad física, incluso si no tiene sed.
- Fragilidad ósea en deportistas: Contrariamente a la creencia popular, las niñas que están activas más de 5 veces por semana a lo largo de los años pueden tener una mayor fragilidad ósea debido a la reducción de estrógenos en el torrente sanguíneo.
Cuando un niño sigue las recomendaciones de beber líquidos durante el entrenamiento, para protegerse del sol y evitar las horas más calurosas del día, el riesgo de deshidratación se reduce drásticamente.
Transformar las clases de actividad física en momentos de placer, más que en clases de ejercicio para deportistas, tiene más beneficios en la infancia porque, además de no requerir mucho esfuerzo psicológico, existe un menor riesgo de fragilidad ósea por exceso de actividad física.